miércoles, 24 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (El Encierro en Montserrat)

El día 12 de diciembre de 1970 unas 300 personas vinculadas a diversos sectores intelectuales, culturales y artísticos de Catalunya, decidieron encerrarse en el Monasterio de Montserrat. El detonante de la acción fue el llamado "Proceso de Burgos" que el Gobierno franquista había emprendido contra militantes de ETA. Entre los concentrados había personajes de gran notoriedad como Antoni Tàpies, Joan Brossa, Joan Miró o Gabriel García Márquez, entre otros. Esto contribuyó a que la iniciativa tuviera un gran eco internacional.
Doscientas ochenta y siete personas fueron acogidas por los monjes en la hospedería de Montserrat durante el fin de semana del 12 al 14 de diciembre de 1970. Al cabo de unas horas el monasterio benedictino fue rodeado por la policía franquista y la Guardia Civil
Los concentrados redactaron un manifiesto en el que se denunciaba el carácter represivo y totalitario del régimen franquista, a la vez que se pedía la abolición de la pena de muerte y el establecimiento "de un Estado auténticamente popular que garantice el ejercicio de las libertades democráticas y los derechos de los pueblos y naciones que forman parte del Estado español, incluido el derecho de autodeterminación". También se decía que: "el actual sistema político-jurídico, al servicio de una estructura clasista y anacrónica, convierte en delito hechos políticos y sociales que en todo Estado democrático son considerados legítimos e, incluso, constituyen derechos fundamentales de cualquier ciudadano".
Quince días más tarde del encierro en Montserrat, el 28 de diciembre, el régimen de Franco dictó sentencia por los 16 miembros de ETA procesados en Burgos. A seis de ellos se les condenaba a pena de muerte. La enorme repercusión de este acto fuera de las fronteras españolas podría haber contribuido a la supuesta magnanimidad de Franco. El día 31 de diciembre, en el mensaje de fin de año, el Caudillo conmutó la pena capital a los seis acusados del proceso de Burgos. Los concentrados en Montserrat habían conseguido mantener con vida a los miembros de ETA, internacionalizar las malas maneras del régimen y demostrar la impunidad judicial y policial en España. También fue una considerable contribución para la creación de la Asamblea de Catalunya, ocurrida un año más tarde.


Leyendas en Catalunya (La "Capuchinada")

