lunes, 29 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (Marcel·lí Perelló)

Marcel·lí Perelló i Domingo, nació en  Barcelona, ¿1897? - fallece en Ciudad de México 1961. Hijo de Frederic Perelló y Magdalena Domingo, fue jefe de las milicias del partido político Estat Català y formaba parte de la organización terrorista "Bandera Negra". Dirigió el complot de Garraf que, en 1925, se proponía atentar contra el rey Alfonso XIII y toda su familia, colocando un artefacto explosivo en un socavón por donde pasaría el tren con el monarca y la familia real. Una delación propició que el atentado fracasase y Perelló y los otros implicados, una vez detenidos y juzgados, fueron condenados a la pena de muerte que luego se conmutó por cadena perpetua. A la caída de la dictadura de Primo de Rivera (1930), los implicados fueron amnistiados y salieron en libertad.
Mientras estuvo encerrado en el Penal de El Dueso conoció a Edelmira Valls, que organizó una gran movilización, nacional e internacional, en solidaridad con los implicados en el atentado. Se casaron a su salida de la cárcel y tuvieron seis hijos.
Perelló fue secretario general de "Estat Català", y también militó en "Nosaltres Sols!" y en el "Partit Català Proletari". Su radicalismo le hizo enfrentarse a Francesc Macià. Durante la Guerra Civil, Perelló dirigió el Diario de Barcelona. En 1939 se exilió con su familia a Francia, desde donde se embarcaron a Casablanca, en primer lugar, y desde allí a bordo del transatlántico portugués Nyassa a México, donde llegaron en 1942. Perelló trabajó en el comercio de la ferretería, y participó my activamente en las acciones de grupos independentistas catalanes en el exterior de España. Fue miembro activo de la "Unión Catalana Independentista", muy próxima a Catalunya Grop de Santiago de Cuba dirigido por Salvador Carbonell, Badó.


Leyendad en Catalunya (Josep Badia)

Josep Badia i Capell, nacio en Torregrosa (Lleida) en 1903 - Barcelona, 28 de abril de 1936) fue un político español. Adscrito al nacionalismo catalán, era hermano mayor del también político nacionalista catalán Miquel Badia.
Se trasladó a Barcelona en 1919 y pronto se introdujo en el comercio de vinos. En 1922, año en el que su hermano Miquel, tres años menor, emigró también a Barcelona, se afilió a las juventudes de "Estat Català". Los Badia entraron en contacto con el independentismo catalán a través del deporte y el excursionismo. Tras la proclamación de la Segunda República, por orden de Francesc Macià, Miguel Badia creó la organización paramilitar de Estat Catalá, los escamots de las JEREC (Joventuts d'Esquerra Republicana-Estat Català), frecuentemente enfrentados a los grupos de autodefensa de la FAI. José partició en la organización de las JEREC.
Con su hermano participó en la proclamación del Estado catalán de octubre de 1934.
El 28 de abril de 1936, a las tres y media de la tarde, fue asesinado junto con su hermano Miquel en la carrer de Muntaner de Barcelona por miembros de la FAI como represalia por su anterior campaña contra miembros del anarquismo catalán.
Junto a su hermano, fue enterrado en el cementerio de Montjuic


Leyendas en Catalunya (Miquel Badia)

Miquel Badia i Capell, nacio en Torregrosa (Lleida) el 10 de marzo de 1906 - fue asesinado en  Barcelona, 28 de abril del 1936. Fue un político que milito en el partido nacionalista catalán "Estat Català" y que participó en un atentado frustrado contra Alfonso XIII, el complot del Garraf, el 25 de junio de 1925. Fue también jefe superior de los servicios técnicos de la Comisaría General de Orden Público de la Generalidad republicana, etapa durante la cual se ganó fama de represor de anarquistas y uno de los organizadores de la proclamación del Estado catalán en octubre de 1934.
De familia pagesa, estudió el Bachillerato en Lleida, y en 1922 se trasladó a Barcelona para ser piloto de marina mercante. Nacionalista catalán radical, se afilió a "Estat Català" poco después de su fundación por Francesc Macià y fue uno de los fundadores de su facción armada, "Bandera Negra", durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Implicado en el intento de asesinar el rey Alfonso XIII durante una visita de este en 1925 a Barcelona ("Complot del Garraf"), fue detenido y condenado a 12 años de prisión. Estuvo recluido en los penales de Alcalá y de Ocaña, donde pasó tres años encarcelado. En 1930, con la caída del dictador Miguel Primo de Rivera, fue amnistiado.
Proclamada la II República, creó las JEREC (Joventuts d'Esquerra Republicana-Estat Català). En 1932 pasó a ser secretario de Josep Dencàs, consejero de Sanidad y de Asistencia Social. El 24 de noviembre del 1933 movilizó una parte de los 7000 "escamots", la milicia paramilitar de "camisas azules" de las JEREC y los destinó a garantizar el funcionamiento de los servicios públicos para romper la huelga de transportes en Barcelona.
En diciembre de 1933 fue designado secretario de Orden Público de la Generalidad, y en marzo de 1934 pasó a ser jefe superior de los servicios técnicos de la Comisaría General de Orden Público de la Generalidad (cargo equivalente al de jefe superior de la policía en Catalunya). Desde ese cargo institucional fue cómplice del pistolerismo antisindical utilizando la violencia contra los sindicatos y permitiendo también el uso de la misma por parte de la patronal nacionalista catalana. En septiembre del 1934 fue forzado a dimitir a raíz de un incidente en el Palau de Justicia de Barcelona, en el que en un juicio en el que se juzgaba a un abogado nacionalista amigo suyo, Josep Maria Xammar, acusado de desobediencia, policías a las órdenes de Badia entraron en la sala y a la fuerza utilizando la violencia y las amenazas se llevaron detenido al fiscal que mantuvo la acusación con el fin de impedir que su amigo fuera juzgado.
Fue uno de los organizadores de la proclamación del Estado catalán en octubre de 1934. Como consecuencia de los hechos, huyó de España permaneciendo en varios países: Francia, América, Alemania, Bélgica y finalmente Andorra. Tras las elecciones de febrero de 1936 y el triunfo del Frente Popular, fue amnistiado y volvió a Catalunya, donde se dedicó a la reorganización de las juventudes paramilitares de Estat Català.
El 28 de abril de 1936, a las tres y media de la tarde, fue asesinado junto con su hermano Josep Badia en el carrer de Muntaner de Barcelona, por miembros de la FAI como represalia por su anterior campaña de asesinatos contra miembros del anarquismo catalán. Sin embargo, Josep Andreu Abelló, explicó que Badia había querido entregarle un informe comprometedor sobre diversos dirigentes de Esquerra, pero que no había podido hacerlo porque el día de la cita para la entrega coincidió con el de su asesinato. Uno de los principales implicados en el asesinato fue el anarcosindicalista Justo Bueno Pérez


Asesinos en Serie (Dagmar Overbye [III])

Durante el juicio se dijo que probablemente Dagmar había estado influenciada por el nafta (un compuesto tóxico) a la hora de cometer los asesinatos, aunque la hipótesis se descartó y, conjuntamente y pese a los diagnósticos de Dagmar como una mujer trastornada, también se desechó la alternativa de que estuviese loca. En cuanto a Svendsen, el novio de Dagmar, se supo que éste recibía dinero de ella y que no le gustaban los niños, cosas que juntas lo volvían sospechoso de colaboración. Por su parte, la madre de Dagmar mostró una extraña inestabilidad emocional  en el juicio, estando unas veces en actitud pasiva, otras en una intensa desesperación, y algunas en un estado de enérgica jovialidad. Un punto interesante del proceso fue cuando, ante la acusación de asesinato premeditado, el abogado de Dagmar dijo que ésta no era sino "el instrumento de una sociedad dañada y de unas madres irresponsables".
Finalmente a Dagmar se le terminó condenando por 9 asesinatos (confesó 16 pero no todos pudieron probarse) y se le dictó pena de muerte; mas, aunque el veredicto no fue apelado, un mes después se la perdonó y se le impuso cadena perpetua. La razón de esto estuvo en el hecho de que el debate logró hacer tomar conciencia a los presentes de una verdad fundamental: Dagmar era culpable, pero detrás de ella estaban dos grupos de culpables: primero, los padres y madres irresponsables que no supieron prevenir el nacimiento de un bebé que no iban a poder y/o querer cuidar; segundo, la totalidad de la sociedad danesa que, en virtud de determinados defectos, propiciaba hasta cierto punto el nacimiento de niños fuera del matrimonio.
Después de ser trasladada de la prisión de mujeres en Christianshavn a la Prisión Occidental, el tiempo pasó y el 6 de mayo de 1929 Dagmar falleció en cautiverio a la edad de 46 años. Las obras que cometió en vida fueron indiscutiblemente reprobables, pero el legado de concientización que dejó se plasmó en una ley de supervisión para los niños nacidos fuera del matrimonio, la cual estuvo en pleno vigor hasta 1965.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


Asesinos en Serie (Dagmar Overbye [II])

Tras asesinar infamemente a su propio hijo, Dagmar se fue a Copenhague, la capital de Dinamarca. Allí consiguió empleo en una tienda de dulces, y poco después conoció a Svendsen, se fue a vivir con él, y nuevamente quedó embarazada de él, dio a luz y, "misteriosamente", el niño murió por razones aún desconocidas.
Dagmar pasó al "salón de la fama" porque, aprovechándose de casos en que se daban en adopción niños nacidos fuera del matrimonio, asesinó a 15 (aunque solo se probaron 9) infantes con inusitada crueldad: estrangulándolos, ahogándolos, o incluso tirándolos vivos al fuego de la chimenea.
El primer asesinato de la serie lo cometió en 1916. Todo empezó cuando vio un anuncio en el periódico, dentro del cual Rasmine Jensen, madre soltera, daba en adopción a su segundo hijo, ofreciendo a quien lo adoptara el equivalente (simbólico al parecer) a unos dos dólares americanos. La desesperación de la joven madre podía olerse en el anuncio, y Dagmar vio allí una fácil oportunidad para desahogar sus instintos homicidas. Entonces contactó con rapidez a Rasmine y, apenas un poco después de apoderarse del pequeñito, lo estranguló, fue hasta el cementerio más grande de Copenhague, buscó un inodoro y tiró el bebé muerto al inodoro.
De allí en adelante el método sería siempre este: 1) buscar el anuncio de una madre desesperada que, en su situación angustiosa, ofrece apenas una insignificante compensación económica a quien adopte su hijo, 2) contactar a la madre llamándola, 3) encontrarse con la madre, recibir al infante y a la pequeña suma de dinero, 4) esperar un rato después de la partida de la madre, 5) matar al infante estrangulándolo, ahogándolo o quemándolo en la chimenea, escondiéndolo el cadáver en el ático cuando fuese necesario. De entre todas las víctimas solo una sobrevivió, siendo encontrada mientras Dagmar estaba en la cárcel, cumpliendo una condena por robo que debía durar de 1918 a 1919. Las fuentes no aclaran el caso, pero puede pensarse que Dagmar dejó al niño con vida fuera de su casa (como hizo con el bebé del cementerio, aunque en ese caso la criatura estaba muerta); ya que, de haber sido encontrado en su casa, se la habría culpar y casi de seguro se habrían descubierto los bebés del ático.
La perdición de Dagmar vino en 1920 con el pequeño hijo de Karoline Aagesen, ya que, al día siguiente de dar al niño, Karoline se arrepintió y fue en busca de su pequeño a la casa de Dagmar. Sin embargo el niño no estaba, y Dagmar no podía sino ofrecer extrañas explicaciones sobre dónde estaba el pequeño y por qué estaba allí. Así, Karoline sospechó que algo andaba mal y llamó a la Policía. Lastimosamente no se equivocó, pues los agentes encontraron que, lo que alguna vez fue su hijo, era ahora un pequeño, negruzco y chamuscado cúmulo de restos humanos que yacían junto a los leños que alimentaban la chimenea de la monstruosa Dagmar.

