martes, 12 de julio de 2016

Historia de Catalunya (La "Peste Negra" [IV])

Por desgracia la mayoria de la poblacion eran analfabetos y profundamente supersticiosos, la mayoría de afectados por la "Peste Negra" creían en la "Ira Dei" ("Ira de Dios"), atribuyendo la plaga en un merecido castigo divino, esto era propagado por los eclesiasticos para mantener fiel a la población con el miedo divino. De aquí que se empezaran a generalizar procesiones de penitentes gigantescas (de hasta más de 10.000 personas), gente que se flagelaba constantemente para redimirse a los ojos de Dios (con el consiguiente peligro de acentuar la epidemia transportando su las bacterias de un pueblo a otro). Los penitentes iban equipados con enormes látigos y cruces de hierro, exaltados de una profunda xenofobia antisemita y anunciando el fin del mundo y el Apocalipsis.
Los que aún aguantaban sanos se ponían bajo la protección de "Sant Roc" o de "Sant Sebastià" (a raíz de las heridas y todo tipo de heridas que sufrieron estos santos, como se les representa en las imágenes). Incluso se llegaron a generalizar toda una serie de remedios supuestamente eficaces pero que hoy nos parecerían totalmente ridículos para frenar la epidemia.
A menudo las acusaciones de propagar esta enfermedad (incluso de crearla) la reciban los judíos (el odio de los clerigos a ellos, les hacia afirmar que ellos eran los culpables del envenenamiento premeditado de pozos y fuentes). Esto era suficientes para desatar la histeria colectiva y ofrecer una explicación antisemita. Las masas, enfurecidas, asaltaron e incendiaron los calles de Basilea, Zúrich, Chillon, Barcelona, ​​Cervera, Tàrrega, Estrasburgo, Toledo, Maguncia o Londres, pero el Papa Clemente VI llegó a firmar una bula donde negaba la culpabilidad judía (porque él también veía, con toda la razón del mundo, que los judíos también sufrían y morían de peste) al mismo tiempo que ofreció cobijo a los refugiados hebreos en su feudo del condado de Venaissin (cerca de la corte papal de Aviñón). Más o menos 200 fueron las comunidades semitas que desaparecieron en todo el continente, a pesar de esta rectificación papal de última hora.

Historia de Catalunya (La "Peste Negra" [III])

La Peste presenta tres variantes típicas:
- La peste bubónica: es la forma más común de peste. Se transmite por la picadura de la pulga, que vive como parásito de la rata, la primera a infectarse con la bacteria. Su tasa de mortalidad, sin tratamiento, se sitúa entre el 30% y 75% de los casos. El síntoma característico de esta variante de la enfermedad es la aparición de bubones en la ingle, el cuello y las axilas por los que supura pus y sangre. La aparición de estas tumoraciones va acompañada de fiebre alta (entre 38 y 41 ° C), vómitos y confusión o delirio.
- La peste pulmonar o peste neumónica: es la segunda variante más extendida de la enfermedad y suele darse en climas fríos. Es la única de las tres variantes que se transmite por vía oral, y la única que sigue la vía hombre-hombre, a través de gotas de saliva contaminada por la bacteria de una persona infectada. La tasa de mortalidad es altísimo, del 100% sin tratamiento desde los primeros momentos de la infección. Los síntomas característicos son la dificultad para respirar (disnea), la aparición de coloraciones azuladas / violáceas por el cuerpo (especialmente en la cara) como resultado de una cianosis y, sobre todo, la expectoración sanguinolenta.
- La peste septicémica: es la menos frecuente de las tres formas pero, a la vez, la más mortífera, dado que la infección invade rápidamente el torrente sanguíneo. Causa la muerte a casi a todos los enfermos. Los síntomas más característicos son la fiebre alta y la aparición de manchas de color oscuro o morado por todo el cuerpo, originadas por hemorragias bajo la piel.
Así pues, aunque originariamente el brote de peste correspondería a la variedad bubónica, a medida que ésta se propaga dio lugar a la aparición de las otras variantes, que son siempre secundarias. Durante los primeros días, y coincidiendo con el periodo de incubación de la enfermedad, la persona infectada no presenta ninguna sintomatología. Pasados ​​unos días, sin embargo, la plaga se manifiesta con toda su virulencia y la mayoría de las víctimas mueren en el plazo de cuatro a siete días.

