lunes, 19 de octubre de 2015

Leyendas en Catalunya (Marraco)

Marraco viene del euskera y significa "dragón". Es un animal totémico de Lleida y su leyenda data del siglo V aC. Como animal mitológico no ha existido nunca y su representación es libre.
Para los antiguos ilergetes este animal era la representación de su dios, su símbolo. Los caudillos eran considerados los hijos de dios y como el caudillo más importante era "Indíbil", el Marraco era considerado su padre espiritual.
En la Edad Media esta figura de animal monstruoso con forma de dragón, circulaba como un vehículo en las procesiones de Corpus. En 1551, un dragón antecedente del moderno "Marraco" asiste a la procesión de la Asunción. Lo diseñó y pintó Juan Giménez. Antecedentes históricos más cercanos son el Marraco de 1907, ideado por los concejales municipales Pere Castro y Manuel Soldevila, y construído entre otras personas por el arquitecto Morera y el carpintero Félix Font, así como el Marraco de 1941. La actual representación fue construida en 1957 por el arquitecto Lluís Domènech Torres. Forma parte de la extensa colección de Gigantes de Lérida, y preside, junto con los Gigantes de la Paería, todas las celebraciones populares. Tiene un tamaño de 8,5 m de largo por 2,90 m de ancho y 3,75 de alzada. Su peso supera las dos toneladas. Es un dragón sin alas, de color verde con colmillos muy afilados y saca humo por la nariz.
Como recuerdo de Lo Marraco se puede comprar peluches, llaveros, figuras, bolígrafos y postales.

fuente:  http://www.paeria.cat

Leyendas en Catalunya (La Cucafera)

La cucafera es el bestiario popular catalán un dragón monstruoso que tradicionalmente ha precedido la procesión del Corpus de algunas poblaciones catalanas (Tortosa, Morella) para representar la idolatría o la herejía.Una de las formas más populares, se emparenta con la Tarasca de Provenza. Se trataría de una especie de tortuga gigante, con la cáscara de este animal, pero con cabeza similar al cocodrilo en la punta de un cuello extensible. Peta los dientes de una manera seguida respecto amedrentar niños, en la que se explica que cada día se come trece gatos y tres niños vivos. En Tortosa se paseaba la madre seguida de sus dos hijas. En Valencia en 1993 se han incorporado a la Cuca Fera de Santa Margarita dos figuras monstruosas, el dragón de San Jorge y la tarasca de Santa Marta.Otra forma que no deja de ser popular, sobre todo entre los niños, es una especie de dragón, según como una procesionaria muy grande, no alado que se arrastra por el suelo con un número indeterminado de patas. En el bestiario popular, cada pata es una persona diferente. En el bestiario de Begues (Barcelona) hay una criatura del mismo nombre de difícil descripción.

Leyendas en la Peninsula Iberica (La Serrana de la Vera [III])

Leyenda

Cuenta la leyenda que Isabel de Carvajal, de familia de clase media, era una mujer de una belleza sin igual. Pero esta belleza era perfectamente compatible con su fortaleza física y su valentía. Tenía aficiones propias en aquella época de los hombres. Le gustaba la caza de animales como el lobo y el jabalí. Recorría la sierra de punta a punta y tiraba con su ballesta, pero todas estas aficiones no limitaban un ápice su feminidad.La Sierra de Tormantos, fue según cuentan, el escenario donde Isabel de Carvajal la Serrana de la Vera llevara a cabo sus crímenes allá por el siglo XVI, utilizando para ello su fortaleza y su belleza, cumpliendo así su venganza con todo hombre que se cruzaba en su camino.

De Garganta la Olla (Cáceres) Isabel se enamoró de un caballero de buena familia, sobrino del que fuera por aquel entonces obispo de Plasencia. Pero este caballero de familia noble, después de seducirla y enamorarla, la abandonó.
En una mezcla de desamor, humillación y desesperación, la Serrana de la Vera se marcha sola a la Sierra. Durante mucho tiempo, su cuerpo fuerte y ágil aguantó la soledad en una cueva, alimentándose de lo que conseguía cazar con su ballesta.

