miércoles, 20 de julio de 2016

Historia de Catalunya (Pere Joan Sala)

Nació ¿? - Fallece en 1485. Fue el caudillo de los remensas radicales que encabezó la segunda guerra remensa, que empieza con el alzamiento de Mieres en el año 1484. Fue lugarteniente de Francesc de Verntallat, pero a diferencia de éste, Joan Sala era un revolucionario radical que no quería ningún pacto con la realeza.
La segunda guerra remensa fue motivada por el intento de actuación judicial contra los bienes de los campesinos que se negaban a pagar los censos señoriales. Adiccionalmente, hace falta valorar que había habido una coincidencia de intereses y de apoyo entre los remensas durante su primera revuelta y el rey Joan II "el Gran" y la guerra civil catalana. Coincidieron en el tiempo (1462-1472) y en el adversario: la Generalitat y la nobleza. Sin embargo, al acabar la guerra civil catalana, el rey se desentendió de la causa remensa.
El lugarteniente de Catalunya intentó frenar la revuelta, sin éxito, y el conflicto se extendió por todo el Principat de Catalunya.

En enero de 1485, al frente de 400 labradores, Pere Joan Sala derrotó la hueste del veguer barcelonés en Montornés del Vallés. Posteriormente, tomó la villa de Granollers, desde dónde la revuelta se extendió por el Vallés, el Maresme y el Baix Llobregat. Cuando la amenaza sobre Barcelona fue evidente, las autoridades reaccionaron y lo vencieron en Llerona, en marzo de 1485. Lo hicieron prisionero y lo ejecutaron.
Esta revuelta remensa consiguió que la monarquía, ahora reinando Ferran II "el Catolico", hijo bastardo de Joan II, se implicara en el caso de los remensas y después de muchas negociaciones dictó, el 21 de abril de 1486, la "Sentencia Arbitral de Guadalupe". La sentencia perdonó los sublevados pero fue implacable con los cabezas de la revuelta.

Historia de Catalunya (Francesc de Verntallat)

Nació en Vall de Bas (Girona) en 1426 o 1428 - Fallece en San Feliu de Pallarols (Girona) en 1498 o 1499. Fue un militar catalán que participó en la "Guerra de los Remensas".
Miembro de la baja nobleza, era el encargado de la masía Noguer de Batet, dónde se ahorraba el labrar y el cavar, y formaba parte del "Brazo Real de los caballeros, generosos y hombres de paraje del Principat de Catalunya. Más tarde conocidos como hidalgos de Catalunya.
Cuando estalló la Guerra civil catalana, entre la Generalidad y Joan II "el Grande", la baja nobleza se puso del lado del rey, quien aprovechó el contacto que había entre el campesinado remensa y los hidalgos para acercar a su causa el conjunto de los labradores.

Francesc de Verntallat organizó un pequeño ejército de labradores de las zonas pirenaicas que asaltó el castillo de Bestracá, donde el señor retenía un remensa que no quería o no podía pagar. Más tarde sitió el castillo de Castellfullit por una causa similar. Durante el asedio de Girona fue llamado por la Reina Juana Enríquez para ayudarla en la defensa de la ciudad, en la que ella y el Infante Ferran (más tarde Ferran II) estaban bloqueados. Agradecida por la actuación de los remensas, la reina le dio el título de Capitán Real. A partir de aquel momento sus hombres plenamente identificados con él empezaron a ser conocidos como "els Verntallats".

Francesc de Verntallat y su ejército ocupó Olot, Castellfullit de la Roca, Banyoles y los castillos de la montaña, luchó en inferioridad numérica contra las diferentes fuerzas de la Generalidad; Hugo Roberto III de Pallars, Enrique IV de Castilla, Pedro de Portugal y Juan de Lorena.
La guerra tuvo altibajos hasta que finalmente el 28 de octubre de 1472, las tropas de Joan II entraron a Barcelona, donde se firmó la "Capitulación de Pedralbes", por la cual Catalunya conservaba sus fueros y privilegios.
Las tropas remensas estaban organizadas en capitanías y subcapitanies, así, de cada tres labradores, dos cultivaban la tierra del tercero, que estaba movilizado. Este sistema de reclutamiento perduró en las diferentes fuerzas guerrilleras que hubo en el país.
En 1484 estalló la Segunda Guerra Remensa, dirigida por su antiguo lugarteniente, Pere Joan Sala, pero Verntallat se mantuvo al margen. Tras la derrota de Sala, los señores se veían como ganadores de la guerra y estaban dispuestos a mantener e incluso a acentuar los malos usos, pero Verntallat mantuvo en su poder los castillos de la montaña y sus fuerzas.

