miércoles, 23 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Richard Speck [X])

El juicio comenzó el 20 de febrero con la selección del jurado. El acusado pasó el día como todos los demás del proceso, sentado ante la mesa de la defensa, como petrificado, con la mirada perdida, mascando chicle nerviosamente. Conforme pasaban los días, se relajó un poco, pero jamás miró al jurado. Tanto el abogado defensor Gerald Getty como el ayudante del fiscal que dirigió la acusación, William Martin, tuvieron mucho cuidado a la hora de seleccionar a los integrantes del jurado. Se interrogó exhaustivamente a cada candidato; la defensa no deseaba que se colase nadie con las ideas preconcebidas acerca de la culpabilidad de Richard, y el fiscal quería que ningún miembro se arredrase en el momento de recomendar la silla eléctrica. Bajo la ley de Illinois no se podía sentenciar a muerte a nadie si el jurado no lo recomendaba unánimemente. La selección se prolongó hasta finales de marzo; se interrogó a 610 personas antes de elegir a doce: siete hombres y cinco mujeres. Una vez admitidos, se inició el juicio propiamente dicho.
El 22 de noviembre de 1972, el tribunal condenó a Richard Franklin Speck a cuatro penas consecutivas de entre 50 y 150 años de cárcel. El total de la sentencia, de 400 a 1200 años, fue la más larga jamás dictada en Estados Unidos hasta aquel momento
A pesar de su larga condena, Speck fue incluido entre los presos con derecho a salir en libertad bajo palabra en 1976. Richard dijo entonces, y de nuevo en 1981, que no estaba interesado en esa posibilidad. Siguió pasando el tiempo pintando en la penitenciaría de Stateville. No obstante, en 1987 cambió de idea acerca de la libertad. Los familiares afectados formaron una asociación para impedir su liberación.
En la cárcel, Speck volvió a consumir drogas y a protagonizar algunos episodios de violencia. Recibió en prisión cientos de cartas de mujeres que le deseaban como amante (quizás por el mito acerca de su potencia sexual, que le había permitido violar supuestamente a las ocho enfermeras muertas), pero él decidió empezar a tomar hormonas. Se volvió homosexual y tuvo como pareja a un afroamericano. Además se pavoneaba de gusto por ser el autor de la masacre de Chicago. 
 Poco antes de morir, Speck le dijo a su hermana:  
- "Puedes decirle a tus hijos que Richard Speck no era su tío".
Speck murió de un ataque al corazón a las 6:05 del 5 de diciembre de 1991, un día antes de su cumpleaños número cincuenta, en el Hospital de la Cruz de Plata en Joliet. Lo llevaron allí después de quejarse de dolores en el pecho y náuseas. Como nadie reclamó su cuerpo, el cadáver de Speck fue quemado por los oficiales de la prisión. Su hermana decidió no enterrarlo ella. Tenía miedo de que la gente profanara la tumba en caso de que se enteraran dónde yacía. Todos los testigos juraron mantener la ubicación de la tumba en secreto.

fuente: http://serialkillers.obolog.es

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