Entonces fue cuando comienza su venganza. Para ello asaltaba a cuanto hombre se cruzaba en su camino. Pero esto lo hace de una forma muy peculiar. Una vez que los seduce y los engaña, los lleva a su cueva, les ofrece suculentos platos de comida y hace el amor con ellos, satisfaciendo sus deseos más íntimos y luego los mata.
Los va enterrando en un paraje que está lleno de cruces de tumbas de todas sus víctimas. Pero un día, uno de los hombres que se llevó a su cueva consiguió huir de ella. Le persiguió durante mucho tiempo pero no pudo darle alcance y viéndose derrotada y desesperada, le gritaba que no contara a nadie dónde estaba su cueva.
El pastor que consiguió escapar llega al pueblo y cuenta lo sucedido ante el asombro de todos. Fue detenida y dicen que ahorcada por los crímenes cometidos.

fuente: http://www.revistamadreselva.com 


Leyendas en la Peninsula Iberica (La Serrana de la Vera [II])

La ciudad tenía entonces derecho a voto en las Cortes de Castilla, siendo prueba de ello el envío de dos procuradores a las cortes realizadas en Madrid en 1391. El siglo XV fue un período clave de la historia de la ciudad, durante el cual los comportamientos feudalizantes de la Edad Media dieron lugar al final del estatuto de realengo y al consiguiente establecimiento de una jurisdicción de señorío. En 1442 el rey Juan II de Castilla dio la ciudad a la familia de los Estúñigas o Zúñigas, concediendo a Pedro de Zuñiga, el título de Conde de Plasencia. Al pasar a señorío, Plasencia perdió el derecho de voto en las Cortes. En 1446, por deseo de su obispo, el cardenal Juan Carvajal, se crearon en la ciudad unos estudios de Humanidades, que fueron los primeros estudios generales de rango universitario que existieron en lo que hoy es Extremadura.
En la segunda mitad del siglo XV, Plasencia tuvo cierta participación en los conflictos bélicos relacionados con el acceso al trono. El rey Enrique IV fue depuesto en la ciudad el 27 de abril de 1465 como soberano de Castilla. Más tarde, el Conde de Plasencia tomó parte activa en la "Farsa de Avila" arrebatando la espada, símbolo de la justicia, a la estatua de madera que representaba al rey castellano y proclamando como tal al Infante Alfonso. Posteriormente, la reina de Castilla, Juana la Beltraneja y Alfonso V de Portugal se casaron el 29 de mayo de 1475 en la "Casa de las Argollas", donde fueron proclamados reyes de Castilla y Portugal.

En junio de 1488, el Duque falleció y le sucedió su nieto Álvaro de Zuñiga y Pérez de Gúzman. La nobleza placentina aprovechó la ocasión para levantarse en armas contra los Zúñiga y recuperar de este modo el poder que detentaban anteriormente sobre la ciudad y sobre las rentas de las tierras que dependían de la misma. Los sublevados fueron apoyados por los Reyes Católicos, que revocaron la donación hecha por Juan II, argumentando que había sido excesiva y contra su voluntad. La revuelta triunfó y el estatuto de realengo fue repuesto, siendo ratificado el 20 de octubre de 1488 en las puertas de la catedral, con la presencia de Fernando "el Católico", que juró defender siempre los fueros y la libertad de Plasencia

Entre 1520 y 1522, durante la Guerra de las Comunidades de Castilla, Plasencia participó de parte del bando comunero, consiguiendo instaurar una comunidad en Plasencia pero ésta se vio mermada por la cercanía de núcleos realistas cercanos, como Ciudad Rodrigo o Cáceres.
Entre 1528 y 1531 residió en Plasencia el compositor Cristóbal de Morales, que desempeñó allí el cargo de "maestro de capilla"

Plasencia tuvo cierta importancia también durante la conquista americana. En 1539, una expedición financiada por el obispo Gutierre de Vargas Carvajal fue al Estrecho de Magallanes. Uno de los barcos de la expedición, dirigido por Alonso de Camargo, consiguió cruzar el estrecho.
 En 1573, el obispo placentino Pedro Ponce de León donó al Monasterio de El Escorial parte de su biblioteca, entre cuyas obras se encontraba entre otras el "Códice Enilianense" procedente del procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla. En 1665, otro obispo, Diego de Arce y Reinoso, tenía en el momento de su fallecimiento una biblioteca de 3880 obras en 10 000 volúmenes.


Leyendas en la Peninsula Iberica (La Serrana de la Vera [I])

Plasencia es una ciudad y municipio de la provincia de Cáceres, situado en el norte de la Comunidad autónoma de Extremadura. El municipio, que no forma mancomunidad con los pueblos que le rodean, limita con poblaciones de cinco comarcas: Alagón, Granadilla, Jerte, Manfragüe y la Vera.