 

Asesinos en Serie (Dagmar Overbye [I])

Dagmar Johanne Amalie Overbye, nacio el  23 de abril de 1883 en  Skanderborg (Dinamarca) - fallece el 6 de mayo de 1929 en Copenhague (Dinamarca), fue culpable de matar entre 9 y 25 niños (entre los cuales figuraba su propio hijo) entre 1913 y 1920. El 3 de marzo de 1921 fue sentenciada a la pena de muerte en uno de los juicios más importantes de la historia de Dinamarca, y que supuso el cambio de la legislación sobre las cuidadoras de niños. La sentencia posteriormente fue conmutada por la cadena perpetua.
De Dagmar se dice que fue abusada sexualmente cuando era niña, aunque esto nunca se demostró. En todo caso su niñez no fue saludable y, con tan solo doce años de edad, ella tuvo problemas con la ley y se fue de casa. Sin embargo, tres años después Dagmar regresó a la casa de sus padres en Aarhus. Tiempo después, Dagmar intentó conseguir dinero como sirvienta pero fue acusada de robo y en 1909 le dieron su primera condena en Fiona.
Posteriormente y ya cumplida la condena, ella consiguió trabajo en un restaurante. Allí tuvo un romance con uno de los empleados y se quedó embarazada, dando a luz a su primer hijo. No obstante, el bebé murió mientras Dagmar vivía en casa de su madre
La pérdida del primer hijo no hizo que Dagmar se cuidara más, y antes de 1913 ella se casaba con Nielsen, del cual tuvo a Erena Marie en 1912. Pese a ser madre, Dagmar rompió la unión con Nielsen y en 1913 se fue a Randers, donde se hizo trabajadora doméstica y quedadando embarazada del patrón. Esta vez ella no quería ser madre; pero, en vez de abortar, esperó a que el niño (bautizado como “Paúl”) naciera y, pasado un tiempo, lo mató

viernes, 26 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya ("Bandera Negra")

Bandera Negra (Santa Hermandad Catalana) fue la sub-organización armada secreta del partido político Estat Català, fundada el 3 de mayo de 1925.
Su nombre hacía referencia a la bandera negra que durante la Campaña de Cataluña (1713-1714) alzaron los defensores de Barcelona el 1 de agosto de 1714 señalando a las tropas borbónicas que lucharían hasta la muerte y jamás capitularían, aunque el 12 de septiembre capitularían dando por terminada así la causa del Archiduque de Austria.
La organización tenía aproximadamente unos doce miembros dirigentes y algunos simpatizantes, el jefe más reseñable de la organización era Marcelino Perelló, junto con Jaume Compte (también militante del Centre Autonomista de Dependents del Comerç i de la Indústria). Se pueden citar como miembros destacados: Miquel Badia, Daniel Cardona (jefe en el exterior), Ramón Xammar, Emili Granier Barrera, Jaume Julià, Joan Bertran y Jaime Balius. Tenía comités también en Béziers y en Buenos Aires.
Bandera Negra llevó a cabo el atentado contra el rey Alfonso XIII en las costas del Garraf (complot de Garraf) y alguna otra acción armada con resonancia, como fue el atentado con bomba contra la casa del barón de Maldá. La persecución que la organización sufrió a consecuencia a éstas actividades influirá de modo decisivo en la radicalización que se lleva a cabo en el movimiento nacionalista catalán.


Leyendas en Catalunya (El "Complot del Garraf" [II])

Este nuevo intento resultó de nuevo un fracaso. Para la acción fue designado Jaume Julià, el cual no compareció a la hora prevista. Después se supo que el padre de Julià descubrió el asunto y le impidió participar (Julià tenía veinte años). En estas condiciones fue designado un sustituto, que según algunas fuentes fue Miquel Ferrer, del Grup dels Set, y según otros Jaume Miravitlles (escamot de Estat Català). En cualquier caso, el comando, armado con pistolas, que transportaba la bomba camuflada dentro un ramo de flores, no consiguió realizar la operación debido a la fuerte vigilancia policial.
Tras este nuevo fracaso, aún cabía la posibilidad de retomar el plan inicial y hacer estallar la bomba cuando el rey saliera de Barcelona y pasara de nuevo por el túnel de Garraf. Cuatro miembros de La Bandera Negra y dos integrantes del Grup dels Set acudieron el 6 de junio a Garraf para reconocer el terreno. Sin embargo, la presencia de un infiltrado en la conspiración, Joan Terrés, sobrenombre de Josep Talavera, hizo que la policía les estuviera esperando en la estación. Resultaron detenidos Jaume Compte, Miquel Badia, Deogràcies Civit, Emili Granier, Jaume Balius, Marcel·lí Perelló, Ramon Fabregat, Antoni Argelaguet, Jaume Julià, Josep Garriga, Francesc Ferrer, Pere Manén, Narcís Compte, Antoni Guillamet, Jaume Balius, Ramon Xamar, Josep Papasseit, Vicenç Colominas, Anton Macià, Jaume Macià, Jaume Pons, Lluís Tort, Jaume Pallàs, Josep Marfany, Josep M. Planas, Josep Folch, Raimon Peypoch y Mateu Sust.
La policía acusó a Estat Català de estar detrás del complot, y la dictadura comenzó la represión contra el catalanismo, arrestando a numerosos miembros no sólo de Estat Català, sino también de Acció Catalana y Unió Catalanista.

En julio del 1925 fueran llevados a juicio Jaume Compte, Marcel·lí Perelló, Jaume Julià, Miquel Badia, Deogràcies Civit, Francesc Ferrer, Josep Garriga, Emili Granier, Ramon Fabregat y Antoni Arguelaguet. Estos tres últimos fueron puestos en libertad bajo fianza y huyeron. El procedimiento judicial quedó en manos de militares, que fueron acusados de no respetar el procedimiento legal, de torturar a los detenidos y de irregularidades y contradicciones en el sumario. Finalmente, Jaume Compte fue acusado de ser el jefe del grupo y condenado a la pena de muerte mediante garrote vil, al igual que junto con Perelló, Julià y Garriga. Sus penas les fueron conmutadas por la de cadena perpetua. Badia, Civit y Ferrer fueron condenados a 12 años de prisión. Todos los encarcelados fueron amnistiados al terminar la dictadura de Primo de Rivera, en 1930.

Leyendas en Catalunya (El "Complot del Garraf" [I])

El complot de Garraf fue un intento de regicidio del rey de España Alfonso XIII que fue ejecutado por independentistas catalanes en Barcelona en junio de 1925.
El 6 de mayo se anunció el viaje del rey Alfonso XIII a Catalunya. La organización clandestina La "Bandera Negra", dependiente de Estat Català decidió que el monarca, que había aprobado la quiebra del orden constitucional y la instauración de la dictadura del general Primo de Rivera, el cual había reprimido al catalanismo y prohibido el uso de los símbolos catalanes, debía ser asesinado. La visita estaba prevista para el 26 de dicho mes y "Bandera Negra" planeo inicialmente hacer explotar una bomba al paso del tren real. A la reunión en la que se tomó esta decisión asistieron Miquel Badia, Marcel·lí Perelló, Jaume Julià, Francesc Ferrer, Emili Granier-Barrera, Ramon Xammar, Santiago Balius y Josep Garriga. A pesar de que fueron miembros de Estat Català los que organizaron la conspiración, la idea partió inicialmente de un grupo de militantes radicales, el "Grup dels Set" ("Grupo de los Siete") de la organización clandestina de Acció Catalana, la Societat d'Estudis Militars, del que formaban parte Enric Fontbernat, Abelard Tona, Miquel Ferrer, Antoni Arguelaguet, Ramon Saguers y Ramon Fabregat.
El plan inicial consistía en poner una bomba en un túnel cercano a la capital catalana. El único próximo a Barcelona era el túnel entre Garraf y Sitges. El día 23 tuvo lugar el primer intento de colocar la bomba, en el que participaron los ya citados Perelló, Julià, Ferrer y Garriga, junto con Jaume Compte y Deogràcies Civit. Sin embargo, el intento fue fallido, puesto que al llegar al lugar elegido se encontraron con que carecían de las herramientas adecuadas para levantar el balasto de la vía y poder colocar el artefacto explosivo, por lo que escondieron la bomba entre la vegetación situada junto a la vía para volver al día siguiente. El 24 el plan volvió a fallar, esta vez porque los conspiradores perdieron el tren en Barcelona y no pudieron llegar a Garraf, lo que originó una modificación del plan. La bomba se colocaría ahora en uno de los respiraderos del túnel, pero el nuevo plan volvería a modificarse de nuevo. Cuando el 25 los conspiradores se dirigieron a Garraf para colocar el artefacto explosivo, la masiva presencia de la Guardia Civil les impidió llevar a cabo sus designios por lo que el 26 decidieron atentar contra el monarca en Barcelona, cuando pasase por "Les Rambles" camino de la función de gala en el Liceo, el día 29. Los conspiradores creían que en la confusión que siguiera al asesinato del rey, los militares llevarían a cabo múltiples actos de violencia represiva contra la población barcelonesa, lo que produciría un efecto de reacción popular que permitiría a los escamots de Estat Català apoderarse de los edificios más significativos y proclamar la República Catalana.