La Capuchinada fue el nombre que recibió el encierro estudiantil en el convento de capuchinos de Sarriá de Barcelona en 1966, y que debido a su repercusión mediática pasó a ser conocido por la prensa de la época como "La Capuchinada"
Los hechos tuvieron lugar entre el 9 y 11 de marzo de 1966, cuando una organización clandestina antifranquista, el "Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB)", convocó una reunión en el convento de capuchinos barcelonés de Sarriá, con el objetivo de aprobar sus estatutos fundacionales. La reunión comenzó con la asistencia de treinta y tres intelectuales de prestigio, más de quinientos estudiantes, dos sacerdotes, tres observadores extranjeros, y siete periodistas, entre ellos un corresponsal extranjero, el neerlandés Robert Stephen Bosschart.
La policía política franquista estaba informada sobre el acto, pero desconocía el lugar en el que se iba a realizar la reunión. En un informe policial fechado el 28 de febrero y referido a una reunión de 20 estudiantes celebrada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, se afirmaba que la asamblea había sido convocada para el 9 de marzo, como efectivamente sería. El despliegue de las fuerzas de orden público no logró impedir la celebración del acto ya que se montó con una hora de retraso. A las seis de la tarde las fuerzas de seguridad mandadas por el comisario Juan Creix, penetraron en el lugar ordenando la salida de los presentes, al mismo tiempo, la policía armada rodeaba el edificio con unas medidas de seguridad en las que no faltaban vehículos y caballos. Mientras duró el encierro, la policía cortó las líneas telefónicas e impidió el acceso al recinto a todo el mundo, salvo a los religiosos de la orden a los que dejaba entrar tras un minucioso registro. Ninguno de los reunidos obedeció la orden de salida. La decisión contó con el apoyo del provincial de los capuchinos y de sus frailes, que empezaron a distribuir mantas y bocadillos. El 11 de marzo la policía después de forzar la puerta penetró en el recinto. Se requisaron los carnets de los asistentes, los detenidos fueron llevados a la comisaría de policía, y fueron puestos en libertad después de pagar multas comprendidas entre 25.000 y 200.000 pesetas, cantidades bastantes cuantiosas para el momento..
Los sucesos tuvieron una enorme repercusión mediática, por primera vez desde los inicios del franquismo, un grupo de sacerdotes desobedecía públicamente y se enfrentaba a las fuerzas de orden público de la dictadura. El escándalo motivó que el diario falangista Arriba publicase un editorial condenando la reunión, editorial que fue reproducido en otros diarios del Movimiento, así como por Televisión Española y Radio Nacional.
En Barcelona, en un intento por desprestigiar el acto, circuló un panfleto ridiculizador: "Caputxin's Night Club. El local más 'fresco' de Barcelona. Abierto toda la noche. El gran show progresista separatista que presenta la orquesta Penca d'Or y la comunidad de los barbudos descalzos. Si es usted católico despistado, ríase, diviértase y páselo bien. El local más asquerosamente famoso de Barcelona. Caputxin's Night Club. 70 hermosas barbas 70. (Con licencia)".A partir de los sucesos de "La Capuchinada" la policía política dedicó buena parte de sus informaciones a seguir las actividades de los "nuevos curas", a los que les colocaron el cariñoso apelativo de "curas rojos"
Los sucesos tuvieron su eco, cuando dos meses más tarde el 26 de abril, el entonces rector de la Universidad de Barcelona, Francisco García-Valdecasas, solicita la presencia de la policía para disolver una masiva reunión de estudiantes. Al día siguiente, y ante la persistencia del ambiente asambleario, el centro universitario es clausurado por orden gubernativa y fueron detenidos algunos representantes estudiantiles. Después de conocerse la noticia cuatro sacerdotes más tarde apoyados por numerosos clérigos se reunieron en la catedral para redactar un escrito de protesta dirigido al jefe de la Brigada de Investigación Social, exigiendo que a los detenidos se les diese un trato conforme con la encíclica Pacem in Terris. Posteriormente numerosos sacerdotes vestidos de sotana se dirigieron a la jefatura de policía pidiendo hablar con el comisario Juan Creix, ante la negativa de los sacerdotes a desistir del intento, el oficial de guardia dio la orden de carga, produciéndose el espectáculo, hasta entonces inaudito, de un grupo de sacerdotes vestidos con sotanas siendo perseguidos por las calles de Barcelona por agentes del orden de la dictadura franquista. Lo inaudito del acontecimiento hace que el periódico The New York Times informe sobre los hechos


Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [IV])

 Las victias de Dennis A. Nilsen fueron:

- Víctima 1: Stephen Dean Holmes tenía 14 años cuando Nilsen lo asesinó el 30 de diciembre de 1978. Lo había conocido en un bar gay.
- Víctima 2: La segunda víctima fue asesinada el 3 de diciembre de 1979, un estudiante canadiense de 23 años llamado Kenneth Ockendon, al que Nilsen estranguló.
 - Víctima 3: Martyn Duffey, de 16 años, de Birkenhead, Merseyside, Inglaterra. Fue asesinado en mayo de 1980.
- Víctima 4: Billy Sutherland, de 26 años, de Escocia, Reino Unido.
- Víctima 5: Fue un hombre que hacía servicios sexuales que jamás fue identificado; se estima que provenía de Tailandia o de Filipinas.
- Víctima 6: Nilsen poco recordaba de este, según dijo; recordaba que se trataba de un hombre irlandés.
- Víctima 7: Nilsen lo definió como un "hippie" que encontró en Charing Cross, Londres, Inglaterra.
- Víctima 8: Poco se acordaba Nilsen de esta víctima; sólo que recuperó 3 piezas un año después de asesinarlo. Luego lo enterró.   
- Víctima 9 y 10: eran dos jóvenes escoceses que encontró en el Soho, Londres. 
- Víctima 11: fue un skinhead que Nilsen encontró en Piccadilly Circus
- Víctima 1Finalmente, todos los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en declarar a Dennis Andrew Nilsen culpable de la muerte de seis personas y dos tentativas de asesinato, por lo que el juez le condenó a cadena perpetua, como mínimo 25 años de condena.2: Ocurrió el 18 de septiembre de 1980; fue un joven llamado Malcolm Barlow.
- Víctima 13: en diciembre de 1981, Nilsen también asesina a John Howlett.
- Víctima 14: fue un hombre llamado Graham Allen que conoció a Nilsen en Shaftesbury Avenue.
- Víctima 15: el 1 de febrero de 1983 Stephen Sinclair fue asesinado también estrangulado, después hirvió sus restos y los desechó por el inodoro. Fue la última víctima de Dennis Nilsen.