El conde de Tendilla, destinado por el rey para lograr el fin de la guerra, buscó a Verntallat como representante de los labradores para llegar al acuerdo de la Sentencia de Guadalupe.
Una vez conseguidas las principales reivindicaciones remensas, Francesc de Verntallat permaneció un tiempo en la corte de los Reyes Católicos hasta que volvió a su Castillo de San Feliu de Pallarols dónde murió a finales de siglo.

Historia de Catalunya (Sentencia de Guadalupe)

La Sentencia Arbitral de Guadalupe fue una resolución jurídica dictada en el Monasterio de Santa María de Guadalupe (Caceres), el 21 de abril de 1486, por Ferran "el Católico" para liberar a los payeses catalanes que estaban sujetos a la tierra de un señor (payeses de remensa) de sus obligaciones a cambio de un pago y para abolir los "malos usos" de los señores.
Para resolver el conflicto entre payeses y señores de remensa Alfons V "el Magnánim" autorizó a los payeses para que, por grupos inferiores a 50, eligieran síndicos. Más de 25.000 payeses se comprometieron a eso en 1449 que presentaron un proyecto de compromiso o concordia. En 1455 el monarca abolió los "malos usos" a cambio de una compensación económica. Esta medida chocó contra los intereses de los señores y provocó una guerra en la que los señores lucharon contra los campesinos, que estaban encabezados por Francesc Verntallat.
La guerra civil de 1462-1472 había hecho mella en dicha sociedad y las causas que la motivaron no habían desaparecido. Aparte los catalanes tenían aún ciertas dificultades: piratería en las costas, competencia extranjera contra los productos de su economía, paro, emigración...

En las Corts de Barcelona de 1480-1481, presididas por el rey Ferran II "el Catolico", se tomaron las primeras medidas para lo que se había calificado como recuperación (redreç) de la economía catalana y, en particular, para dar solución a las cosas como las confiscaciones realizadas por ambos bandos durante la guerra.
La Consitución de la Observancia promulgada en aquellas cortes señala la reconciliación del monarca con las instituciones catalanas pero la situación vuelve a empeorar a partir de 1484. Es probable que el establecimiento del Tribunal de la Santa Inquisición ayudara pero lo cierto es que Catalunya no había superado la crisis.
Sobre el tema de los payeses de remensa (llamados también simplemente remensas), para satisfacer a los señores Fernando restableció los derechos que existían antes de 1455. Esto no gustó a los remensas. En 1483 estos reciben autorización para volver a reunirse con el monarca y plantearle sus reivindicaciones, lo que no gusta a los señores y provoca agitación en Catalunya, temiéndose una nueva guerra.
En 1484 los payeses de remensa más radicales, dirigidos por Pere Joan Sala, se levantaron en armas y pidieron que se reconociera a los campesinos el pleno derecho a la propiedad de la tierra.

Sin embargo, una vía más moderada se impuso. Señores y remensas aceptarán el arbitraje de la Corona, por considerarla imparcial. En la sentencia arbitral quedarán abolidos los "malos usos", como el "derecho de maltratar" que tenían los señores sobre los campesinos. Los campesinos pueden obtener la libertad personal mediante el pago de una suma de sesenta sueldos, a pagar en un año o en varios. Además se establece el derecho a que el campesino pueda permanecer en la parcela de tierra pagando un alquiler de larga duración al señor y que dicho arrendamiento se pueda transmitir a los herederos

Leyendas en Catalunya (Margarida Font "La Gavatxona")

Por las cercanias de Viladrau (Girona) dicen que vivía Margarida Font "la Gavatxona", se le conocia con este apelativo porque era nacida en Francia, a pesar de que vivía en esa población famosa por sus manantiales desde los 10 años. La leyenda la convierte en una de las "bruixes" más famosas del Montseny. Pero un 10 de mayo de 1619, fue denunciada y detenida por los esbirros del Tribunal de la Santa Inquisición, apenas contaba con 28 años y según esa misma leyenda de una belleza extraordinaria. Fue trasladada a la prisión de Vic (Barcelona) donde la mujer sufrió todo tipo de vejaciones y torturas para que confesara sus pactos con el "diablo". Posteriormente moriria ahorcada y la ley impedia que su cuerpo fuera descolgado, bajo pena de sufrir el mismo castigo. Por eso no es de extrañar que las epidemias y las pandemias se sucedieran en aquella época, donde muchas de esas brujas, eran inocentes (por no decir la mayoria) y solo las envidias de otras mujeres o el odio de algunos "caballeros" que no conseguian sus favores sexuales, eran denunciadas por brujería, para que sufrieran un castigo casi peor que la muerte


Leyendas en Catalunya (Antonia Rosquellas)

