Gonzalo
 Fernández de Heredia y de Bardají, nacio Mora de Rubielos (Teruel) en 1450 - muere en Valls (Tarragona), el 21 de noviembre de 1511. Fue Obispo de Barcelona (1478 a 
1490); Arzobispo de Tarragona (1490 - 1511) y President de la Generalitat de Catalunya (1504 hasta 1506).Había
 sido obispo electo de Segorbe y nombrado obispo de Barcelona el 8 de 
junio de 1479. Estuvo en Roma en calidad de embajador del rey Ferran 
"el Católic", y fue en este periodo cuando Inocencio VIII lo nombró 
arzobispo de Tarragona, el 13
 de junio de 1490. Con motivo de la elección de Alejandro VI, fue 
nombrado capitán de la guardia de palacio y, posteriormente, el papa lo 
designó gobernador de la ciudad. Por
 intercesión de los Reyes Católicos, abandonó la Curia Romana en 1494 
para ir a residir en Nápoles como consejero de la reina Juana de Aragón,
 viuda de Ferran I de Nápoles. El 21 de junio de 1500 volvió para hacerse cargo de su Iglesia, si 
bien vivió en el monasterio de Escornalbou, la Selva del Camp y Valls.Fue nombrado presidente de la Generalitat el 11 de marzo de 1504 por 
la muerte repentina de Ferrer Nicolau, cargo que ocupó el resto del 
trienio hasta el 1506.
martes, 29 de marzo de 2016
Presidents de la Generalitat (Ferrer Nicolau de Gualbe)
Ferrer Nicolau de Gualbes i Desvalls, ¿? - 1 de marzo de 1504,  en Barcelona. Canónigo de la Catedral de Barcelona; Presidente de la Generalitat de Catalnya (1503-1504), arcediano del Vallès. Fue nombrado presidente de la Generalitat el 22 de julio de 1503.
Hijo de una familia importante de Barcelona, fue doctor en decretos. Vivía en Roma trabajando por la cancillería de Sixto IV cuando en 1479 el rey Fernando el Católico lo nombró su consejero y volvió a Barcelona.
Fue un participante activo en la negativa a la contribución eclesiástica a las imposiciones de la ciudad, llegando a protagonizar disturbios en la plaza de Santiago en 1484.
Hijo de una familia importante de Barcelona, fue doctor en decretos. Vivía en Roma trabajando por la cancillería de Sixto IV cuando en 1479 el rey Fernando el Católico lo nombró su consejero y volvió a Barcelona.
Fue un participante activo en la negativa a la contribución eclesiástica a las imposiciones de la ciudad, llegando a protagonizar disturbios en la plaza de Santiago en 1484.
Presidents de la Generalitat (Alfons d'Aragó)
Alfons d'Aragó, nació en Valencia 1455- muere en Tarragona el 26 de agosto de 1514. Obispo de Tortosa (1475-1512); President de la Generalitat de Catalunya (1500-1503), arzobispo de Tarragona (1513 a 1514).Era hijo bastardo del homónimo Alfons d'Aragó, conde de Ribagorza y primer duque de Villahermosa y Extienda Conejo. Era hermano de Joan de Aragón, president de la Generalitat en el período 1512 hasta 1515.Fue nombrado obispo de Tortosa por Sixto IV en 1475 cuando tenía veinte años. Juró el cargo el 19 de julio de 1476 ante Pero Ximénez de Urrea, arzobispo de Tarragona. Ausente casi de forma continuada de su obispado, desde 1485 residirá 
habitualmente en Valencia, donde construye su residencia, en la que cual
 concederá fuero territorial para poder administrar el obispado. Es nombrado presidente de la Generalitat el 22 de julio de 1500. En 1513, y por intercesión de su tío Ferran "el Católic", sustituyó a
 Gonzalo Fernández de Heredia, fallecido en 1511, al frente del 
arzobispado de Tarragona. Tuvo un mandato corto, ya que murió el 26 de agosto de 1514.
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [VII])
Para no cometer algún error en los 
siguientes procedimientos, comenzaron por colectar la evidencia forense 
directamente del hogar de Sutcliffe. A las 9.30 a.m. del domingo 4 de 
Enero ingresaron los oficiales y recolectaron martillos, navajas y 
cuchillos y condujeron a Sonia a los cuarteles de Bradford, donde se le 
sometió a un interrogatorio de alrededor de 13 horas seguidas. Un 
ejército de oficiales comenzó a recolectar toda la información posible 
acerca de los movimientos de Peter durante los 5 años anteriores. 