Finalmente, todos los miembros del jurado estuvieron de acuerdo en declarar a Dennis Andrew Nilsen culpable de la muerte de seis personas y dos tentativas de asesinato, por lo que el juez le condenó a cadena perpetua, como mínimo 25 años de condena.

Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [III])

Mientras era conducido a la comisaría de policía, confesó que ya imaginaba que iba a ser detenido al llegar a casa, pero que decidió resignarse a esa suerte porque “era inevitable”. Ni siquiera se tomó la molestia de deshacerse de los restos humanos que quedaban en su apartamento, pues eran las evidencias para demostrar que no mentía. También reconoció haber pensado en el suicidio al principio, pero pronto desechó la idea porque si moría nunca se sabría lo que había hecho.
Su aparente autocontrol y frialdad mientras confesaba desconcertó a los agentes, quienes pensaron estar ante un verdadero psicópata sin escrúpulos, pero Dennis, al estar consciente de ello, les explicó que sólo permanecía imparcial para que su testimonio fuese lo más objetivo posible para ellos, pues si daba rienda suelta a sus sentimientos de arrepentimiento y a su angustia interior, le costaría muchísimo guardar la calma: “Nadie debe verme llorar por las víctimas, eso forma parte de mi dolor personal”.
El 11 de febrero comenzó un interrogatorio fuera de lo común que duró once días. El asesino en serie más prolífico de la Gran Bretaña dictaría más de 30 horas de confesión muy detallada sobre los distintos crímenes, ayudando a la policía tanto como le fue posible con detalles y descripciones para que los investigadores pudiesen identificar a las víctimas. Apenas tuvieron que interrogarle, pues él mismo había trabajado como policía en período de pruebas y sabía de sobra cómo se desarrollaba un interrogatorio.
Toda su declaración fue fria y pausada y alegó que su arrepentimiento estaba por dentro. Comenzó diciendo que tenía un cargo de conciencia demasiado grande y posteriormente detalló toda su historia como criminal, no sin antes advertirles que una investigación concienzuda de su vida y obras podría producirles angustia.
 Confesó que había un total de 15 o 16 cuerpos que él mismo había asesinado desde 1978: tres en Cranley Gardens y unos trece en su dirección anterior de la Avenida Melrose, en Cricklewood. Además, explicó que había intentado asesinar a otros siete jóvenes, pero no lo consiguió porque las víctimas lograron escapar y de otras se arrepintió.
Dennis se mostraba profundamente arrepentido de sus hechos, e incluso agradeció numerosas veces a los policías que lo habían detenido: "Ahora me siento culpable, merecedor de castigo. Estoy convencido de que merezco toda la pena a la que un tribunal pueda condenarme. Es un alivio que me hayan detenido, porque si lo hubiesen hecho a los sesenta y cinco años, podría tener a mis espaldas cientos de cadáveres"

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Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [II])