Origen.

Aunque la actual ciudad de Plasencia no se fundó hasta 1186, hay pruebas de que el territorio ya estuvo habitado en la prehistoria, pues se han hallado restos de cerámica en la Cueva de Boquique. Además, el dicciionario de Pascual Madoz señala que pudo ubicarse en la actual Plasencia un lugar desaparecido que se llamaba Ambroz o Ambracia, aunque es posible que dicho emplazamiento estuviese en Aldeanueva del Camino mientras en Plasencia había un pago llamado "Pagus Ambracensis". En cualquier caso, se conoce la existencia de construcciones de origen árabe anteriores a la fundación de la ciudad. Entre estas construcciones, había una torre del siglo VIII situada junto al puente de Trujillo que se llamaba Torre del Ambroz, junto a la cual se construyó un pequeño caserío árabe.
En un documento expedido en Burgos en 1181 bajo reinado de Alfonso VIII de Castilla se estableció, en contradicción con el Tratado de Medina y con la frontera de la Plata entre los reinos de León y Castilla, que buena parte del territorio del norte de la actual provincia de Cáceres y del noroeste de la provincia de Toledo pertenecían al alfoz del concejo de Ávila.  Esta situación cambió en 1186, con el desgajamiento concejil de la ciudad de Plasencia, fundada ese mismo año por Alfonso VIII; el monarca fijó la delimitación de territorios del nuevo concejo en 1189. El lema de la ciudad recién fundada fue "Ut placeat Deo et Hominibus", que en latín significa 'para agradar a Dios y a los hombres'. En 1189, el papa Clemente III creó la Diócesis de Plasencia con sede en la ciudad. Los inicios de la ciudad fueron duros, debido a encontrarse en una zona fronteriza y a su cercanía a los territorios dominados por los musulmanes. En 1196 fue tomada por los almohades, como consecuencia de la Batalla de Alarcos, pero Alfonso VIII y el Reino de Castilla la recuperarían ese mismo año, el día 15 de agosto. Tras esta reconquista se tomaría la decisión de construir las murallas de la ciudad.

A finales del siglo XIII el rey otorgó el Fuero de Plasencia, que otorgaba mucha importancia a la convivencia entre cristianos, musulmanes y judios. Ello propició la formación de una importante comunidad judía, que fue la más grande de Extremadura y tuvo considerable poderío económico.
Una de las primeras referencias escritas que se tienen de una "corrida de toros" se halla en las "Cantigas de Santa María" de Alfonso X "el Sabio", en el llamado "Toro de Plasencia", cantiga en la cual se narra lo acontecido en una corrida celebrada en la plaza de la ciudad, donde gracias a la intervención milagrosa de la Virgen un hombre salva su vida de morir a manos de uno de los toros que se estaban lidiando en aquel momento.


Leyendas en la Peninsula Iberica (La Guajona)

A muchas madres les preocupa. a veces el color pálido de sus hijos y  lo achacan a que no comen bien, a que algo les ha sentado mal  o incluso a que han contraído una enfermedad desconocida. En Cantabria hay otra razón para explicar estas anomalías en la salud de los niños. La Guajona.
La Guajona, que en otros tiempos recibió el nombre de Lumia, es una vieja delgadísima y siniestra,  tapada de la cabeza a los pies con un manto negro. Lo único que se le ve son las manos  renegridas y sarmentosas, los pies que en realidad son patas de pájaro y la cara, una cara amarilla, rugosa, consumida, sembrada de pelos y verrugas, con ojos diminutos y brillantes como estrellas... nariz aguileña y una boca de labios delgados y descoloridos en la que se ve un único diente, negro y enorme como un puñal... pues le llega hasta por debajo de la barbilla.
La Guajona no vive de día y nadie sabe dónde se mete a la luz del sol, aunque se cree que bajo tierra. Por la noche sale y pasa como una sombra confundiéndose entre estas... Entra en las casas sin hacer ruido... se acerca a los niños y jóvenes sanos cuando están durmiendo y les clava su diente largo y afilado en una vena, para de esta manera beberles la sangre y dejarlos descoloridos y débiles... Es, por tanto... la mujer vampiro de Cantabria.
A pesar de su crueldad, hay que decir que sus ataques no son mortales y que esta especie de Drácula de la Montaña no mata a sus víctimas
fuente:  http://appg-appg1970.blogspot.com.es