Asesinos en Serie (Anatoli Onoprienko [III])

Onoprienko, de 39 años, estatura media, aspecto de deportista, racional, educado, elocuente, dotado de una excelente memoria y desprovisto de piedad. Soltero, padre de un niño, reconoció haber tenido una infancia muy difícil: su madre había muerto cuando él tenía 4 años, y su padre y su hermano mayor lo habían abandonado en un orfanato. De adulto, para ganarse la vida, se había embarcado como marino y había sido bombero en la ciudad de Dneprorudnoye (dónde su ficha laboral le describe como un hombre “duro, pero justo”). Luego había emigrado al extranjero para trabajar de obrero durante ese tiempo, pero confesó que su fuente primaria de ingreso era criminal: los robos y asaltos.
El peritaje médico lo ha calificado como perfectamente cuerdo que puede y debe asumir las consecuencias de sus actos. El mismo se define como un "ladrón que mataba para robar": "Mataba para eliminar a todos los testigos de mis robos"
 Por este motivo puede ser condenado a la pena capital por crímenes premeditados con circunstancias agravantes. El presidente ucraniano, Leonid Kuchma, dijo que dará explicaciones al Consejo de Europa para violar en este caso la moratoria de ejecución de la pena de muerte que su país mantiene desde marzo de 1997. Gracias al convenio con el Consejo de Europa, 81 penas de muerte dictadas últimamente en Ucrania no se han ejecutado. La declaración del presidente Kuchma anuncia que se va a hacer una excepción con Onoprienko.
En un momento determinado de la investigación, el acusado afirmó que oía una serie de voces en su cabeza de unos "dioses extraterrestres" que lo habían escogido por considerarlo "de nivel superior" y le habían ordenado llevar a cabo los crímenes. También aseguró que poseía poderes hipnóticos y que podía comunicarse con los animales a través de la telepatía, además de poder detener el corazón con la mente a través de unos ejercicios de yoga.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com [texto: Margarita Bernal]


Asesinos en Serie (Anatoli Onoprienko [II])

Los policías empezaron a buscar a un personaje itinerante y elaboraron una lista en la que figuraba un hombre que viajaba frecuentemente por el sudoeste de Ucrania para visitar a su novia.
Con la policía tras su pista, Onoprienko puso tierra de por medio en 1989 y abandonó el país ilegalmente para recorrer Austria, Francia, Grecia y Alemania, en dónde estaría seis meses arrestado por robo y luego sería expulsado.
De regreso a Ucrania sumó a los nueve otros 43 asesinatos, y poco después, ante las pruebas encontradas por los agentes en los apartamentos de su novia y su hermano (una pistola robada y 122 objetos pertenecientes a las víctimas), hallaron una razón para arrestarlo. Cuando la policía le pidió los documentos en la puerta de su casa, Onoprienko no les quiso facilitar la tarea, e hizo un esfuerzo vano por conseguir un arma y defenderse. Cuando los policías por fin lo detuvieron, Onoprienko se sentó silenciosamente cruzando los brazos y les dijo sonriendo: “Yo hablaré con un general, pero no con ustedes”. Aun así, no le quedó más remedio que confesar sus crímenes y dejar que aquellos le arrestasen.
En su declaración al juez, aparecerían otros nueve cadáveres cosechados a partir de 1989 en compañía de un cómplice, Sergei Rogozin, (quien también comparecería en el juicio).
Anatoli Onoprienko siguió los pasos del legendario Andrei Chikatilo. Ambos mataron al mismo número de víctimas, pero son muy diferentes. Chikatilo, ejecutado en 1994, era un maniaco sexual. Sólo mataba mujeres y niños, cuyos cuerpos violaba y mutilaba. A veces se comía las vísceras. Nada de esto aparece en el expediente de Onoprienko, un ladrón que mataba para robar, con inusitada brutalidad y ligereza, pero sin las escenas del maniaco sexual. Onoprienko supera a Chikatilo por el corto periodo en que realizó su matanza: seis meses frente a doce años.
Cuando ejecutaba a sus víctimas, el asesino seguía un mismo ritual: elegía casas aisladas, mataba a los hombres con un arma de fuego y a las mujeres y a los niños con un cuchillo, un hacha o un martillo. No perdonaba a nadie, después de sus asesinatos cortaba los dedos de sus víctimas para sacarles los anillos, o a veces quemaba las casas. Incluso mató en su cuna a un bebé de tres meses, asfixiándolo con una almohada.

 

Asesinos en Serie (Anatoli Onoprienko [I])

Anatoli Onoprienko, nacio en  Zhytomyr (Ucrania), 25 de julio de 1959 - muere en Zhytomyr (Ucrania) 27 de agosto de 2013. Onoprienko tenía una estatura media, aspecto de deportista, racional, educado, elocuente, dotado de una excelente memoria y desprovisto de piedad. Soltero, padre de un niño, reconoció haber tenido una infancia muy difícil: su madre había muerto cuando él tenía 4 años, y su padre y su hermano mayor lo habían abandonado en un orfanato. De adulto, para ganarse la vida, se había embarcado como marino y había sido bombero en la ciudad de Dneprorudnoye. Luego había emigrado al extranjero para trabajar de obrero durante ese tiempo, pero confesó que su fuente primaria de ingreso era criminal: los robos y asaltos.
Las autoridades le describen como el asesino más terrible de la historia en Ucrania y de la antigua Unión Soviética, mientras que las familias de las numerosas víctimas lo califican de "animal", "ser monstruoso" y "bestia demoníaca".

Los hechos se producían entre octubre de 1995 y marzo de 1996. En aquellos seis meses, la región de Zhitomir vivió aterrorizada por una serie de 43 asesinatos que Onoprienko había ido sembrando. La Nochebuena de 1995 se produjo el ataque a la aislada vivienda de la familia Zaichenko. El padre, la madre y dos niños muertos y la casa incendiada para no dejar huellas fue el precio de un absurdo botín formado por un par de alianzas, un crucifijo de oro con cadena y dos pares de pendientes. Seis días después, la escena se repetía con otra familia de cuatro miembros. Víctimas de Onoprienko aparecieron también durante aquellos seis meses en las regiones de Odesa, Lvov y Dniepropetrovsk.
Estas matanzas incitaron a la segunda investigación delictiva más grande y complicada en la historia ucraniana (la primera había sido la de su compatriota Chikatilo). El gobierno ucraniano envió una buena parte de la Guardia Nacional con la misión de velar por la seguridad de los ciudadanos y, como si el despliegue de una división militar entera para combatir a un solo asesino no fuera bastante, más de 2000 investigadores de las policías federal y local.


jueves, 25 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [IV])

En un interrogatorio preliminar, Francesc Macià, en nombre de todos los acusados, afirmó que los conjurados representaban "la pervivencia del espíritu rebelde de la Catalunya oprimida", y pocos días después en una entrevista para el diario "Le Petit Journal" de París justificó el intento de invasión: "Catalunya separada de España no solo será más feliz en el sentido espiritual, sino también en el sentido económico" (al igual que hoy que sobrellevamos la carga de la politca inutil española y su funcionariado). Durante la instrucción Macià confesó, según consta en las actas del juicio, "haber preparado y organizado una expedición armada para conquistar el poder y proclamar la República Catalana Independiente".
El juicio comenzó el 21 de enero de 1927 y durante el mismo Macià aprovechó la oportunidad para leer una larga declaración en nombre de todos los inculpados en la que defendió la "causa de Catalunya"
Francesc Macià, gracias a la buena labor de su abogado defensor Henri Torrès, sólo fue condenado a dos meses de cárcel y como ya los había cumplido en prisión preventiva, fue puesto inmediatamente en libertad. Pagó una multa de 100 francos por tenencia ilícita de armas, y fue expulsado a Bélgica.
Garibaldi fue condenado a dos meses de prisión y al pago de una multa de 100 francos, y el resto de los acusados a un mes de prisión y 50 francos de multa. Todos fueron puestos en libertad, porque las condenas eran inferiores al tiempo que habían pasado en prisión preventiva, y expulsados a Bélgica
A pesar del fracaso, el complot tuvo un amplio eco internacional lo que provocó que, según Eduardo González Calleja, cobrara "una inesperada dimensión épica" y diera "origen al persistente mito de l'Avi [Macià], precisamente en el momento de más baja popularidad de la Dictadura y sus cómplices en Catalunya". Macià desarrolló a partir de entonces una febril actividad propagandística de la "causa catalana". En diciembre de 1927 inició un viaje por América Latina, que culminó en Cuba, donde en octubre de 1928 convocó la autodenominada Asamblea Constituyente del Separatismo Catalán, de la que surgiría el Partit Separatista Revolucionari de Catalunya. En la Asamblea se aprobó la Constitución Provisional de la República Catalana y asimismo se decidió que el método de lucha seguiría siendo el alzamiento armado de los catalanes, aunque tras el fracaso del golpe de Estado de enero de 1929 encabezado por José Sánchez Guerra, Macià decidió abandonar el proyecto de una nueva invasión y apostó por organizar una insurrección en el interior de Catalunya, vinculada a las diversas conspiraciones antidictatoriales y antimonárquicas que entonces se estaban tramando.

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [III])

Según una versión no referenciada, Francesc Macià era partidario de no llevar a término ninguna acción hasta tener reclutados y preparados entre 400 y 500 voluntarios, pero las rivalidades entre los dirigentes del partido (como Daniel Cardona) para obtener el apoyo de los catalanes americanos y el hecho que los sectores más jóvenes y radicales (agrupados en la organización clandestina Bandera Negra) llevaran a término el fracasado "Complot del Garraf" empujaron Macià a dar el visto bueno a la operación antes de lo esperado.
El 30 de octubre Macià dio la orden de movilización para que los comprometidos en la operación, una aventura gloriosa, según Macià, se presentaran, unos en Prats de Molló y otros en Sant Llorenç de Cerdans, entre esa fecha y el 1 de noviembre, mientras el propio Macià junto con Ventura Gassol establecían el cuartel general en una casa de campo cercana a Prats de Molló. El plan de movilización consistía en que un grupo de hombres vestidos de excursionistas saldrían de París y de otras ciudades francesas (Burdeos, Toulouse, Lyon, Perpiñán), como miembros de un grupo montañero que se dirige al Canigó. Llevarían escondidas armas, teléfonos de campaña, material sanitario, propaganda impresa y una bandera estelada que se izaría en el campanario del primer pueblo que fuera ocupado.
La proyectada invasión resultó un completo fracaso porque la policía francesa estaba sobre aviso, al parecer por una filtración procedente del grupo de Garibaldi, y no tuvo muchas dificultades para detener cerca de la frontera española a la mayoría de los participantes en la invasión (fueron 111 los detenidos). Francesc Macià fue arrestado el día 4 en la casa de campo que ocupaba. Mientras tanto en Barcelona la policía española, que también estaba al tanto de la operación, detuvo a los implicados en el complot del interior de Catalunya.
Francesc Macià era conducido a Perpignan, a donde también fueron llevados el resto de los detenidos, siendo alojados en el cuartel del regimiento de fusileros senegaleses. Al cabo de pocos días, la mayoría de los arrestados son expulsados de Francia, mientras una veintena, considerados los cerebros de la operación, son trasladados a París para ser juzgados. La noticia del complot des catalans, como lo llama la prensa francesa, y el juicio posterior ocupa las páginas de los periódicos de Europa y de América, lo que supone un fuerte respaldo para la "causa catalana". Macià, con 67 años, se convierte en un personaje popular en Francia, y es presentado en ocasiones como un "don Quijote" idealista.
Los implicados llevados a juicio en París fueron 18 (16 catalanes [el propio Macià, Josep Bordas, Roc Boronat, Josep Carner Ribalta, Ernest Dalmau, Josep Esparch, Ventura Gassol, Joan Moragues, Josep Morella, Pere Morella, Luis Morella, Josep Rovira, Martí Vilanova, Ramon Fabregat, Artur Coromines, Juli Figueras]) y 2 italianos (Arturo Rizzoli y Ricciotti Garibaldi, hijo).

