viernes, 26 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (El "Complot del Garraf" [I])

El complot de Garraf fue un intento de regicidio del rey de España Alfonso XIII que fue ejecutado por independentistas catalanes en Barcelona en junio de 1925.
El 6 de mayo se anunció el viaje del rey Alfonso XIII a Catalunya. La organización clandestina La "Bandera Negra", dependiente de Estat Català decidió que el monarca, que había aprobado la quiebra del orden constitucional y la instauración de la dictadura del general Primo de Rivera, el cual había reprimido al catalanismo y prohibido el uso de los símbolos catalanes, debía ser asesinado. La visita estaba prevista para el 26 de dicho mes y "Bandera Negra" planeo inicialmente hacer explotar una bomba al paso del tren real. A la reunión en la que se tomó esta decisión asistieron Miquel Badia, Marcel·lí Perelló, Jaume Julià, Francesc Ferrer, Emili Granier-Barrera, Ramon Xammar, Santiago Balius y Josep Garriga. A pesar de que fueron miembros de Estat Català los que organizaron la conspiración, la idea partió inicialmente de un grupo de militantes radicales, el "Grup dels Set" ("Grupo de los Siete") de la organización clandestina de Acció Catalana, la Societat d'Estudis Militars, del que formaban parte Enric Fontbernat, Abelard Tona, Miquel Ferrer, Antoni Arguelaguet, Ramon Saguers y Ramon Fabregat.
El plan inicial consistía en poner una bomba en un túnel cercano a la capital catalana. El único próximo a Barcelona era el túnel entre Garraf y Sitges. El día 23 tuvo lugar el primer intento de colocar la bomba, en el que participaron los ya citados Perelló, Julià, Ferrer y Garriga, junto con Jaume Compte y Deogràcies Civit. Sin embargo, el intento fue fallido, puesto que al llegar al lugar elegido se encontraron con que carecían de las herramientas adecuadas para levantar el balasto de la vía y poder colocar el artefacto explosivo, por lo que escondieron la bomba entre la vegetación situada junto a la vía para volver al día siguiente. El 24 el plan volvió a fallar, esta vez porque los conspiradores perdieron el tren en Barcelona y no pudieron llegar a Garraf, lo que originó una modificación del plan. La bomba se colocaría ahora en uno de los respiraderos del túnel, pero el nuevo plan volvería a modificarse de nuevo. Cuando el 25 los conspiradores se dirigieron a Garraf para colocar el artefacto explosivo, la masiva presencia de la Guardia Civil les impidió llevar a cabo sus designios por lo que el 26 decidieron atentar contra el monarca en Barcelona, cuando pasase por "Les Rambles" camino de la función de gala en el Liceo, el día 29. Los conspiradores creían que en la confusión que siguiera al asesinato del rey, los militares llevarían a cabo múltiples actos de violencia represiva contra la población barcelonesa, lo que produciría un efecto de reacción popular que permitiría a los escamots de Estat Català apoderarse de los edificios más significativos y proclamar la República Catalana.


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