En 1650 el depósito de cadáveres del corralet -el aula de las
anatomías del Hospital de la Santa Creu- se saturó con la epidemia de
peste que sufrió la ciudad aquel año, importada de África a través de
los soldados que venían de luchar en la guerra de los Segadors. La
solución improvisada para dar cabida a los numerosos cadáveres fue
habilitar un espacio en plena calle, a la vista de los curiosos. Así
empezó la tradición de los teatros anatómicos en la ciudad de Barcelona.
El teatro estable, de estilo barroco, se ubicó en la Real Academia de Medicina de Catalunya,
en la calle del Carme. El recinto estaba distribuido en un salón
circular con sillones en las gradas, donde la mesa de disección se
situaba en el centro. Cualquier ciudadano podía asistir al “espectáculo”
protagonizado por un catedrático que diseccionaba los cuerpos de
fallecidos que no habían sido reclamados en el hospital o bien habían
sido condenados a muerte.
http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20161020/411125850457/anecdotario-de-barcelona-roser-messa-pep-brocal.html
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