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [II])

Tras el fracaso del intento de golpe de estado de junio de 1926, conocido como la Sanjuanada, Francesc Maciá decide llevar adelante su plan de invasión de Catalunya a través de la frontera francesa. "Yo, por mi parte, creo que no ha acabado aquí el complot, y he decidido firmemente y al margen de lo que puedan hacer ellos y al margen de todo lo que puedan hacer nuestros otros aliados, llevar a cabo algo nosotros solos, que aunque no se asegure la libertad... al menos nos hará quedar en un lugar bien digno", escribiría Francesc Macià.
El plan de Macià consistía en que los escamots penetrararan por Prats de Molló, en la Catalunya francesa, y tras la toma de Olot se dirigieran a Barcelona, donde se declararía la huelga general, que contaría con la colaboración de una parte de la guarnición, y donde se proclamaría la República catalana. Se esperaba que esta proclamación provocaría levantamientos en otras regiones españolas.
Por esas mismas fechas Macià entró en contacto en París con un grupo de exiliados italianos entre los que se destacaba Riciotti Garibaldi, nieto del héroe de la unificación italiana, quien en realidad no era un combatiente antifascista sino un agente doble al servicio de la policía política de Mussolini. Gracias a éste, Primo de Rivera tuvo conocimiento de la invasión que se proyectaba. Muchos de estos exiliados italianos, entre 50 y 100, que participaron en la operación habían combatido en la legión garibaldina durante la Primera Guerra Mundial. Con su intervención Macià buscaba la experiencia militar que les faltaba a sus escamots, y eso que "Macià sabía perfectamente que se trataba de unos personajes complejos y contradictorios. Había una minoría de voluntarios politizados, idealistas, y una mayoría de aventureros, personajes marginales, desclasados y hasta delincuentes, residentes desde hacía años en Francia... [y que] malvivían por los cafés y tabernas de París". El que los reclutó fue Arturo Rizzoli, un veterano de la Gran Guerra, que trabajaba como lavaplatos en un restaurante de París donde conoció a Joan Nicolau, miembro destacado de Estat Català, que también trabajaba en el establecimiento.
El plan del ataque consistía en crear dos columnas armadas que, de madrugada, atravesarían la frontera hispano-francesa y se adentrarían por caminos de montaña hasta las inmediaciones de Olot, donde se les unirían varios grupos más. Una vez reunidos, la estrategia consistía en caer por sorpresa sobre la capital de la comarca de La Garrotxa, Olot, y atacar los cuarteles de la Guardia Civil y de los Carabineros. En este momento, aprovecharían la acción para difundir la noticia de la proclamación de la República Catalana mediante una emisora que ellos mismos transportarían. Se esperaba que, al recibir la noticia de la operación, el pueblo catalán se sublevaría. Posteriormente, se marcharía hacia Las Guillerias donde se instalaría el campamento base y se proseguirían las operaciones.
La idea parece que fue del propio Macià, quien había sido coronel del Ejército español, y la decisión de llevarla a cabo la tomó la dirección de Estat Català, exiliada en Francia y repartida por tres sitios distintos: en Bois-Colombes (Altos del Sena) estaba Ventura Gassol, Josep Bordas de Cuesta, Josep Carner, Ernest Dalmau, Josep Rovira, Josep Marlès y Martí Vilanova; en Toulouse Roc Boronat y Juli Figueres, y en Perpignán Artur Coromines y Josep Esparç. Macià nombró como lugartenientes a Josep Bordas de Cuesta para las cuestiones políticas, Josep Carner y Ventura Gassol para las de propaganda, Josep Rovira, Martí Vilanova, los hermanos Morella, Joaquim Carrió, Roc Boronat y Ferran Arqués para las militares. En el interior se encargaban de captar voluntarios Jaume Aiguader y Amadeu Bernadó.




Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [I])

El Complot de Prats de Molló, más conocido en la historiografía catalana como "els fets de Prat de Molló" (por el topónimo en catalán de localidad del Rosellón francés Prats-de-Mollo-la-Preste), fue un intento de invasión militar de Catalunya efectuado desde Francia para conseguir su independencia planeado por Francesc Macià y la dirección del partido Estat Català, descubierta y abortada en 1926. El plan consistía en la penetración de dos columnas (una desde Saint-Laurent-de-Cerdans; la otra, desde el Coll d'Ares), que tenían que ocupar Olot y proclamar la República Catalana.
El golpe de Estado de Primo de Rivera y la política anticatalanista que adoptó inmediatamente reafirmó la apuesta de Estat Català por la vía insurreccional. Francesc Macià, el líder de Estat Català que entonces tenía 64 años, lo expuso claramente el 7 de octubre de 1923 poco antes de huir a la Catalunya francesa cuando explicó que el principal objetivo de su partido era formar una gran coalición con las organizaciones obreras y los partidos republicanos catalanes, y con los nacionalistas radicales vascos y gallegos, para llevar a cabo un movimiento subversivo que acabara con la Dictadura. Con ese objetivo se formaron los primeros "escamots", se fundó en París, a donde Macià fue obligado a trasladarse desde Perpiñan por orden de la policía francesa, tras unos incidentes durante la celebración de unos "Jocs Florals" en Toulouse, un Comité Separatista Català, que haría las funciones de cuartel general de la insurrección, y se comenzó a recaudar fondos para la compra de material de guerra. En el plano internacional Francesc Macià contactó con diversos movimientos de naciones sin estado europeos y con los nacionalistas filipinos para formar una Liga de Naciones Oprimidas, constituida en septiembre de 1924, que actuaría como centro de propaganda y como grupo de presión ante la Sociedad de Naciones. El plan inicial de Macià era organizar una incursión fronteriza que le permitiera ocupara el territorio suficiente para llamar la atención del mundo y exigir la solución del "caso catalán
En enero de 1925 Macià se reunió en París con representantes de la CNT y con los nacionalistas radicales vascos aberrianos (que entonces controlaban el PNV) para organizar un alzamiento simultáneo en Catalunya y en Euskadi, que sería apoyado con movilizaciones en otras regiones españolas que contarían con el apoyo de algunos militares. De aquella reunión surgió el llamado "Pacte de la Lliure Aliança" por el que se creaba un Comité General Revolucionario, o Comité de Acción, que sería el que dirigiría el levantamiento. Para financiar la operación se emitió un empréstito, llamado empréstito de Pau Claris, por valor de cerca de nueve millones de pesetas, y entre abril y agosto miembros de los escamots establecieron varios depósitos de armas en las cercanías de la frontera franco-española. Mientras tanto la policía francesa mantenía bajo estricta vigilancia a Francesc Macià, por encabezar la organización de un complot preparado contra el Gobierno español, según consta en un informe del Ministerio del Interior francés.
En junio grupos clandestinos de Estat Català y de Acció Catalana organizaron el llamado complot de "Garraf", un atentado fallido contra los reyes de España en las costas de Garraf, impulsado desde el exterior por Daniel Cardona, un dirigente de Estat Català cada vez más crítico con la estrategia de Macià y que en noviembre abandonaría el partido.
En octubre de 1925, tras incorporar a los comunistas al "Pacte de la Lliure Aliança", Macià viajó a Moscú, acompañado del secretario del PCE José Bullejos, para recabar el apoyo del gobierno soviético y de la Komintern. Allí le hizo de intérprete Andreu Nin, que trabajaba entonces para la Komitern, y consiguió entrevistarse con Bujarin y con Zinoviev quienes le prometieron ayuda económica y militar, pero ésta nunca llegó. Según relató Josep Carner-Ribalta, que también había acompañado a Macià a Moscú, "pocos días después de nuestra vuelta a París, supimos que Zinoviev y sus amigos habían caído en desgracia y habían sido desposeídos de todo poder por Stalin. Puede que por esta razón, el prometido representante de la III Internacional en París no llegara nunca, ni tampoco, claro está, los dineros prometidos". Según Eduardo González Calleja, eran 400.000 pesetas. Este historiador afirma, por otro lado, que cuando Macià volvió a París tanto la CNT como los nacionalistas vascos se mostraron reticentes ante el "pacto de Moscú". Finalmente Macià rompió con los comunistas en la primavera de 1926, porque "nos hemos dado cuenta de que era una gente que habiendo prometido su ayuda, faltaban a su palabra siempre, no aportando lo que prometían y que a lo que iban era a aprovecharse de nuestro nombre y de nuestras organizaciones para presentarse con nuestro prestigio y hacer sus campañas", según dejó escrito Macià


Asesinos en Serie (Clifford Olson [VI])

Tanto el Abogado General de British Columbia como el Primer Ministro de Canadá y otros servidores públicos se vieron involucrados en la controversia del tema. Bruce Northorp, jefe de la operación policíaca, dijo que encontraba incomprensible que Olson recibiese paga para entregar evidencias.
El diario Vancouver Sun escribió un artículo sobre el caso de Olson, en él se citó al oficial Fred Maile, quien dijo: “Para mí, si hubiera una imagen del Diablo, sería Clifford Olson”
Al final de todo el horror Clifford Robert Olson fue enjuiciado y condenado por once cargos de homicidio en primer grado, y sentenciado a once cadenas perpétuas. Durante mucho tiempo Olson estuvo escribiendo cartas a las cortes canadienses, para que consideren la posibilidad de dejarlo salir bajo libertad condicional.
Canadá continua debatiendo si los homicidas condenados deberían en algún momento ser liberados. En cuanto a Olson, afortunadamente murió por cáncer terminal un 30 de septiembre del 2011, en un hospital de Laval en Quebec, a los 71 años de edad.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


