lunes, 18 de julio de 2016

Historia de Catalunya (" Las Capitulaciones de Pedralbes")

Es el fin de una guerra civil, que termina sin vencedores ni vencidos. El 24 de octubre de 1472  se firmaban las llamadas "Capitulaciones de Pedralbes" (por aquellos días, una población próxima a la Ciutat Comtal), que pusieron fin a la contienda civil pero sólo en falso. Joan II "el Gran" pide que no se dé por hecha la "Concordia de Villafranca". Las medidas de clemencia y una preferencia a la Diputacio rebelde frente a la realista permitiendo seguir en el cargo a diputados que habían sido opositores, trajo alguna división pero pacificó el país. Algo había que hacer para solucionar los graves problemas económicos, ya que Catalunya estaba arruinada tras la guerra. Las Corts de 1473 abordan el tema de la recuperación que no se solucionará.

Ferran II "el Católico" intentará solucionar todos los problemas, en primer lugar ocupando el Rosello y la Cerdanya. El programa económico era, en parte, el de los buscaris desde 1450. se decide también la reforma de los organismos dirigentes de Catalunya: la Diputacio y el Consell.

El problema remensa fue el último en solucionarse. Durante la guerra el jefe de los remensas Francesc Ventallat fue hecho vizconde de Hostolés, pero sobre los malos usos la política siguió siendo ambigua, lo que dará lugar a nuevas revueltas, como la de 1475, o se manifestará en medidas antirremensas (Corts de 1480). Ferran tiene tantas dudas sobre la cuestión que los nobles recuperan derechos perdidos y entonces se produce la 2ª guerra remensa (1484) dirigida por Pere Joan Sala que consigue una revuelta de grandes proporciones. Esto fuerza el compromiso que se plasmará en la "Sentencia Arbitral de Guadalupe" (1486) en donde los malos usos son redimidos mediante el pago de sesenta sueldos por mansos y los campesinos lograrán una serie de libertades. Los señores fueron indemnizados y al monarca se le pagó una multa de 50 mil libras. Los señores siguieron teniendo derechos sobre los campesinos cultivadores pero no de la forma humillante como hasta aquel momento.

Historia de Catalunya ("Las Capitulaciones de Vilafraca")

Así se llama al acuerdo al que llegaron entre el rey de Aragón, Joan II "el Gran" y la Generalitat de Catalunya el 21 de junio de 1461. Las autoridades catalanas eran partidarias de Carlos de Viana como Príncipe, produciéndose continuas tensiones con el rey. El 2 de diciembre de 1460, Joan II hace encarcelar a su hijo Carlos y las Corts Catalanas, reunidas en Lleida, exigen su liberación. A pesar de negarse inicialmente, finalmente cede el 25 de febrero de 1461 y es la propia reina Juana Enríquez quien traerá a Carlos a Barcelona.
El embajador de la Generalitat recibe a la reina fuera de Barcelona y le recomienda que no entre en la Ciutat Comtal. Esta, investida lugarteniente de Catalunya, por el rey Joan II, se instala en Villafranca del Penedés, donde recibirá varias embajadas catalanas.
Fruto de estas negociaciones, se acordó la "Capitulación de Villafranca", en que Carlos de Viana, era reconocido como primogénito y lugarteniente perpetuo de Catalunya. Además el monarca se comprometía a no entrar en Catalunya sin permiso de las autoridades de la Diputación.
De resultas del acuerdo, el príncipe Carlos de Viana, será recibido con gran alegría en Barcelona y el anterior lugarteniente y hombre contrario a la Generalitat, era desterrado a Valencia.
Cuando la guerra en el seno de la Corona de Aragón estaba próxima a reanudarse se produjo la sorprendente muerte de Carlos de Viana, a los 40 años, el 23 de septiembre de 1461. Su madrastra, Juana Enríquez, fue acusada de haberle envenado por la mera razón de que estaba cerca de Barcelona cuando aconteció la muerte. Tampoco faltaron quienes acusaron directamente a Joan II "el Gran" de ordenar asesinar a su hijo, cuya existencia y actuaciones políticas cada vez resultaban más incómodas al Rey de Aragón. Y bien es cierto que la desaparición de Carlos reforzó la autoridad de su padre en Catalunya y allanó el ascenso al trono de Ferran II "el Catolico", pero también lo es que la salud del príncipe era mala desde hacía años.

Leyendas en Catalunya (El "Simiot" [II])

Sus primeras noticias datan del siglo X, donde cuenta que estas comarcas fueron invadidas por extrañas criaturas mitad humanas, mitad bestias que atacaron a los pobladores del lugar principalmente niños y mujeres, produciendo verdaderas carnicerías. Relataban que incluso entraban en las casas de los campesiones para acometer sus atrocidades
Ante tal deseperación de miedo, los lugareños pidieron al abad de Arlés Arnulfo que marchara a Roma para pedir ayuda. Allí, Juan XII (955-963) despachó rápidamente al prior, ofreciéndole como protección ante aquellas criaturas, las reliquias de Abdón y Senén. Parece ser que este remedio dio sus frutos, ya que en cuanto llegaron estos restos la invasión de simiot se redujo.