Entrevistaron a compañeros de trabajo, antigüos empleadores y a vecinos.
La evidencia más incriminante fue 
aportada por Sonia cuando declaró que Sutcliffe había llegado como a las
 10 p.m. el día del ataque de Theresa Sykes, mientras que él decía haber
 llegado a las 8 p.m. Esta discrepancia de dos horas, tiempo suficiente 
para cometer un crimen como los del destripador, derrumbaba la coartada 
de Sutcliffe. El domingo por la mañana Sutcliffe comenzó a perder la 
calma que sorprendentemente había mantenido durante las pasadas 40 horas
 de encierro. Para ese entonces la Policía ya estaba segura de tener al 
hombre correcto en sus manos. Poco antes de las 3 de la tarde, Sutcliffe
 fue informado que ya habían encontrado el martillo. Hasta entonces no 
admitió ser el destripador de Yorkshire. Luego siguieron mas de 20 horas
 de grotescas confesiones, mismas en que el asesino no mostró casi 
ninguna emoción salvo cuando llegaron a discutir el caso de Jayne 
MacDonald y el de una mujer llamada Joan Harrison de quien el 
destripador negó enfáticamente responsabilidad alguna sobre su muerte. 
Después de terminar de soltar la sopa, pidió solo una cosa al detective 
Oldfield: ser él quien informara de todo a su esposa Sonia.
La solicitud le fue otorgada. Una vez 
que estuvo debidamente registrada la confesión de Sutcliffe, la Policía 
convocó a una conferencia de prensa a la que asistieron más de 80 
reporteros y soltó la noticia acerca de la captura del destripador de 
Yorkshire.
 Una vez incriminado y ante el juez, Sutcliffe respondió la pregunta más 
importante que todo mundo se formulaba hacía desde 5 años ya ¿por qué lo
 había hecho? Entonces dijo que en 1967, cuando tenía 20 años y 
trabajaba en el cementerio, escuchó una voz cuando cavaba en la tierra. 
La voz lo fue guiando hasta una tumba, con una cruz donde estaban unas 
palabras escritas en polaco. Ahí la voz le ordenó asesinar prostitutas. 
El hecho de que Sutcliffe estuviera loco implicaba que purgaría pena y 
tratamiento en una institución mental. Eso implicaba que Sutcliffe no 
podría ser juzgado por sus crímenes, porque se invocaría la figura de 
responsabilidad limitada. Estudios clínicos posteriores indicaron que 
Sutcliffe padecía de esquizofrenia paranoide, pero el juez Justice 
Boreham consideró inadmisible que Sutcliffe no fuera debidamente juzgado
 por sus asesinatos y no hizo caso ni de la Policía, ni de Sutcliffe ni 
de nadie más, porque el acusado fácilmente podía haber mentido. Además 
se decía que Sonia le había recomendado hacerse el loco porque así 
estaría mucho menos tiempo preso. Así que decidió que Sutcliffe fuera 
juzgado por sus actos e instruyó al jurado para que entendieran que era 
preciso conocer si Sutcliffe sabía lo que hacía y si era culpable. El 
juicio duró únicamente 14 días con el resultado obvio. Los miembros del 
jurado consideraron que Sutcliffe no estaba loco, pero que sí era un 
asesino sádico, culpable de 13 homicidios.
Por fin tras 5 años de terror, el 
público inglés respiraba aliviado. Las familias de las víctimas por fin 
encontraron justicia y conocieron al culpable de la desaparición de sus 
seres queridos. Para las víctimas que sobrevivieron no fue de gran ayuda
 el encarcelamiento de Sutcliffe, que en nada les devolvió la vida que 
las cicatrices del ataque les arrebató el día que se cruzaron por el 
camino del Destripador de Yorkshire.
El día de hoy Sutcliffe continúa 
internado en el hospital de enfermos mentales peligrosos de Broadmoore. A
 la fecha ha sido atacado por otros internos y presos 3 veces. El 
primero en atacarlo fue James Costello en la prisión de Parkhurst en 
1983. El segundo fue Paul Wilson, quien con unos audífonos intentó 
ahorcarlo en 1996. Y el tercero Ian Kay, peligroso ladrón y asesino que 
intentó clavarle una pluma por el ojo en 1997. A la fecha los familiares
 de Sutcliffe intentan moverlo de Broadmoore por razones de seguridad. 