Asesinos en Serie (Clifford Olson [V])

Clifford Olson fue arrestado el 12 de agosto de 1981 por el asesinato de la joven Kozma, pero la demencia del asesino no terminó ahí. Olson tuvo la cínica idea de vender la ubicación de los cuerpos que él había enterrado, cobrando $10.000 dólares por cadáver. La policía se negó a pagar al asesino por sus víctimas, pero el abogado del distrito general de Canadá aceptó crear un fideicomiso para el hijo de Olson y su esposa. El asesino aceptó y cumplió con su parte del trato. Al final de toda la negociación se le “pagó” el acuerdo convenido: se estima que fueron entre 90.000 y 100.000 dólares manchados con la sangre de 11 niños inocentes, asunto que aún es tema que se debate en los medios de comunicación de la actualidad.
En los últimos días antes de su arresto, Olson conversó con los oficiales Fred Maile y Edward Drozda en un café sobre las supuestas evidencias que solo el asesino sabía y  sobre la ubicación de las pruebas. Sus diálogos fueron grabados por los micrófonos que los detectives portaban.
El sospechoso de haber matado a siete niños salió libre tras el interrogatorio, al poco tiempo fue arrestado, aunque en ese periodo logró matar a cuatro niños más…
El traslado de Olson a prisión fue efectuado con la mayor seguridad posible dados sus conocidos escapes, por ello fue escoltado por un convoy policial. En el vehículo donde iba Olson lo acompañaban 3 oficiales desarmados, pero uno de ellos estaba esposado a él, otros dos coches más con 2 policías armados en cada uno lo seguían, y la Policía ya tenía permiso para usar el helicóptero en caso de que Olson intentase escapar.
Los cuerpos de Terri Carson y Sandra Wolfsteiner fueron hallados en Chilliwack, mientras que Collen Daignault fue encontrada en Surrey. La adolescente Louise Chartrand estaba enterrada en Whistler, y finalmente el cuerpo de Ada Court apareció en Agassiz.
Cuando los oficiales encargados de traer los cuerpos finalmente cumplieron con su deber, muchos de ellos no pudieron contemplar las escenas de muerte. Aún hoy el caso de los asesinatos de Olson sigue siendo controversial para los residentes de Vancouver: es un tema tabú, algo de lo que no se suele hablar. Cuando el trato que hizo la Policía con Olson llegó a la Prensa, muchos se quejaron y vieron esta acción como algo repugnante. A partir de esto Olson, quien ya se encontraba en custodia y en juicio, le confesó todos los crímenes a su esposa, quien le dijo que él debía pagar por lo que había hecho y que probablemente moriría en prisión, pero que al mismo tiempo tenía que hacer algo por su familia. Esta noticia sacudió a la comunidad canadiense y muchos aún expresan su descontento: el hecho de que un asesino de niños recibiese dinero por sus crímenes era algo descabellado, inadmisible.



Asesinos en Serie (Clifford Olson [IV])

Una semana después desapareció Judy Kozma de 15 años. Este fue el caso más extraño de todas sus víctimas. Una semana después de la desaparición de Simon Partington, Judy salió para Richmond a visitar a un amigo y a hacerse una entrevista de trabajo en el restaurante Wendy´s. Judy era una morena bonita y tímida a quien Olson conocía por su trabajo como cajera en el McDonald´s. Olson se ofreció a llevarla en conjunto con el joven Randy Ludlow. El asesino trató de emborrachar a los dos jóvenes, tarea a la que le ayudó Randy sin conocer los motivos de Olson, quien con un gran bulto de dinero se fue a una licorería y, al regresar, dejó a Randy en Lougheed Mall y partió con Judy. Esa fue la última vez que Randy la vio. La siguiente vez que Randy escuchó de Olson, se enteró de que él se había ido de vacaciones con su familia al día siguiente de que Olson hubiese matado a Judy.
La historia de la siguiente víctima, Louise Chartrand de 17 años, fue reconstruida por la Policía tras su desaparición cerca de Maple Ridge el 30 de julio de 1981. Louise después de salir de su trabajo nocturno fue a comprar cigarrillos, pero Olson la raptó y drogó para llevarla fácilmente a Whistler. Antes de llegar hizo una parada en el Squamish RCMP para recoger una pistola confiscada, pero debido a que el oficial a cargo no se encontraba se tuvo que ir y continuó su camino a Whistler, utilizando una carretera de alta mortalidad debido a los accidentes en ella. En Whistler, Olson martilló el cráneo de Louise repetidamente para después enterrarla en medio de la nada.
Mientras los titulares de los periódicos decían que había un asesino serial suelto, los habitantes de la región de British Columbia estaban atemorizados. Durante este periodo de terror, Olson ya era el principal sospechoso. Los oficiales encargados de vigilarlo admitieron que era difícil de seguir, decían que se detenía en la mitad de la calle y hacía repentinos giros en U, o se metía por callejones aledaños a la vía principal. También tenía el hábito de cambiar constantemente de coches alquilados. Durante los tres meses en los que fue vigilado, viajó 20.000 Km en 14 vehículos alquilados distintos. Además durante el seguimiento Olson subió a un ferry para la isla de Vancouver tras haber asaltado dos residencias en Victoria, al salir del transporte se dirigió a Nanaimo, un viejo pueblo minero de carbón donde recogió a dos chicas que estaban haciendo autostop.
 Tres horas más tarde el coche salió de la via principal y se adentró en una carretera de tierra, las patrullas cerraron el paso y, mientras un helicóptero vigilaba, agentes se acercaron al lugar donde se detuvieron. Olson y las dos chicas se encontraban fuera del vehículo pasándose una botella de licor, los agentes escucharon cómo Olson invitó a una de las chicas a “dar un paseo a solas”. La chica se puso a gritar, momento que los agentes aprovecharon para entrar en acción y detenerle, tras asegurarse de que las pasajeras estaban bien, prosiguieron a revisar el vehículo: allí encontraron una libreta verde con la dirección y el nombre de Judy Kozma, lo cual fue evidencia suficiente para acusarlo del asesinato de la chica.


Asesinos en Serie (Clifford Olson [III])

En julio, Ada Court de 13 años no llegó a su casa tras salir de su trabajo como niñera. Durante la investigación policial para encontrarla, descubrieron el cadáver de Judy Kozma en el lago Weaver, quien también había desaparecido a principios del mes.
Cuando la Policía armó una lista de sospechosos el nombre de Olson estaba en ella, pero incluso así Olson logró matar a cuatro jóvenes más en la última semana de julio
El primero en desaparecer en ese mes fue Raymond King de 15 años en New Westminster. Olson engañó al joven Ray con la promesa de un buen sueldo por un trabajo fácil. Tras llevarlo por la ruta #7, camino que siempre usaba, Olson se desvió y tomó un camino rocoso para llegar a Harrison Mills y al lago Weaver. En algún punto de ese camino se detuvieron y el asesino apedreó el cráneo de Ray. Se deshizo del cadáver tirándolo por una colina, su cuerpo también fue hallado en el lago Weaver.
Sigrun Arnd, una joven alemana que vino a Canadá a visitar a un familiar, fue la siguiente víctima de Olson, quien la recogió mientras hacía autostop cerca de Vancouver. Su cuerpo fue encontrado en Richmond a unos 365 metros de donde Simon Partington había sido desenterrado el día anterior.
Sorprendentemente la siguiente víctima, Terri Lynn Carson, vivía en el mismo complejo de Surrey donde Christine Weller lo hacía. Olson recogió a Terri, quien estaba celebrando haber conseguido un empleo de verano. Este hecho facilitó a Olson la tarea de que aceptara su habitual bebida con narcóticos para entumecer el cuerpo. Después el asesino se alejó de la ciudad dirigiéndose al este de Agassiz. Cuando estuvo cerca de la orilla del norte del río Fraser, Olson la estranguló en el bosque, quemó sus ropas y tiró los zapatos y la cartera al río.
Pero el caso que infundió pánico y terror en los residentes de la zona fue la desaparición del pequeño Simon Partington de 9 años, quien nunca llegó a la casa de su amigo el 2 de julio de 1981.
Simon desapareció alrededor de las 10:30 am, vestido con pantalones vaqueros y una camiseta azul. Salió en su bicicleta con su cuaderno naranja de Snoopy. El niño se esfumó cerca de donde Christine Weller fue vista por última vez. Simon no pudo terminar su proyecto estudiantil, un cuento llamado “El tigre hambriento y el pato incrédulo”, historia que anunció su prematura muerte, presagiando que ningún infante estaba a salvo. El cuerpo mutilado del pequeño apareció en Richmond.

 

Asesinos en Serie (Clifford Olson [II])

Durante este periodo de traslados y cortas estadías en varias penitenciarias, Olson conoce al asesino de niños de British Columbia, Gary Francis Marcoux, quien estaba preso por violar y asesinar brutalmente a una joven. Olson solía hablar con Francis sobre el sadismo con el que mataba a niños. Sus encuentros con Marcoux le sirvieron para traicionarlo, exponiendo cartas y dibujos de Francis que dieron a las autoridades las evidencias necesarias para condenar a Marcoux. Olson obtuvo lo que quería: las autoridades reconocieron su ayuda, por lo que recibió recomendaciones para salir bajo palabra de prisión, pero también ganó algo más que no era bueno ni para él ni para la sociedad: un marcado apetito por la pornografía infantil…
Tras ser liberado en 1978, Olson partió de British Columbia para pasar una temporada en las "Marítimas". Durante ese tiempo era buscado por las autoridades por cargos de pornografía infantil, pero jamás fue arrestado por ello debido a que Olson ya estaba de vuelta en la prisión de British Columbia por otros cargos, en esta ocasión era por violación.
La ola de sangre inició el 17  de noviembre de 1980 con la desaparición de Christine Weller, una niña de 12 años que vivía en Surrey. Esto no llamó mucho la atención de la Policía, sin embargo un mes después encontraron su cadáver, que mostraba cómo la niña había sido atacada sexualmente para después ser mutilada.
Es a partir del mes de abril cuando la Policía empezó a recibir varios reportes de niños y jóvenes desaparecidos, uno de los primeros en encabezar la lista fue Darren Johnsrude de 16 años, quien había llegado hace solamente dos días a Vancouver, pero su destino era desaparecer en un centro comercial. El cuerpo de Darren fue encontrado en mayo, con el cráneo partido.
Collen Daignault, una tímida niña de 13 años, también desapareció de forma similar cuando Olson la raptó sin testigos.
Exactamente dos semanas después Sandra Wolfsteiner de 16 años desapareció mientras hacía autostop en los suburbios de Langley, Olson llevó a Sandra al lago Chilliwack y tras violarla le quitó la vida con un golpe en la cabeza.
En aquellos años, era muy común que los jóvenes hicieran autostop y por ello los reportes que la Policía recibía sobre adolescentes extraviados no eran tomados con la respectiva seriedad. Además no contaban con efectivos suficientes, durante el periodo en el que actuó Olson, se reportaron 2.000 desapariciones y 18.000 denuncias por distintos crímenes, demasiado para los tan solo 200 agentes de la Policía Montada que se disponían en el cuerpo.