En 1978, Nilsen conoce a un joven en un bar y le invita a su apartamento, donde mantienen relaciones sexuales. A la mañana siguiente, Nilsen se despierta y al ver a su compañero de cama durmiendo, se da cuenta de que ya falta poco para que su compañero se vista y se vaya. En ese momento, Nilsen toma una corbata y lo estrangula, para luego ahogarlo en agua y observar su cadáver. A la mañana siguiente, Nilsen bañaría el cadáver y lo llevaría a su cama, donde mantuvo relaciones sexuales con él (necrofilia). Luego guardaría el cadáver bajo las tablas de su habitación. Siete meses después, juntaría los restos y los quemaría en una fogata. Así, Nilsen asesinaría a 14 hombres, estudiantes, indigentes o parejas suyas, a los que estrangularía, ahogaría, descuartizaría y tiraría sus restos por el desagüe.
El 3 de febrero de 1983, en el número 23 de Cranley Gardens, al norte de Londres, los ocupantes descubren que sus lavabos están atascados por enésima vez. Otras averías similares ya habían derrotado con anterioridad a un fontanero local, y ese día llamaron al fontanero de una compañía privada para que les ayudase en la tarea.
Lo primero que hizo el fontanero fue inspeccionar la fosa séptica que había junto a la casa, diciendo que en toda su vida profesional nunca había olido una pestilencia tan increíble como la que salía de allí. Al dirigir su linterna hacia el fondo del agujero de tres metros, se llevó la desagradable sorpresa de ver una capa de un líquido blanquecino viscoso salpicado por unas manchas de algo que parecía sangre. Al bajar al agujero descubrió trozos de carne putrefacta, algunos de ellos con pelo adherido a la piel. Inmediatamente se avisó a la policía, quien realizó una inspección de la fosa al día siguiente y encontró más fragmentos de carne y huesos, identificados rápidamente como humanos.
 Entre los residentes se encontraba Dennis A. Nilsen, de 37 años. Dennis era un hombre alto, delgado, con los hombros ligeramente inclinados hacia adelante y pelo castaño. Tenía una actitud franca y directa, una gran inteligencia y mirada fija y penetrante. Cuando regresó del trabajo a su casa, la tarde del miércoles 8 de febrero, fue recibido por tres detectives de la policía, expresó cierta sorpresa por el hecho que la policía se interesara por algo tan insignificante como un drenaje atascado
 Uno de los inspectores se dejó llevar por su experiencia e intuición y, desconfiando replicó rápidamente diciéndole que no les hiciese perder el tiempo en pesquisas y que les mostrase el resto del cadáver. Para gran sorpresa del inspector, la respuesta de Dennis fue: "Dentro de dos bolsas de plástico en el armario. Venga, se lo enseñaré". Atónitos, le preguntaron si se trataba de un cadáver o dos, a lo que respondió, encogiéndose de hombros con resignación, que era una larga historia y que prefería contarlo en un lugar más tranquilo, en la comisaría por ejemplo, puesto que era un alivio el poder desahogarse.


Asesinos en Serie (Dennis Andrew Nilsen [I])

Dennis Andrew Nilsen, nacio el  23 de noviembre de 1945 en Fraserburgh (Escocia). Hijo de Olav Nilsen (noruego) y de Betty Whyte (escocesa), Dennis tuvo una infancia muy dura debido al desastroso matrimonio de sus padres, y al alcoholismo de su padre. El matrimonio sólo duró 7 años y tras el divorcio todo seguía como antes, nada había mejorado la vida del pequeño Nilsen, quien tenía dos hermanas más que vivían con sus abuelos, al igual que él.
Luego de esto, cuando Nilsen contaba 6 años, su abuelo, Andrew Whyte, fallece. Debido a su edad no es informado de los acontecimientos, pero su madre, fanática religiosa, lleva al pequeño Nilsen a ver el cadáver de su abuelo, algo que le creó un gran vacío emocional y que lo marcaría de por vida. También hay que resaltar la anécdota de los 8 años, cuando Nilsen fue a nadar a la playa, y a punto de ahogarse, es rescatado por un chico quien supuestamente se excitó sexualmente con él y se masturbó en Nilsen, encontrando éste una sustancia blanca en su estómago al despertar de su desmayo.
Si bien la mayoría de los asesinos en serie tuvieron una infancia plagada de problemas como la crueldad hacia los animales o piromanía, hay que resaltar que Nilsen tuvo una infancia bastante pacífica. Los mayores problemas de Nilsen derivaron de las vivencias que tuvo que pasar y de las muertes a las que sobrevivió, como la de su abuelo o la de un hombre que se había ahogado en un río. Ver los cadáveres marcaría de por vida a Nilsen. Desde su juventud, Nilsen tuvo una clara orientación homosexual, y, de hecho, queda impresionado una vez con el torso desnudo de su hermano; fantaseando, intenta explorarlo, pero descarta inmediatamente la idea.
En 1961 se alista en la armada británica, donde aprovecha la soledad de su cuarto para colocar un espejo frente a su cama y fantasear con que era un cadáver, por los que sentía adoración.
En el año 1972 deja la armada para trabajar como oficial de vigilancia, pero dura poco tiempo y entra a trabajar en una agencia de empleos, donde trabajaría hasta su arresto.

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