En el pueblo de Arlés-sur le Tec sigue vivo el recuerdo de estas criaturas donde tienen una calle con este nombre. Sus figuras están esculpidas en la arquitectura del pórtico de la Iglesia de Santa María.
En 1591, el párroco Miquel Llop les echó la culpa de las calamidades que sufrían los campesinos en sus granjas.

Hay noticias en el siglo XVIII que uno de ellos fue capturado y fue paseado por las distintas ferias y mercados de Europa, al que alimentaban de pan y leche ya que no tenía dentadura. Sobre el final de este hombre mono no hay noticias.
Los simiots fueron expulsados por el monje Arnulfo, capellán de Arlés de Tec, en 1072 utilizando para ello las reliquias de los santos Abdón y Senén, a los que popularmente se les conoce como San Nin y San Non.

En Arles de Tec, la festividad de estos santos se celebra el 30 de julio, y ese día se reparte a los frailes el agua que brota del sepulcro de los santos, a la que se le atribuyen virtudes milagrosas, como la curación de la lepra en el siglo XIII al caballero Guillermo Gaucelme, cuyo relieve en forma de cruz está situado sobre la tumba y al que le falta un trozo de la nariz como testimonio de la lepra que las aguas le curaron. En el pórtico de la iglesia de Santa María de Arles de Tec, fundada en el año 778, están representados los simiots.

http://es.mitologiaiberica.wikia.com

Leyendas en Catalunya (El "Simiot" [I])

Monstruo antropomórfico catalán que vivía oculto en el valle del Tec (Vallespir), en las montañas pirenaicas. Su hábitat son los árboles de los bosques pirenaicos, donde se alimenta de frutas, pero no puede beber agua, por ser veneno para él.
Muy peludo, fuerte y olor desagradable. Emite chillidos y su aspecto es simiesco este es la descripción que responde de supuestos hombres monos que habitan en diferentes zonas del mundo, pero buena parte de la cordillera de los Pirineos, que limitan Francia de España, existen evidencias de estos extraños seres, que desde hace siglos son conocidos como simiot.

De índole malvada, provocaba tormentas e inundaciones que destruían los cultivos. También secuestraba a los niños, a los que se llevaba al bosque de donde no volvían.
Algunas veriones tambien le otorgan cuernos, garras y los pies de cabra. Tanto por su aspecto como por su hábitat, los simiots están directamente relacionados con los seres de los bosques de la mitología clásica: Pan, Silvano, faunos y sátiros, que el cristianismo trató de demonizar en siglos posteriores asociandolos con el diablo.

Sus leyendas aparecieron hace siglos, con las huellas surcadas en las heladas cumbres o los húmedos bosques. Donde más presencia literaria ha tenido este ser es en el sector norte el Pirineo catalán, en la comarca de Vallespí, una zona de espesos bosques y húmedos prados donde fluye el bravo río Tec.

Leyendas en Catalunya (El "gegant" Farell")

Dice la historia que en las inmediaciones de Caldes de Montbui (Barcelona), había una masía  llamada "el  Farell", en la que habitaba un gigante de singulares proporciones. Entregado a las labores del campo, exhibía una gran fuerza y todos en la zona le conocían por el nombre de "Farellás". Y como quiera que en toda leyenda siempre hay "un buen día...", este no se hizo esperar. Y fue así que un buen día otro gigante que andaba de paso, asombrado por la fortaleza física del bueno de "Farellás", le propuso viajar  hasta  Barcelona a fin de rescatar a la bella Gisla cautiva de un gigante moro.
El gigante payés aceptó el reto  en un  gesto  que  todavía le honra y  por el camino  tomó  un  pino  de  un  frondoso bosque  para  emplearlo como bastón y también para saltar la  muralla que rodeaba  Barcelona por aquel  entonces. En resumidas cuentas, el bueno de Farellás resultó vencedor y por  haber llegado a la ciutat condal en  compañía de la conífera, adoptaría en lo sucesivo el nombre del  "Gegant del Pi" que, a su vez, da título a la canción popular catalana que todos conocemos (El Gegant del Pi).
Acabado con su cometido, nuestro gigante tomó el camino de regreso a casa, pero como quiera que estaba exhausto, poco antes de llegar decidió tenderse a descansar para reanudar la marcha más tarde. Sucedió, que mientras el ahora "Gegant de Pi" dormía bajo un árbol, le sorprendió un inmenso aguacero acompañado de granizo que cubrió el cuerpo del gigante en toda su extensión. Se dice que nunca más despertó, pero sobre él se formó la montaña que hoy conocemos como "Farell".

 http://www.masiafarell.com