Alfons V "el Magnánim" era consciente de la coincidencia de intereses 
con los buscaires al compartir el mismo enemigo conjunctural: la 
oligarquía urbana, opuesta tanto a las pretensiones preeminentes de la 
monarquía como la política reformista de los "buscaires. Desde
 Nápoles, Alfons V "el Magnánim" encargó la resolución del conflicto a sus
 lugartenientes generales, primero la reina María y después Galceran de 
Requesens. Los "buscaires" agruparon en el "Sindicato dels Tres Estaments" (1452). Pero aunque los "buscaires" estaban organizados, seguían sin acceso al poder municipal. El 30 de noviembre de 1453, fecha en que el Consell de Barcelona había
 que renovar la conselleria, el lugarteniente general Requesens 
suspendió las elecciones a consejeros y nombró una nueva conselleria 
"buscaire" en una acción que hoy se consideraría un golpe de estado. Con
 este cambio político, se implantaron las medidas tradicionalmente 
reivindicadas por "buscaires": medidas proteccionistas de la producción 
propia, defensa del comercio marítimo (acta de navegación de 24 de 
agosto de 1453), devaluación de la moneda (decretada el 4 de enero de 1454), saneamiento de la administración municipal (rebaja de los 
sueldos de los funcionarios e investigación de fraudes y corrupción de 
los "bigaires"), todo con el objetivo de favorecer los productos propios 
frente a los importados. Una representación de la Generalitat de Catalunya, dominada por la "Biga", viajó a Nápoles a protestar ante el rey. Para dar una cobertura legal adecuada, Alfons V "el Magnánim", concede 
un nuevo privilegio de regulación de la ciudad (1455) que repartía de 
forma fija la composición de los órganos de gobierno municipal entre los
 diversos estamentos. Los jurados del "Consell de Cent", que siempre serían 128, se 
repartían en cuatro grupos de 32, cada uno formado por miembros de un 
estamento (ciudadanos honrados, mercaderes, artistas y artesanos). El "Trentenari", formado por 32 miembros, se dividía en cuatro grupos de ocho, uno por cada estamento. Finalmente,
 el poder ejecutivo de los consejeros se distribuía de la siguiente 
manera: "el conseller" y el "conseller segon", por los ciudadanos 
honrados; el "conseller tercer", por los mercaderes; el "conseller quart", por los artistas; y el "conseller cinqué", por los artesanos.
Sin embargo, el programa de cambios "buscaire" no tuvo éxito debido a la oposición enconada de la "Biga" y la preminencia que se había dado en el reparto de cargos a los consellers de la "Biga" respecto a los de la "Busca". Además, la "Biga" consiguió el apoyo de la oligarquía rural y la nobleza laica que habían sido perjudicados por el hecho remensa (payeses), reforzándose para hacer frente a la monarquía que había desafiado sus privilegios. En 1462, al estallar la guerra civil catalana, los "bigaires" pudieron recuperar el poder. Al terminar el conflicto (1472), la "Capitulacio de Pedralbes" no castigó a los instigadores para tener una paz perdurable, con lo que la "Biga" continuó en el gobierno municipal. Fue Fernando II, más adelante quien inició la reforma del "Consell de Cent".
Sin embargo, el programa de cambios "buscaire" no tuvo éxito debido a la oposición enconada de la "Biga" y la preminencia que se había dado en el reparto de cargos a los consellers de la "Biga" respecto a los de la "Busca". Además, la "Biga" consiguió el apoyo de la oligarquía rural y la nobleza laica que habían sido perjudicados por el hecho remensa (payeses), reforzándose para hacer frente a la monarquía que había desafiado sus privilegios. En 1462, al estallar la guerra civil catalana, los "bigaires" pudieron recuperar el poder. Al terminar el conflicto (1472), la "Capitulacio de Pedralbes" no castigó a los instigadores para tener una paz perdurable, con lo que la "Biga" continuó en el gobierno municipal. Fue Fernando II, más adelante quien inició la reforma del "Consell de Cent".