Asesinos en Serie (Clifford Olson [I])

Clifford Olson, nació el 1 de enero de 1940, en Vancuver (Canada), fallece el 30 de septiembre de 2011 en Laval (Canada). En su niñez ya se perfiló como un abusador molestando continuamente a sus compañeros, pero fue a partir de los 10 años cuando comenzó su carrera criminal, la cual iba en escalada conforme se hacía mayor. Durante su adolescencia comenzó con atracos y robos a mano armada, hurto de autos, entre otros de su delitos. A lo largo de su vida fue detenido en 90 ocasiones por cargos tan graves como los mencionados, luego por violación, fraude y finalmente por el asesinato de 11 niños y adolescentes.
Olson fue descrito por los psicólogos de la Policía como una persona que tenía la madurez emocional de un niño, sin embargo simulaba tener un vida relativamente normal y era un hombre casado con un hijo.
La vida penitenciaria de Olson comenzó en sentencias por delitos menores a los 17 años. Fue detenido y sentenciado a la Penitenciaría de British Columbia por sus crímenes. Su vida, hasta su arresto en 1981, estaría marcada por un constante salir y entrar de prisiones.
En 1974 dentro de la Penitenciaría de la British Columbia, Olson atacó sexualmente a un convicto más joven, de 17 años.
La estancía de Olson en prisión fue complicada debido a que se enemistó con el resto de convictos por abusar físicamente de los más jóvenes y por hacer el papel de soplón con los guardias. Olson era atacado constantemente por los otros reos, el más severo atentado contra él fue en 1976 en la Penitenciaría de Prince Albert en el estado de Saskatchewan, lugar donde fue apuñalado 7 veces por uno de los reclusos.
Mientras pasaba el tiempo tras los barrotes, optó por estudiar leyes y así comenzó a enviar cartas al estado quejándose del mal servicio y de las instalaciones de la prisión, por ello se ganó también el desprecio de los guardias.
Por estos motivos Olson rotaba de prisión en prisión, era la única manera de evitar que lo asesinaran. En la década de los setenta Olson se destacó por saber manipular el sistema penal desde su celda, hasta que finalmente fue trasladado a la Super Máxima Unidad (S.M.U.), lugar que comúnmente era visto como la prisión más segura del país.


miércoles, 24 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (El Encierro en Montserrat)

El día 12 de diciembre de 1970 unas 300 personas vinculadas a diversos sectores intelectuales, culturales y artísticos de Catalunya, decidieron encerrarse en el Monasterio de Montserrat. El detonante de la acción fue el llamado "Proceso de Burgos" que el Gobierno franquista había emprendido contra militantes de ETA. Entre los concentrados había personajes de gran notoriedad como Antoni Tàpies, Joan Brossa, Joan Miró o Gabriel García Márquez, entre otros. Esto contribuyó a que la iniciativa tuviera un gran eco internacional.
Doscientas ochenta y siete personas fueron acogidas por los monjes en la hospedería de Montserrat durante el fin de semana del 12 al 14 de diciembre de 1970. Al cabo de unas horas el monasterio benedictino fue rodeado por la policía franquista y la Guardia Civil
Los concentrados redactaron un manifiesto en el que se denunciaba el carácter represivo y totalitario del régimen franquista, a la vez que se pedía la abolición de la pena de muerte y el establecimiento "de un Estado auténticamente popular que garantice el ejercicio de las libertades democráticas y los derechos de los pueblos y naciones que forman parte del Estado español, incluido el derecho de autodeterminación". También se decía que: "el actual sistema político-jurídico, al servicio de una estructura clasista y anacrónica, convierte en delito hechos políticos y sociales que en todo Estado democrático son considerados legítimos e, incluso, constituyen derechos fundamentales de cualquier ciudadano".
Quince días más tarde del encierro en Montserrat, el 28 de diciembre, el régimen de Franco dictó sentencia por los 16 miembros de ETA procesados en Burgos. A seis de ellos se les condenaba a pena de muerte. La enorme repercusión de este acto fuera de las fronteras españolas podría haber contribuido a la supuesta magnanimidad de Franco. El día 31 de diciembre, en el mensaje de fin de año, el Caudillo conmutó la pena capital a los seis acusados del proceso de Burgos. Los concentrados en Montserrat habían conseguido mantener con vida a los miembros de ETA, internacionalizar las malas maneras del régimen y demostrar la impunidad judicial y policial en España. También fue una considerable contribución para la creación de la Asamblea de Catalunya, ocurrida un año más tarde.


Leyendas en Catalunya (La "Capuchinada")

La Capuchinada fue el nombre que recibió el encierro estudiantil en el convento de capuchinos de Sarriá de Barcelona en 1966, y que debido a su repercusión mediática pasó a ser conocido por la prensa de la época como "La Capuchinada"
Los hechos tuvieron lugar entre el 9 y 11 de marzo de 1966, cuando una organización clandestina antifranquista, el "Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB)", convocó una reunión en el convento de capuchinos barcelonés de Sarriá, con el objetivo de aprobar sus estatutos fundacionales. La reunión comenzó con la asistencia de treinta y tres intelectuales de prestigio, más de quinientos estudiantes, dos sacerdotes, tres observadores extranjeros, y siete periodistas, entre ellos un corresponsal extranjero, el neerlandés Robert Stephen Bosschart.
La policía política franquista estaba informada sobre el acto, pero desconocía el lugar en el que se iba a realizar la reunión. En un informe policial fechado el 28 de febrero y referido a una reunión de 20 estudiantes celebrada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, se afirmaba que la asamblea había sido convocada para el 9 de marzo, como efectivamente sería. El despliegue de las fuerzas de orden público no logró impedir la celebración del acto ya que se montó con una hora de retraso. A las seis de la tarde las fuerzas de seguridad mandadas por el comisario Juan Creix, penetraron en el lugar ordenando la salida de los presentes, al mismo tiempo, la policía armada rodeaba el edificio con unas medidas de seguridad en las que no faltaban vehículos y caballos. Mientras duró el encierro, la policía cortó las líneas telefónicas e impidió el acceso al recinto a todo el mundo, salvo a los religiosos de la orden a los que dejaba entrar tras un minucioso registro. Ninguno de los reunidos obedeció la orden de salida. La decisión contó con el apoyo del provincial de los capuchinos y de sus frailes, que empezaron a distribuir mantas y bocadillos. El 11 de marzo la policía después de forzar la puerta penetró en el recinto. Se requisaron los carnets de los asistentes, los detenidos fueron llevados a la comisaría de policía, y fueron puestos en libertad después de pagar multas comprendidas entre 25.000 y 200.000 pesetas, cantidades bastantes cuantiosas para el momento..
Los sucesos tuvieron una enorme repercusión mediática, por primera vez desde los inicios del franquismo, un grupo de sacerdotes desobedecía públicamente y se enfrentaba a las fuerzas de orden público de la dictadura. El escándalo motivó que el diario falangista Arriba publicase un editorial condenando la reunión, editorial que fue reproducido en otros diarios del Movimiento, así como por Televisión Española y Radio Nacional.
En Barcelona, en un intento por desprestigiar el acto, circuló un panfleto ridiculizador: "Caputxin's Night Club. El local más 'fresco' de Barcelona. Abierto toda la noche. El gran show progresista separatista que presenta la orquesta Penca d'Or y la comunidad de los barbudos descalzos. Si es usted católico despistado, ríase, diviértase y páselo bien. El local más asquerosamente famoso de Barcelona. Caputxin's Night Club. 70 hermosas barbas 70. (Con licencia)".A partir de los sucesos de "La Capuchinada" la policía política dedicó buena parte de sus informaciones a seguir las actividades de los "nuevos curas", a los que les colocaron el cariñoso apelativo de "curas rojos"
Los sucesos tuvieron su eco, cuando dos meses más tarde el 26 de abril, el entonces rector de la Universidad de Barcelona, Francisco García-Valdecasas, solicita la presencia de la policía para disolver una masiva reunión de estudiantes. Al día siguiente, y ante la persistencia del ambiente asambleario, el centro universitario es clausurado por orden gubernativa y fueron detenidos algunos representantes estudiantiles. Después de conocerse la noticia cuatro sacerdotes más tarde apoyados por numerosos clérigos se reunieron en la catedral para redactar un escrito de protesta dirigido al jefe de la Brigada de Investigación Social, exigiendo que a los detenidos se les diese un trato conforme con la encíclica Pacem in Terris. Posteriormente numerosos sacerdotes vestidos de sotana se dirigieron a la jefatura de policía pidiendo hablar con el comisario Juan Creix, ante la negativa de los sacerdotes a desistir del intento, el oficial de guardia dio la orden de carga, produciéndose el espectáculo, hasta entonces inaudito, de un grupo de sacerdotes vestidos con sotanas siendo perseguidos por las calles de Barcelona por agentes del orden de la dictadura franquista. Lo inaudito del acontecimiento hace que el periódico The New York Times informe sobre los hechos


Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [IV])

 Las victias de Dennis A. Nilsen fueron:

- Víctima 1: Stephen Dean Holmes tenía 14 años cuando Nilsen lo asesinó el 30 de diciembre de 1978. Lo había conocido en un bar gay.
- Víctima 2: La segunda víctima fue asesinada el 3 de diciembre de 1979, un estudiante canadiense de 23 años llamado Kenneth Ockendon, al que Nilsen estranguló.
 - Víctima 3: Martyn Duffey, de 16 años, de Birkenhead, Merseyside, Inglaterra. Fue asesinado en mayo de 1980.
- Víctima 4: Billy Sutherland, de 26 años, de Escocia, Reino Unido.
- Víctima 5: Fue un hombre que hacía servicios sexuales que jamás fue identificado; se estima que provenía de Tailandia o de Filipinas.
- Víctima 6: Nilsen poco recordaba de este, según dijo; recordaba que se trataba de un hombre irlandés.
- Víctima 7: Nilsen lo definió como un "hippie" que encontró en Charing Cross, Londres, Inglaterra.
- Víctima 8: Poco se acordaba Nilsen de esta víctima; sólo que recuperó 3 piezas un año después de asesinarlo. Luego lo enterró.   
- Víctima 9 y 10: eran dos jóvenes escoceses que encontró en el Soho, Londres. 
- Víctima 11: fue un skinhead que Nilsen encontró en Piccadilly Circus
- Víctima 1Finalmente, todos los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en declarar a Dennis Andrew Nilsen culpable de la muerte de seis personas y dos tentativas de asesinato, por lo que el juez le condenó a cadena perpetua, como mínimo 25 años de condena.2: Ocurrió el 18 de septiembre de 1980; fue un joven llamado Malcolm Barlow.
- Víctima 13: en diciembre de 1981, Nilsen también asesina a John Howlett.
- Víctima 14: fue un hombre llamado Graham Allen que conoció a Nilsen en Shaftesbury Avenue.
- Víctima 15: el 1 de febrero de 1983 Stephen Sinclair fue asesinado también estrangulado, después hirvió sus restos y los desechó por el inodoro. Fue la última víctima de Dennis Nilsen.