También está muy difundido el hecho de que Sutcliffe recibe a la semana 
hasta 30 cartas de admiradoras. Hace muy poco tiempo Sonia completó el 
trámite de divorcio. Este mismo año fue acusado de entorpecer la 
justicia John Humble, conocido como Wearside Jack, quien es 
responsabilizado de enviar las cartas y la cinta asegurando ser el 
destripador de Yorkshire. En el año 2012 se cumplirán 31 años de 
encierro para Sutcliffe, y es posible que alcance libertad condicional. 
Aunque eso es poco probable.
fuente: http://asesinatoserial.net/
 .Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [VI])
Justo en esos momentos los oficiales 
Robert Ring y Robert Hydes patrullaban la avenida cuando vieron el Rover
 color café de Sutcliffe e inmediatamente adivinaron de qué se trataba y
 bajaron de su patrulla a investigar a la parejita. Sutcliffe dijo 
llamarse Peter Williams y ella dijo ser su novia. Sin embargo el oficial
 Ring la reconoció como una prostituta acusada previamente, así que la 
hizo entrar a su patrulla. Súbitamente Sutcliffe dijo que necesitaba 
orinar y lo dejaron ir hacia un tanque que se ubicaba cerca. En ese 
momento Sutcliffe colocó sus armas en una esquina y confío en que los 
policías no hubieran escuchado el ruido que provocó su martillo al tocar
 el suelo. Mientras tanto los policías solicitaron a la central que se 
verificaran el número de las placas del Rover de Sutcliffe. Para su 
sorpresa el despachador les indicó que correspondían a un vehículo 
Skoda. Confrontado con este hecho Sutcliffe admitió que había robado las
 placas en un depósito de autos chatarra y que mintió acerca de su 
verdadero nombre porque no deseaba que su esposa se enterara que había 
estado con prostitutas. A fin de cuentas ambos fueron detenidos y 
puestos en celdas separadas. La esposa de Sutcliffe fue notificada que 
su esposo no llegaría esa noche a casa. Como el robo de las placas de 
auto correspondía a otra jurisdicción, al día siguiente un oficial iría 
por el sospechoso para trasladarlo a la estación de policía de Dewsbury.
Una vez ahí Sutcliffe se deshizo de otra
 navaja que guardaba consigo, la escondió en el depósito de agua del 
baño. A las 9 de la mañana Sonia fue informada de que Sutcliffe era 
interrogado en relación al robo de unas placas. En ese momento los 
oficiales notaron que las señas particulares del detenido se parecían en
 mucho a las reportadas en el caso del destripador. También se dieron 
cuenta que tenía los dientes incisivos separados. Ese detalle era 
conocido con más detalle por las fuerzas policiales. Mientras era 
observado cuidadosamente Sutcliffe platicaba con los oficiales de su 
trabajo como camionero y de como había viajado de aquí y allá incluyendo
 áreas donde el destripador había golpeado. A pesar de que su actual 
Rover no estaba listado como sospechoso, Sutcliffe cometió el error de 
mencionar su viejo Corsica color blanco con techo negro.
Las nuevas directivas establecidas para la pronta captura del 
destripador incluían la obligación de reportar a la fuerza de tarea 
encargada del caso cualquier incidente sospechoso que involucrara 
prostitutas y conductores. Y así se hizo en este caso. Oficiales 
encargados de la investigación pronto se presentaron en Dewsbury para 
interrogar con más calma a Sutcliffe. Sin embargo cuando el oficial Ring
 regresó al día siguiente para trabajar su turno nocturno y fue 
informado de que Sutcliffe aún continuaba detenido y que detectives 
adscritos al caso del destripador lo vigilaban, adoptó una decisión que 
resultaría crucial para resolver el caso. Cuando detuvieron a Sutcliffe y
 éste pidió permiso para ir al baño, recordó haber escuchado un sonido y
 pensó que tal vez había soltado algo en el lugar. Inmediatamente se 
trasladó al lugar y, al alumbrar el lugar donde había supuestamente 
orinado Sutcliffe, descubrió un martillo y un cuchillo.