Historia de Catalunya (La "Peste Negra" [II])

No esta del todo claro el origen del brote de peste que afectó la Europa del siglo XIV. Se especula que pudo originarse en el norte de la India, aunque la teoría más extendida sitúa los primeros casos en las estepas de Asia central, desde donde los ejércitos y los mercaderes mongoles lo habrían transmitido , en dirección este y oeste, aprovechando la Ruta de la Seda. Así, siguiendo esta teoría, encontramos los primeros brotes en China durante la década de 1330, donde sabemos que la plaga afectó la provincia china de Hope en 1334.
Ahora bien, la entrada de la epidemia en tierras europeas hay que buscarla en la península de Crimea (Ucrania). La República de Génova, una de las principales potencias comerciales de aquel tiempo, había establecido una colonia en Kaffa (actual Feodosia). Los ejércitos mongoles sitiaron la ciudad durante tiempo y se sabe que uno de los métodos de ataque utilizados consistía en tirar con catapultas cadáveres infectados dentro de la ciudad. En octubre de 1347, una flota de barcos genoveses que huían del asedio de Kaffa llegó a la ciudad siciliana de Messina con la mayoría de sus tripulantes infectados o muertos. Además, se supone que los barcos llevaban también ratas y pulgas infectadas.


Desde Messina, la plaga saltó hacia Génova y Venecia (entre 1347 y 1348), y desde Italia se extendió en dirección noroeste hacia todo el continente, llegando al Reino de Aragon por Valencia y Catalunya (por sus puertos), Castilla, Francia y Gran Bretaña antes del junio de 1348. esparce, entonces, hacia Alemania y los países escandinavos donde llegó entre 1348 y 1350, y finalmente en Rusia hacia el 1351. Sin embargo, algunas zonas del continente no se vieron afectadas por la plaga, como por ejemplo Polonia o algunas zonas de Bélgica y los Países Bajos. Muchas personas creyeron que la "Peste Negra" era un castigo de Dios a causa de los pecados que cometían. Grupos de religiosos, como los flagelantes, recorrían las ciudades en procesión flagelándose la espalda para hacer penitencia. De hecho, como que iban de ciudad en ciudad, participaron de manera involuntaria en la propagación de la peste.

Historia de Catalunya (La "Peste Negra" [I])

La "peste negra", también conocida como "muerte negra", fue una pandemia de peste que devastó Europa y Asia a mediados del siglo XIV (1347-1351) y provocó la muerte de aproximadamente un tercio de la población europea, después de una época de esplendor.El apelativo "negra" con la que los coetáneos denominaron la enfermedad proviene del hecho de que los afectados presentaban manchas oscuras en la piel como consecuencia de hemorragias subcutáneas.
La peste es causada por la bacteria Yersinia pestis, afectaba a los roedores en zonas endémicas y provocaba las grandes epidemias cuando conseguía infectar las ratas (Rattus norvegicus) de las aglomeraciones humanas y sus parásitos, las pulgas, las cuales actuaban como principal vehículo de transmisión los humanos.
En la Edad Media creían que esta enfermedad la llevaban los gatos y comenzaron a exterminarlos. La cosa empeoró porque los gatos se comían las ratas y, como mataron los gatos, el número de ratas aumentaba y también el número de afectados por la enfermedad. La mayoría de investigadores atribuyen la Peste Negra a un brote de la forma bubónica de la enfermedad, si bien en la actualidad algunos expertos cuestionan el modo de transmisión de la epidemia. Así pues, aunque originariamente el brote de peste correspondería a la variedad bubónica, a medida que ésta se propagó dio lugar a la aparición de las otras variantes.
Durante los primeros días, y coincidiendo con el periodo de incubación de la enfermedad, la persona infectada no presentaba ninguna sintomatología. Pasados ​​unos días, sin embargo, la plaga se manifestaba con toda su virulencia y la mayoría de las víctimas morían en el plazo de cuatro a siete días.

