Güímar es un municipio perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en la isla de Tenerife. La capital municipal se ubica en la Villa de Güimar, situada a 278 m de altura sobre el nivel del mar
Origenes
El 
menceyato surge como tal a finales del siglo 
xiv tras la división de la isla en nueve bandos a la muerte o vejez del último 
mencey único de Tenerife.
A finales del siglo 
xiv o principios del 
xv tiene lugar en las costas de Güímar la aparición de la imagen de la Virgen de Candelaria. Los guanches la trasladan a la Cueva de Chinguaro, residencia del 
mencey,
 donde la imagen es venerada. Más tarde, un guanche que había sido 
tomado prisionero de niño por europeos y que había vuelto a la isla 
convertido al cristianismo, explica al 
mencey el significado de la imagen, y esta es trasladada a la Cueva de Achbinico. 
Hacia 1450 se funda en la zona de la moderna ciudad de Candelaria un 
eremitorio formado por tres frailes dirigidos por Fray Alfonso de 
Bolaños. Estos religiosos vivían entre los guanches, hablando su lengua y
 bautizando a muchos de ellos. Esta misión duraría hasta fechas próximas
 al inicio de la conquista.
Esta actividad evangelizadora, junto con la conflictividad que existía entre el 
mencey de Güímar y otros 
menceyes de la isla, especialmente con el de Taoro, influyó de gran manera en las relaciones amistosas que Güímar estableció con los europeos. En 1464 el 
mencey
 de Güímar sella las Paces del Bufadero con Diego García de Herrera, 
paces que ratificaría hacia 1490 con el gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera por mediación del nuevo líder del eremitorio de Güímar, Fray Antonio Cruzado, y con Alonso Fernández de Lugo en el momento de su primer desembarco en 1494
Durante la conquista, el 
menceyato de Güímar es el bando que 
más ayuda presta a los conquistadores, aportando tropas auxiliares y 
avituallamiento durante toda la campaña. Sin embargo, en 1497 Alonso 
Fernández de Lugo tomó a muchos guanches de este y otros bandos de paz como prisioneros y los vendió como esclavos. Ante las quejas en la corte, los Reyes Católicos
 ordenan la liberación de los guanches de las paces, y en 1498 el 
gobernador de Gran Canaria Lope Sánchez de Valenzuela se traslada a 
Tenerife para dar cumplimiento a la orden real.
Asegurada su libertad, los guanches de las paces fueron 
progresivamente integrándose en la nueva sociedad implantada por los 
castellanos. Fueron muy pocos los indígenas que en Güímar obtuvieron la 
propiedad de algún trozo de tierra cuando los nuevos gobernadores 
procedieron al reparto de lo que fue su antiguo territorio. Quizás por 
esto, grupos considerables de guanches continuaron formando núcleos 
netamente indígenas en lugares como Guaza, y que llegaron a mantener su 
propia identidad al menos hasta mediados del siglo 
xviii