Finalmente, todos los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en declarar a Dennis Andrew Nilsen culpable de la muerte de seis personas y dos tentativas de asesinato, por lo que el juez le condenó a cadena perpetua, como mínimo 25 años de condena.

Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [III])

Mientras era conducido a la comisaría de policía, confesó que ya imaginaba que iba a ser detenido al llegar a casa, pero que decidió resignarse a esa suerte porque “era inevitable”. Ni siquiera se tomó la molestia de deshacerse de los restos humanos que quedaban en su apartamento, pues eran las evidencias para demostrar que no mentía. También reconoció haber pensado en el suicidio al principio, pero pronto desechó la idea porque si moría nunca se sabría lo que había hecho.
Su aparente autocontrol y frialdad mientras confesaba desconcertó a los agentes, quienes pensaron estar ante un verdadero psicópata sin escrúpulos, pero Dennis, al estar consciente de ello, les explicó que sólo permanecía imparcial para que su testimonio fuese lo más objetivo posible para ellos, pues si daba rienda suelta a sus sentimientos de arrepentimiento y a su angustia interior, le costaría muchísimo guardar la calma: “Nadie debe verme llorar por las víctimas, eso forma parte de mi dolor personal”.
El 11 de febrero comenzó un interrogatorio fuera de lo común que duró once días. El asesino en serie más prolífico de la Gran Bretaña dictaría más de 30 horas de confesión muy detallada sobre los distintos crímenes, ayudando a la policía tanto como le fue posible con detalles y descripciones para que los investigadores pudiesen identificar a las víctimas. Apenas tuvieron que interrogarle, pues él mismo había trabajado como policía en período de pruebas y sabía de sobra cómo se desarrollaba un interrogatorio.
Toda su declaración fue fria y pausada y alegó que su arrepentimiento estaba por dentro. Comenzó diciendo que tenía un cargo de conciencia demasiado grande y posteriormente detalló toda su historia como criminal, no sin antes advertirles que una investigación concienzuda de su vida y obras podría producirles angustia.
 Confesó que había un total de 15 o 16 cuerpos que él mismo había asesinado desde 1978: tres en Cranley Gardens y unos trece en su dirección anterior de la Avenida Melrose, en Cricklewood. Además, explicó que había intentado asesinar a otros siete jóvenes, pero no lo consiguió porque las víctimas lograron escapar y de otras se arrepintió.
Dennis se mostraba profundamente arrepentido de sus hechos, e incluso agradeció numerosas veces a los policías que lo habían detenido: "Ahora me siento culpable, merecedor de castigo. Estoy convencido de que merezco toda la pena a la que un tribunal pueda condenarme. Es un alivio que me hayan detenido, porque si lo hubiesen hecho a los sesenta y cinco años, podría tener a mis espaldas cientos de cadáveres"

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Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [II])

En 1978, Nilsen conoce a un joven en un bar y le invita a su apartamento, donde mantienen relaciones sexuales. A la mañana siguiente, Nilsen se despierta y al ver a su compañero de cama durmiendo, se da cuenta de que ya falta poco para que su compañero se vista y se vaya. En ese momento, Nilsen toma una corbata y lo estrangula, para luego ahogarlo en agua y observar su cadáver. A la mañana siguiente, Nilsen bañaría el cadáver y lo llevaría a su cama, donde mantuvo relaciones sexuales con él (necrofilia). Luego guardaría el cadáver bajo las tablas de su habitación. Siete meses después, juntaría los restos y los quemaría en una fogata. Así, Nilsen asesinaría a 14 hombres, estudiantes, indigentes o parejas suyas, a los que estrangularía, ahogaría, descuartizaría y tiraría sus restos por el desagüe.
El 3 de febrero de 1983, en el número 23 de Cranley Gardens, al norte de Londres, los ocupantes descubren que sus lavabos están atascados por enésima vez. Otras averías similares ya habían derrotado con anterioridad a un fontanero local, y ese día llamaron al fontanero de una compañía privada para que les ayudase en la tarea.
Lo primero que hizo el fontanero fue inspeccionar la fosa séptica que había junto a la casa, diciendo que en toda su vida profesional nunca había olido una pestilencia tan increíble como la que salía de allí. Al dirigir su linterna hacia el fondo del agujero de tres metros, se llevó la desagradable sorpresa de ver una capa de un líquido blanquecino viscoso salpicado por unas manchas de algo que parecía sangre. Al bajar al agujero descubrió trozos de carne putrefacta, algunos de ellos con pelo adherido a la piel. Inmediatamente se avisó a la policía, quien realizó una inspección de la fosa al día siguiente y encontró más fragmentos de carne y huesos, identificados rápidamente como humanos.
 Entre los residentes se encontraba Dennis A. Nilsen, de 37 años. Dennis era un hombre alto, delgado, con los hombros ligeramente inclinados hacia adelante y pelo castaño. Tenía una actitud franca y directa, una gran inteligencia y mirada fija y penetrante. Cuando regresó del trabajo a su casa, la tarde del miércoles 8 de febrero, fue recibido por tres detectives de la policía, expresó cierta sorpresa por el hecho que la policía se interesara por algo tan insignificante como un drenaje atascado
 Uno de los inspectores se dejó llevar por su experiencia e intuición y, desconfiando replicó rápidamente diciéndole que no les hiciese perder el tiempo en pesquisas y que les mostrase el resto del cadáver. Para gran sorpresa del inspector, la respuesta de Dennis fue: "Dentro de dos bolsas de plástico en el armario. Venga, se lo enseñaré". Atónitos, le preguntaron si se trataba de un cadáver o dos, a lo que respondió, encogiéndose de hombros con resignación, que era una larga historia y que prefería contarlo en un lugar más tranquilo, en la comisaría por ejemplo, puesto que era un alivio el poder desahogarse.


Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [I])

Dennis Andrew Nilsen, nacio el  23 de noviembre de 1945 en Fraserburgh (Escocia). Hijo de Olav Nilsen (noruego) y de Betty Whyte (escocesa), Dennis tuvo una infancia muy dura debido al desastroso matrimonio de sus padres, y al alcoholismo de su padre. El matrimonio sólo duró 7 años y tras el divorcio todo seguía como antes, nada había mejorado la vida del pequeño Nilsen, quien tenía dos hermanas más que vivían con sus abuelos, al igual que él.
Luego de esto, cuando Nilsen contaba 6 años, su abuelo, Andrew Whyte, fallece. Debido a su edad no es informado de los acontecimientos, pero su madre, fanática religiosa, lleva al pequeño Nilsen a ver el cadáver de su abuelo, algo que le creó un gran vacío emocional y que lo marcaría de por vida. También hay que resaltar la anécdota de los 8 años, cuando Nilsen fue a nadar a la playa, y a punto de ahogarse, es rescatado por un chico quien supuestamente se excitó sexualmente con él y se masturbó en Nilsen, encontrando éste una sustancia blanca en su estómago al despertar de su desmayo.
Si bien la mayoría de los asesinos en serie tuvieron una infancia plagada de problemas como la crueldad hacia los animales o piromanía, hay que resaltar que Nilsen tuvo una infancia bastante pacífica. Los mayores problemas de Nilsen derivaron de las vivencias que tuvo que pasar y de las muertes a las que sobrevivió, como la de su abuelo o la de un hombre que se había ahogado en un río. Ver los cadáveres marcaría de por vida a Nilsen. Desde su juventud, Nilsen tuvo una clara orientación homosexual, y, de hecho, queda impresionado una vez con el torso desnudo de su hermano; fantaseando, intenta explorarlo, pero descarta inmediatamente la idea.
En 1961 se alista en la armada británica, donde aprovecha la soledad de su cuarto para colocar un espejo frente a su cama y fantasear con que era un cadáver, por los que sentía adoración.
En el año 1972 deja la armada para trabajar como oficial de vigilancia, pero dura poco tiempo y entra a trabajar en una agencia de empleos, donde trabajaría hasta su arresto.