Posiblemente en Mas Rosquelles, nacio, Antonia Rosquelles. No sabemos que edad tenía en el aquel mes de abril del 1620, pero nos la podemos imaginar como una mujer mayor, sobre los 50 años, que fue acusada de provocar bocios, una enfermedad que se da frecuentemente entre las personas mal alimentadas, o con carencias vitamínicas notables, se caracteriza por una fuerte hinchazón en el cuello, era muy, muy frecuente; de provocar granizadas y tempestades; de arruinar las cosechas; de acudir a akelarres (las reuniones de las brujas, según la terminología vasca que se extendió por toda Europa a raíz del juicio contra las supuestas brujas de Zugarramurdi); y finalmente, como guinda al ya sabroso pastel, de provocar la muerte de niños recién nacidos, no hace falta que recordemos que en tiempos de hambruna, epidemias, malnutrición, y en pleno siglo XVII, los bebés son los más débiles y propensos a morir. A pesar de ellos, una de esas culpables para la pblación era Antonia Rosquelles, que fue declarada "bruixa". Para hacerse una idea, la cacería de brujas que tuvo lugar entre los siglos XVI y XVII tuvo como consecuencia la ejecución de 8 personas en Perpignan (Francia), 14 en Viladrau, 8 más en Granollers, 12 en Caldes de Montbui y 3 en Andorra.

Leyendas en Catalunya ("Les Bruixes" [II])

A partir de Santo Tomás de Aquino hay un cambio de paradigma, y el mal es directamente asociado a la figura del "Diablo" ("Angel Caido"), y esta figura puede actuar también en la Tierra como hace Dios, pasando el Mal de ser un concepto etéreo o metafísico a uno real y físico. A partir de este modelo se crearía una guerra entre el Bien y el Mal (dualismo), y por asociación, las bruixes que sin comerlo ni beberlo, pertenecerían desde ese momento al "bando" del Mal y con ello aparecen esos pactos con el diablo, para crear desgracias a las personas que vivian cerca de ellas

Las prácticas de la antigua superstición a raíz de aquí tomaron otro rumbo, son un verdadero peligro amparadas por el mismísimo Diablo y no cabe duda de su efectividad y maldad.
El Tribunal de la Santa Inquisición poco a poco inculcó en el pueblo la idea de que las culpables de todas las desgracias y catástrofes eran por medio de esas mujeres, amparadas bajo la protección del Diablo y el pueblo ignorante y temeroso acabó por creérselo. Es por ello que para acabar el mal, ellas debían ser torturadas para que confensaran sus delitos y luego ejecutadas, colgadas, quemadas...
Sorpendentemente la palabra "bruixa", que luego serian adoptadas por el castellano y el portugués es inexistente antes del s.XV. Este término va ligado al propio fenómeno de la "caça de bruixes". Anteriormente a este siglo estas mujeres eran conocidas como: hechiceras, sortílegas (de echar las suertes), adivinadoras o conjugadoras (sanar con conjuros). Todos estos apelativos fueron desapareciendo para unificarse en el mismo término "Bruixa" y según la iglesia, personas que tenían pactos con el diablo.

fuente: https://bruixesvallesmaresme.wordpress.com

Leyendas en Catalunya ("Les Bruixes" [I])

A mediados del s.XIV y principios del s.XVIII todas las prácticas asociadas a la salud, así como las de la adivinación y la magia amorosa comenzaron a ser temidas por una gran parte de la sociedad rural de la época, cosa que llevaría posteriormente a una persecución que conocemos como la "caça de bruixes".

A estas habilidades la iglesia cristiana (catolicos, prostentantes...) las consideraba superstición y estaban condenadas desde los inicios del crsitianismo. Sin embargo, se reafirmaron considerándose como maléficas. El Tribunal de la Santa inquisición se encargó de fomentar un recelo popular sobre estas antiguas prácticas (de uso común desde siempre), así como para los practicantes que las llevaban a cabo. La artimaña utilizada fue vincular todos y cada uno de los males naturales (granizos, sequías, enfermedades de los animales, hambre, malas cosechas, epidemias… ) a las mujeres que ejercían las prácticas mencionadas con anterioridad. Para crear un mayor temor y desconfianza la iglesia solapó prácticas, practicantes y herejía (podemos recordar que la superstición era herejía hasta ese momento) favorecian a ese practicante gracias a un "Pacto con el Diablo".
A finales de la Edad Media, s.XV, existe un cambio de percepción proveniente de la teología cristiana; hasta entonces todo se basaba en la actitud de San Agustín de Hipona, la cual venía a decir que "Todo lo que sucedía era obra de Dios".

Analizando este pensamiento, todo era gestado por la mano de Dios, lo bueno, pero también lo malo y en este aspecto entrarían: las malas cosechas, enfermedades, epidemias, etc, y todas las desgracias serían un castigo divino por los pecados cometidos.
En esos tiempos, las practicas citadas aún siendo consideradas de peligrosas no dejaban de ser superstición y con una dudosa efectividad en su resultado, pues de ser así, estarían por encina del poder absoluto de Dios.