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [V])
Por un descuido, casi es descubierto 
Peter Sutcliffe. En Abril de 1980 se le ocurrió embriagarse y fue 
detenido por la Policía cuando fue visto manejando erráticamente. La 
pena por esa infracción podía provocar la pérdida de su licencia de 
manejo. Eso implicaba no más visitas a la chica de Glasgow. Para gran 
fortuna de Sutcliffe los datos relativos a este incidente no fueron 
cruzados con los bancos de datos dedicados al destripador de Yorkshire, a
 pesar de que había instrucciones precisas de investigar cualquier 
incidente de tránsito ocurrido cerca de las zonas rojas de Yorkshire. 
Antes de asistir a su audiencia programada para Enero de 1981, Sutcliffe
 atacó a sus cuatro últimas víctimas comenzando por Marguerite Walls y 
terminando con Jacqueline Hill.
Después del asesinato de la señorita 
Hill, la clase media británica montó en cólera por la falta de 
resultados en las investigaciones. Hasta las feministas salieron a las 
calles a protestar en una marcha muy concurrida. Entonces la Policía 
recibió miles de cartas anónimas con información de posibles pistas y 
sospechosos. Entre las cartas 7,000 anónimas, iba la del amigo de 
Sutcliffe, Trevor Birdsall, quien desde el crimen contra Olive Smelt 
guardaba sospechas, pero había pasado el tiempo y continuaba pensando 
que Peter era incapaz de matar a alguien. Dos semanas después de enviar 
su carta anónima, Birdsall se presentó a la Policía y llenó con un 
oficial un reporte. Los datos fueron ingresados al sistema pero el 
tiempo siguió corriendo sin que nada ocurriera, Birdsall pensó que la 
Policía había investigado su reporte y que nada malo había con 
Sutcliffe. La realidad era que la Policía estaba sepultada de trabajo 
revisando y procesando información que se había acumulado tras 5 años de
 investigaciones. La carta y el reporte de Birdsall no llegaron a tiempo
 a las manos de los principales detectives del caso.
 El detective George Oldfield era el encargado de la investigación pero a
 falta de resultados y tras sufrir una serie de 3 infartos fue 
sustituido por el señor Jim Hobson, quien ordenó en un mensaje publicado
 a plana completa en el periódico que toda la Policía se enfocara en la 
búsqueda y aprehensión del destripador de Yorkshire. Este llamado de 
atención resultó a la postre fundamental pues en él establecía que, si 
bien se buscaba una persona de marcado acento, no debía ser descartado 
lo contrario. Otras directivas publicadas se referían al tipo sanguíneo y
 otros detalles.
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [IV])
En su trabajo de camionero Peter 
Sutcliffe era considerado uno de los más puntuales y eficientes 
empleados de su empresa. Sus compañeros pensaban que era un hombre muy 
reservado pero que se expresaba crudamente cuando de mujeres y sexo se 
hablaba. Hay que hacer notar que la Policía interrogó muchas veces a 
Sutcliffe, una de ellas debido a que las placas de su automóvil habían 
sido registradas en una de las zonas rojas del área. La explicación que 
ofreció fue que por causa de su trabajo debía cruzar constantemente esas
 zonas de la ciudad. Las autoridades habían instruido a todos los 
oficiales que memorizaran una serie de pistas que se conocían respecto 
al asesino. Pero increíblemente los oficiales, que por cualquier causa 
interrogaban a Sutcliffe, jamás revisaban los puntos acordados. 
Simplemente fallaban en reconocer que tenían al asesino en frente.
Pero hubo una situación que en nada 
contribuyó a solucionar el caso. Llegaron un par de cartas de alguien 
que aseguraba ser el destripador de Yorkshire. En casos como este, 
cuando el criminal recibe tanta atención por parte de la Prensa, esto 
provoca que otros cometan este tipo de actos que entorpecen la acción de
 la justicia.
Esta persona tuvo la ocurrencia de 
enviar una cinta de audio que fue analizada exhaustivamente por 
detectives y peritos. Se tomó la decisión de difundirla al público y 
como consecuencia se recibieron miles de llamadas con falsas pistas que 
tuvieron que ser investigadas una por una. Los investigadores 
concluyeron que el sujeto debía de ser de la región de Castletown dado 
su acento. Un grupo policial fue enviada para revisar casa por casa sin 
hallar resultado alguno. Fue cuando se comprendió que aquel destripador 
no podía ser el verdadero. Como en otros casos históricos, las cartas 
contenían ciertas pistas verdaderas, pero fallaban en otras. Pero el 
daño estaba hecho, cuando cualquier oficial interrogaba a un sospechoso 
esperaba que hablara con un acento marcado, cosa que no ocurría en lo 
más mínimo con Peter Sutcliffe, a quien se interrogó alrededor de 12 
veces.