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martes, 23 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (Manuel Carrasco)

Manuel Carrasco Formiguera, nacio en Barcelona, 3 de abril de 1890 - muere asesinado en Burgos, 9 de abril de 1938, fue un abogado y político español de ideología democristiana del nacionalismo catalán del primer tercio del siglo XX.
De joven militó en la Joventut Nacionalista de la Lliga Regionalista y en 1920 fue elegido concejal por este partido en la corporación municipal de Barcelona. En 1922 participó en la fundación de Acció Catalana, y este mismo año creó L'Estevet, semanario nacionalista dónde se publicaron unas caricaturas críticas con la dictadura de Primo de Rivera, a consecuencia de lo cual fue enviado a prisión.
En 1930 fue uno de los firmantes del Pacto de San Sebastián, en representación de Acció Catalana, y al proclamarse la República (1931) fue nombrado consejero de Sanidad y Beneficencia en el primer gobierno de la Generalidad catalana de Francesc Macià. Meses después fue elegido diputado por Gerona a las Cortes Constituyentes de la República, dentro de la candidatura de la Coalición Catalana Republicana, que agrupaba a los partidos republicanos de centro e izquierda.
En las Cortes destacó su defensa de la integridad del Estatuto de Núria. Respecto de la cuestión religiosa en la Constitución de 1931 intentó la conciliación de los católicos con la República, reconociendo "el error gravísimo [que cometieron buena parte de los católicos] de identificar la suerte de la Iglesia y de la religión en España con la monarquía y con la Dictadura". Propuso una enmienda para que se suprimiera el artículo 3º de la Constitución ("El Estado no tiene religión oficial") y se dejara para el articulado los términos concretos de la separación de la Iglesia y el Estado, para evitar molestar innecesariamente "los sentimientos católicos de muy buena parte de la Nación". En su argumentación hizo un llamamiento a la mayoría no católica de las Cortes Constituyentes para que abandonara su "actitud de intransigencia"
En 1932 fue expulsado de Acció Catalana junto con de otros miembros del sector católico del partido e ingresó en Unió Democràtica de Catalunya, creada poco antes. Pronto se destacó como uno de los principales dirigentes del partido, accediendo a su Comité de Gobierno en 1933.
Iniciada la Guerra Civil (1936), Carrasco se mantuvo leal a la República sin abandonar su ideología democristiana. Su mediación salvó la vida de numerosos perseguidos. Estos hechos le supusieron recibir denuncias periodísticas y ser acosado por sectores anarquistas y comunistas del bando republicano en Cataluña. Esta situación le forzó a trasladarse al País Vasco, dónde colaboró con el gobierno del lehendakari Aguirre. Con la ocupación por el ejército sublevado de Guipúzcoa (febrero de 1937), decidió volver a Cataluña dónde fue nuevamente acosado. Decidió volver entonces a a Vizcaya, aún en manos de la República, con toda su familia, como representante de la Generalidad catalana ante el Gobierno de Euzkadi. La última parte de su trayecto debía transcurrir por mar, entre Bayona (Francia) y Bilbao. Sin embargo, el vapor-correo Galdames en el que iba fue interceptado por el crucero Canarias (batalla del cabo Machichaco) y Carrasco encarcelado. Fue trasladado al penal de Burgos, y condenado a muerte en un juicio sumarísimo llevado a cabo el 28 de agosto de 1937 por el delito de "adhesión a la rebelión". (sorprende la acusación que en todos los asesinados por el franquismo es de rebelión, cuando lo rebeldes eran los hijo putas franquistas, y los republicanos defendian la legitimidad escogida por el pueblo)
La ejecución de la sentencia se demoró ocho meses, y se llevó a cabo el 9 de abril de 1938, a pesar de las gestiones del Vaticano. La ejecución la ordenó personalmente Franco, en reacción a la protesta de varios gobiernos extranjeros, entre los que incluía el del Vaticano, contra los bombardeos por parte de la aviación franquista de objetivos civiles (como los que tuvieron lugar el 16, 17 y 18 de marzo contra Barcelona, condenados públicamente por la Santa Sede a través de una nota oficiosa publicada el 24 de marzo en L'Osservatore Romano).


Leyendas en Catalunya (Frederic Xifré)

Frederic Xifré i Masferrer, nacio Sant Andreu de Palomar (Barcelona), 1885 - muere asesinado en Barcelona, 15 de febrero de 1940, era un político de Catalunya, alcalde de Badalona, ​​fusilado por el franquismo.
Era propietario de una pequeña fábrica textil de Badalona. ​​Miembro del Centro Republicano Catalán, fue elegido concejal del ayuntamiento de Badalona en 1918 en representación del partido de Unión Federal Nacionalista Republicana, coaligado electoralmente con el Partido Republicano Radical. Los sucesos del 26 de agosto de 1918 en la plaza de la Vila de Badalona, ​​con la muerte a tiros de cuatro huelguistas por parte de la Guardia Civil, hizo que Xifré y el resto de los concejales de su formación dejaran el consistorio pidiendo responsabilidades.
Al fundarse Esquerra Republicana de Catalunya (1931), pasó a militar en ella, y en 1934 fue elegido concejal. La proclamación del Estado Catalán como respuesta a la involuvión democrática del gobierno de la CEDA y la represión gubernamental paralela a la revolución de 1934, le privaron de poder ejercer de concejal hasta que fue repuesto en 1936 tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales. La dimisión por enfermedad del alcalde Joan Deulofeu permitió que Xifré fuera elegido alcalde de Badalona el 16 de marzo de 1936. Fue alcalde hasta enero de 1937 cuando, acosado por elementos radicales de la retaguardia una vez iniciada la Guerra Civil, se exilió en Marsella. En diciembre del mismo año volvió a Catalunya y se instaló en la masía de Can Sans de Alella, llevando una vida alejada de la política y dedicada a la tarea de director de la que había sido su empresa, en aquellos momentos colectivizada.
Con el establecimiento de la dictadura franquista al final de la guerra, no consideró que tuviera que exiliarse, pero fue detenido por miembros de Falange en marzo de 1939. Detenido primero en El Loredan, antiguo centro tradicionalista utilizado como centro de reclusión, luego fue encarcelado en la cárcel Modelo de Barcelona. A pesar de contar con 17 avalistas, personas a las que había salvado su vida o sus bienes frente a los incontrolados durante los primeros tiempos de la Guerra Civil, destacándose entre los avalistas los curas de las iglesias de Santa María y de San José de Badalona, el superior de la cartuja de Montealegre y de 66 trabajadores de su fábrica, fue ejecutado el 15 de febrero de 1940 en el Campo de la Bota.


Asesinos en Serie (Herbert Mullin [VI])

Una vez en prisión, Herbert confesó sus crímenes y dijo que todo lo que había hecho se lo habían pedido las voces en su cabeza para así prevenir un terremoto. Herbert aseguró que la razón por la que no sucedió un terremoto recientemente se debía a su labor. Herbert Mullin fue acusado de diez homicidios y su juicio comenzó el 30 de julio de 1973, debido a que el acusado admitió sus crímenes, el juicio sirvió para determinar si era demente o culpable de sus acciones.
De hecho, cuando el jurado llamó a los psiquiatras para que dieran su veredicto, la opinión fue unánime: Herbert Mullin era un esquizofrénico paranoico y su caso, como el de la mayoría de sujetos que presentan dicho trastorno, implicaba alucinaciones auditivas (las voces que lo incitaban a matar), pensamiento fragmentado, sistemas de creencias delirantes (los sacrificios humanos para evitar desastres) que incluían un patrón de importancia (él, por su fecha de nacimiento, creía que tenía una misión especial) y delirios de posesión de facultades psíquicas (él se creía telépata).
Sin embargo, como Mullin cubrió las huellas de los asesinatos de los Gianera con el homicidio de Kathy Francis, la defensa descartaba la posibilidad de que estuviera completamente demente. El veredicto fue entregado el 19 de agosto de 1973: Herber Mullin fue declarado culpable por homicidio de primer grado tras asesinar a Jim Gianera y Kathy Frances, por ser crímenes premeditados. Mientras que los ocho asesinatos restantes terminaron con una sentencia de homicidio de segundo grado por ser crímenes impulsivos cuya naturaleza irreflexiva fue perfectamente expuesta en palabras del propio Herbert Mullin: "Una roca no toma una decisión mientras está cayendo, cae y eso es todo"
Herbert Mullin fue sentenciado a cadena perpetua y tendría opción de salir bajo palabra en el 2025, momento en el que tendrá 78 años. Actualmente es un convicto de la prisión estatal de Mule Creek, en Ione, California. Según reportes, en su tiempo libre suele pintar y escribir poesías, además de que aún preserva bastante de su esencia hippie pues medita con relativa frecuencia.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com

Asesinos en Serie (Herbert Mullin [V])

Las autoridades, que sabían que Katy y su esposo estaban metidos en el mundo de la droga, sospecharon que podía tratarse de una venganza pero a fin de cuentas no supieron bien qué hacer con el crimen. En primera instancia, aunque contra natura, se sospechó de Bob Francis ya que la Policía lo tenía fichado como traficante. Lo llevaron a un interrogatorio y le hicieron dar una lista exhaustiva de traficantes de droga, rivales, enemigos personales y todo inadaptado social o delincuente que él conociera y considerase relevante para el caso. Herbert Mullin, al no constar en la lista, logró una vez más escabullirse de la Policía. Por esa misma fecha Edmund Kemper (otro asesino en serie) andaba cometiendo crímenes atroces en la misma zona y alguno de los crímenes de Herbert se le adjudicaron incorrectamente a Ed Kemper.
 n mes despues, a principios de febrero de 1973, Mullin paseaba por el parque estatal Henry Cowell Redwoods, cuando encontró cuatro adolescentes hippies acampando. Herbert se hizo pasar por un guardabosque del parque y dijo que estaban contaminando el bosque, pero ellos se rieron cuando les pidió que se fueran. Mullin se les quedó mirando lleno de ira ya que ellos representaban todo cuanto había echado a perder su vida. En su mente, las alucinaciones auditivas se dispararon y se creó un diálogo en que él le preguntaba a cada uno de ellos si aceptaba ser ejecutado. Todos aceptaron. En realidad, después de reírse un rato de la cara enfadada de Herbert, los chicos regresaron a sus cosas sin pensar que, en cuestión de segundos, el asesino sacaría su revólver para ejecutarlos uno por uno. Nadie sobrevivió: el último, que pudo haber escapado, se enredó en su tienda de campaña mientras intentaba correr y, antes de alcanzar a desenredarse, fue ejecutado. Herbert inspeccionó un poco en las pertenencias de los chicos, tomó un rifle y 20 dólares y se marchó. Una semana después se encontraron los restos de David Oliker de 18 años, Robert Spector de 18, Brian Card de 19 y Mark Dreibeldis de 15.
El último homicidio sucedió tres días después, el 13 de febrero. Herbert no tenía planeado asesinar a nadie ese día, simplemente iba a llevar leña a casa de sus padres cuando de pronto en su cabeza oyó la voz de su padre diciéndole: "No entregues un solo palo de madera hasta que no hayas matado a alguien"
En primer lugar la voz le había solicitado la muerte del tío Enos pero, tras la negativa de Herbert, la voz decidió contentarse con la muerte de cualquiera. Cansado de sus misiones de asesinatos pero a la vez sabiéndose incapaz de parar por su cuenta, Herbert Mullin decidió cometer un crimen imprudente y estúpido para ver si todo acababa. Así, en medio de una mañana tranquila y nublada, Herbert vio a un anciano en la calle, se le quedó observando un rato desde su coche, se bajó, le disparó con el rifle que había robado del campamento de los cuatro jóvenes hippies, se subió de nuevo, dio marcha atrás con su coche con calma y se marchó. Muchos vieron cómo mató a Fred Perez, un boxeador retirado de 72 años. Incluso, alguien que vio el crimen desde su ventana alcanzó a ver el número de la matrícula y llamó a la Policía. Momentos más tarde, Herbert fue capturado por la Policía mientras se desplazaba en su camioneta Chevy cargada de leña. Aquel fue su último crimen.