Leyendas en Catalunya (Les "Bruixes" de Altafulla [II])

Para llevar a buen término su acción maléfica y destructora, las brujas se convirtieron en cuervos, unos pájaros con una envergadura de 130 centímetros, plumaje negro uniforme, cola terminada en punta y pico robusto con barba marcada y que estan considerados como aves de "Lucifer" y que ejecutan sus ordenes. Durante la noche y silenciosamente, fueron arrancando una a una las piedras del campanario, mientras el anciano y fatigado párroco de Altafulla dormía plácidamente ajeno a la destrucción. Pero cuando el trabajo se encontraba bastante avanzado, un cuervo despistado dejó caer una piedra y despertó al párroco, que descubrió de inmediato lo que allí sucedía. Como que todavía quedaba en pie una campana, el párroco procedió a tocarla insistentemente, lo que provocó la caída y consiguiente muerte de los cuervos, uno tras otro. A la mañana siguiente los vecinos del pueblo observaron el campanario destrozado y gran cantidad de cuervos muertos en la plaza de la Iglesia, pero libres de las malas artes de las brujas. Después del anterior destrozo, el campanario no se reconstruyó por falta de recursos y todavía hoy se conserva inacabado, tal como lo dejaron las brujas convertidas en cuervos.
Otra de las "bruixes" en Altafulla, pero una en particular, decían que era una mujer que se convertia en un gato.
Cada noche la bruja se convertia en gato y entraba a robar a las casas. Hasta que un día vieron al gato robar en una casa y le pegaron un tiro en el brazo derecho. Al día siguiente fueron a la casa abandonada donde vivía y la viero tumbada en el suelo con un disparo en el brazo derecho.
A la semana cuando la bruja se recuperó volvió a ir a robar, pero esta vez le tendieron una trampa y la pillaron. La  bruja llamó a sus amigas pero nunca la encontraron, las personas que esa bruja les robó la mataron quemandondola y dejandola lejos de ese pueblo.
También decían que sobrevió que estuvo buscando el pueblo durante años pero nunca lo encontró.

Leyendas en Catalunya (Les "Bruixes" de Altafulla [I])

La ciudad de Altafulla (Tarragona) siempre ha tenido fama de ser un pueblo de "bruixes", aun cuando existe la fundada sospecha de que ese argumento fue invento de los contrabandistas de la época para poder realizar sus tareas con tranquilidad durante la noche. Aunque en el pueblo hay tres casas muy conocidas, a saber, la de "les Bruixetes": Paula del Sol y, especialmente, la de la Xoixeta, una antigua bruja muy popular en el pueblo. De otra parte en la casa Baldrich-Gatell, cuando se reparaban las golfes, en la zona recayente a la vecina Casa Robert, apareció un documento en el que se mencionaba la antigua existencia de un bruixot en aquélla casa.
La popular "Xoixeta" vivió en Altafulla, en una pequeña casa con escalera exterior, sin barandillas, para su acceso a la puerta de entrada. La Xoixeta, sinónimo de bruja, era una mujer que todavía en la década de los sesenta del siglo pasado, era recordada por algun que otro octogenario altafullense como una viejecita que vivía sola y pasaba la mayor parte del día al lado de la puerta con su filosa, un instrumento rudimentario para hilar a mano, consistente en una caña en la que se enrolla el hilado.
Aunque la leyenda de les "Bruixes" de Altafulla hablan que anteriormente existía otra Xoixeta más antigua, que era la bruja principal organizadora de extraños conciliábulos. Dicen que, en cierta ocasión, un joven recién casado, descubrió que su esposa abandonaba el lecho conyugal cuando había luna llena y que no regresaba hasta la madrugada. Una noche, discretamente, la siguió y descubrió que acudía a casa de la Xoixeta. El marido con una vara golpeó no a su esposa sino a su sombra y consiguió que la mujer abandonara para siempre la brujería.
Pero altafulla tiene mucho más misterios, en la parte alta del pueblo, junto a la ermita de Sant Antoni, existe una antigua torre de defensa en la que, parece ser, que se congregaron un sábado por la noche las brujas de Altafulla y las de otros pueblos lejanos, con la intención de destruir el campanario de la iglesia parroquial, toda vez que los toques de las campanas les molestaban e impedían que pudieran lanzar sus maleficios sobre el pueblo, los campos y las barcas de los pescadores. Dicen que fueron tantas las brujas congregadas, que la torre no pudo soportar el peso y quedo en estado de ruina lamentable.