 A pesar de una costosa campaña publicitaria que consistía de anuncios en
 periódicos letreros espectaculares, pocos imaginaban que el verdadero 
asesino era oriundo de Yorkshire, era camionero y que vivía en Bradford 
tan solo a minutos de distancia de los cuarteles policíacos. La policía 
también comenzó a explotar el uso de bases de datos y computadoras para 
ir descartando vehículos involucrados en las áreas rojas. Después de 
muchos esfuerzos, uno de los 200,000 autos descartados por las pesquisas
 informáticas, incluían uno perteneciente a un camionero que vivía en 
Bradford, es decir uno de los vehículos de Peter Sutcliffe.
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [III])
Ante la sociedad Sutcliffe se había 
creado una buena imagen pues todos lo consideraban un excelente esposo. 
En su trabajo era callado y atento pero sí había quienes conocían algo 
de su lado oscuro. Gary Jackson, compañero del cementerio, comentó que 
Sutcliffe era muy proclive a jugar bromas pesadas con los cadáveres que 
enterraba, aparte de que robaba anillos y otras joyas de los mismos. 
Luego estaba su cuñado, Robin Holland, quien acompañaba a Peter a beber 
en las zonas rojas de Yorkshire.
Este sujeto lo escuchaba alardear de sus
 aventuras con prostitutas mientras que en casa tenía la hipocresía de 
criticar a aquellos maridos que veían mujeres fuera del matrimonio. 
Terminó por no aguantar la doble cara de Sutcliffe y dejó de 
acompañarlo. Trevor Birdsall se convirtió en amigo de Sutcliffe en la 
misma época que este conoció a su mujer y continuó siendo su amigo hasta
 la detención de este. Una vez Birdsall habló a la Policía para decirles
 que sospechaba que su amigo era el destripador de Yorkshire. Él sabía 
perfectamente que a Sutcliffe le gustaban las prostitutas pero a la vez 
mezclaba este gusto con un extraño odio hacia ellas.
Tras algunos meses de matrimonio con 
Sonia la suerte favoreció a Sutcliffe, quien inesperadamente se hizo con
 un dinero con el cual pagó el trámite para obtener la licencia para 
manejar camiones y traileres. El oficio de chofer sería el definitivo en
 su vida. También era un ávido comprador de vehículos con los cuales se 
pasaba horas reparándolos, aunque nunca uno de sus coches fue 
determinante para poder incriminarlo por sus ataques.
Semanas antes del ataque contra Anna 
Rogulskyj, Sonia sufrió un aborto: no era el primero. Entonces los 
médicos informaron a la pareja que ella no podría embarazarse 
nuevamente. La noticia fue un duro golpe pues ambos deseaban un hijo, 
así lo comunicó Sutcliffe a su familia. De acuerdo al investigador 
norteamericano John Douglas, cuando un asesino serial comienza sus 
ataques es debido a que le ocurre un evento lo suficientemente fuerte 
para desencadenar la violencia que guarda en sí. Tal vez la noticia 
sobre la incapacidad para tener un hijo fue este agente desencadenante.
Tras el fallido ataque contra la 
señorita Rogulskyj, Sutcliffe atacó de nuevo pero fue interrumpido y no 
fue hasta el crimen de Wilma McCann que comenzaría su reinado de terror.
 A continuación viene la lista víctimas del destripador de Yorkshire:
01.- Anna Rogulskyj
02.- Olive Smelt
03.- Wilma McCann
04.- Emily Jackson
05.- Marcella Claxton
06.- Irene Richardson
07.- Patricia Atkinson
08.- Jayne MacDonald
09.- Maureen Long
10.- Jean Jordan 11.- Marilyn Moore
12.- Yvonne Pearson
13.- Helen Rytka
14.- Vera Millward
15.- Josephine Whitaker
16.- Barbara Leach
17.- Marguerite Walls
18.- Upadhya Bandara
19.- Theresa Sykes
20.- Jacqueline Hill
02.- Olive Smelt
03.- Wilma McCann
04.- Emily Jackson
05.- Marcella Claxton
06.- Irene Richardson
07.- Patricia Atkinson
08.- Jayne MacDonald
09.- Maureen Long
10.- Jean Jordan 11.- Marilyn Moore
12.- Yvonne Pearson
13.- Helen Rytka
14.- Vera Millward
15.- Josephine Whitaker
16.- Barbara Leach
17.- Marguerite Walls
18.- Upadhya Bandara
19.- Theresa Sykes
20.- Jacqueline Hill
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [II])
De acuerdo a algunas fuentes, Sonia 
Szurma padecía de esquizofrenia paranoide, enfermedad que se le 
manifestó a los 21 años, cuando comenzó con algunas crisis y fue 
internada. Se dice que ejercía gran control sobre Peter Sutcliffe y que 
no era del agrado de la familia de éste. Era de personalidad fría, poco 
comunicativa y distante. Una de las principales manifestaciones de su 
enfermedad era la manía por la limpieza y la pulcritud de su hogar. 
Empresa a la que dedicaba muchas horas del día, aún forzando a Sutcliffe
 a participar de los quehaceres y constantes remodelaciones de la casa. 
El gran propósito de Sonia era obtener un grado como maestra escolar y, 
cuando lo logró y comenzó a trabajar, fue que el matrimonio pudo juntar 
el dinero suficiente para independizarse.
A los ojos de los padres de Sutcliffe, 
su hijo ya cumplía el ideal que de él habían forjado desde su 
nacimiento. El único defecto que no había sido superado era su 
inconstancia laboral. Acostumbraba a llegar tarde al trabajo hasta que 
perdió su empleo en el cementerio. Continuó intentándolo en empleos 
menores hasta que consiguió el turno nocturno en la fábrica Brittania 
Works of Anderton International. Fue en el año de 1974 que, cediendo a 
la presión de sus padres, Sutcliffe contrajo matrimonio con Sonia y 
vivieron los primeros años del matrimonio en casa de los padres de ésta.
Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [I])
Cuando era un niño pequeño, Peter no 
correspondió a las ilusiones que de él se había formado su padre. Lejos 
de mostrar interés y agresividad para los deportes y los juegos, solía 
pasar el tiempo encerrado en casa. Prefería la compañía de su madre a 
los rudos juegos de sus hermanos menores. En la escuela la situación no 
era diferente, pues no le gustaba asistir y a la hora del recreo, se 
ponía a salvo de los demás en alguna esquina.
Su padre al enterarse de este 
comportamiento lo iba a visitar a la hora del descanso para animarlo a 
juntarse con los demás. Cuando pasó a la secundaria, la situación no 
mejoró gran cosa pues ahora él era el objetivo de las burlas y abusos de
 los otros al grado de que Peter dejó de asistir un par de semanas hasta
 que se descubrió que, en vez de ir, se escondía en un piso de la casa 
donde lo pasaba leyendo libros y tiras cómicas. A pesar de que se 
tomaron medidas para evitar las agresiones de que era objeto, el joven 
Peter Sutcliffe siempre fue visto como alguien diferente y aparte de los
 demás.
Las maneras agresivas y la extroversión 
del padre de Sutcliffe lo abrumaban bastante y siempre guardaba algo de 
rencor en su contra por la vida de distracciones en que estaba inmerso 
el señor. Peter estaba más identificado con su madre que con su padre. 
De hecho, al morir ella de una afección cardíaca, Sutcliffe culpó al 
señor John de provocarle la enfermedad dadas sus ausencias y desplantes.
Finalmente Peter decidió ejercitarse en 
fisio culturismo, eliminando una de tantas preocupaciones que su persona
 causaba a su padre. Con alegría su padre vio como Peter se integraba en
 algunas actividades deportivas, pero jamás con el objetivo de 
sobresalir ni de llamar la atención excesivamente. A los 15 años 
abandona formalmente sus estudios y entra a un buen número de empleos y 
ocupaciones en los que no duraba mucho tiempo. Aparentemente no mostraba
 a su edad ningún interés en las muchachas y tampoco externaba tener un 
objetivo claro en la vida. Comenzó a trabajar en el mismo molino 
que su padre, pero abandonó el empleo unas cuantas semanas después. 
Luego entró de aprendiz de ingeniero en un taller donde duró únicamente 9
 meses. Ocupó una vacante como obrero en una fábrica y también duró poco
 tiempo. Terminó empleándose como excavador en el cementerio de Bingley.
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