sábado, 17 de octubre de 2015

Leyendas en Catalunya (La Patum de Berga [II])

Signicado de la Patum

El nombre de Patum viene de la onomatopeya del "tabal" (timbal): pa-tum, pa-tum, pa-tum.
Los significados de la fiesta son diversos, pero son, con toda certeza, la personificación de la lucha del bien contra el mal.
Danzas, rituales con turcos y caballeros, cristianos y musulmanes o arcángeles enfrentados a demonios, bailes de enanos, bailes de gigantes, el famoso salto del águila, con la participación de toda la gente llegada de toda Catalunya.
El fuego, los ruidos, el humo, los gritos, llegan de todas partes.
Todo esto mezclado con la música, la danza, la luz y la pólvora es una perfecta conjunción que los Patumaires saben vivir y que se convierte en el símbolo que identifica toda una población.

La comparsería de la Patum, aún habiendo sufrido una importante superposición de significados a lo largo de su historia, conserva reminiscencias de prácticas precristianas, en los rituales de vegetación y de regeneración genésica que sustentan el ciclo de mayo, prácticas que la Iglesia Católica asimiló, readaptó e integró parte de este ceremonial primigenio, convirtiéndolo en un vehículo de cristianización.
Los orígenes de la Patum deben buscarse en la celebración de Corpus Christi (uno de los jueves liturgicos con el jueves santo o la asunción), fiesta nacida en el siglo XIII y universalizada en 1316 por el papa Juan XXII. En la ciudad de Berga la referencia documental más antigua conservada de la festividad del Corpus y su procesión corresponde al 20 de mayo de 1454
Desde sus inicios, la procesión de Corpus empezó a integrar una serie de escenificaciones, que con el paso del tiempo se llamaron entremeses, que tenían como objetivos principales la educación y la moralización de los que observaban el séquito. Muchas veces, estas escenificaciones eran simples cristianizaciones de elementos paganos preexistentes, los cuales, fueron readaptados y acabaron representando diferentes pasajes de las "Sagradas Escrituras", adquiriendo su carácter procesional definitivo.
Estos entremeses, con el paso de los años, fueron obteniendo entidad propia y ganando adeptos entre el pueblo, más por su vertiente lúdica que por su carácter aleccionador, quedando sólo las partes más festivas. Éstas muestras festivas protagonizadas por los mismos entremeses que tomaban parte en la procesión derivaron posteriormente en la "Bulla o bullicio del Santísimo Sacramento", precedente de la actual Patum. Así tras la procesión de Corpus, se realizaban dos actos claramente diferenciados: la Procesión propiamente dicha, venerando el Santísimo Sacramento y la Iglesia Católica, y la Bulla, con un carácter puramente civil y laico y destinada a honrar y homenajear a las autoridades civiles.

Leyendas en Catalunya (La Patum de Berga [I])

Berga es un municipio de la provincia de Barcelona. Es la capital de la comarca del Bergudá. El municipio tiene una extensión de 22,54 km² e incluye parte de la antigua colonia industrial de Cal Rosal y La Valldan. Al norte y al nordeste limita con Serchs, al sudeste con Olván, al sur con Aviá, al sudoeste con Capolat y noroeste con Castellar del Riu.
El casco antiguo fue construido en la década de 1360.

Origen

Parece que puede ser la antigua Castrum Bergium, citada por Tito Livio (sobre la historia de la II Guerra Púnica)

La invasión árabe en el Berguedà fue hacia el año 715, después de librarse de su dominio, en el siglo X  formó parte del Condado de la Cerdanya. Fue conde de Berga Wifredo II de Cerdanya hasta su retiro al monasterio del Canigó en 1305. Cuando murió el conde Berrnardo Guillermo sin descendencia, pasó definitivamente el Condado de Berga a pertenecer al Condado de Bercalona en el año 1117, siendo conde Ramon Berenguer III. En 1347 padeció la peste negra

Entre 1654 y 1655 fue capturada por los franceses. Durante la Guerra de Sucesión dio apoyo a Felipe V de España. En 1854 sufrió un ataque de cólera.

La Patum de Berga

La Fiesta de la Patum de Berga es una celebración tradicional que se realiza durante las fiestas del Corpus Christi. Ha sido declarada por la UNESCO, Patrimonio Cultutal Inmaterial de la Humanidad, el 25 de noviembre de 2005 e inscrita en 2008 en su lista representativa y por ello elegida automáticamente como Tesoro del Patrimonio Cultural Inmaterial de España junto al Miesterio de Elche. Anteriormente, en el año 1983 fue declarada por la Generalitat de Catalunya fiesta tradicional de Interés Nacional. La Patum fue fundada a finales del siglo XIV como una fiesta de carácter esencialmente popular y se encuentra documentada desde el año 1525.
La celebración consiste en diversas representaciones de figuras místicas y simbólicas, que bailan al ritmo de la música y los tambores. Los bailes se caracterizan por su solemnidad, así como por la utilización de fuego y artefactos pirotécnicos.
El miércoles anterior, víspera del jueves de Corpus, el tabal (pregonero de la fiesta) y los gigantes recorren la ciudad anunciando el comienzo de las fiestas. Más tarde comienza el drama mímico, dividido en varios actos, que representan las intensas luchas de los cristianos contra los árabes ; al arcángel Sant Miquel que, ayudado por ángeles, lucha contra Lucifer (el Angel Caido) y sus diablos; o las burlas contra el caudillo árabe Abul-Afer o Bullafer, conquistador de la zona. En cambio, el acto del águila expresa la satisfacción de Berga por haber acabado con el dominio feudal y pasar a depender directa y exclusivamente del rey.
Las fiestas tienen lugar desde el miércoles, víspera del Corpus, hasta el domingo siguiente. El viernes, día siguiente del propio Corpus, se realiza una Patum infantil, en una versión adaptada para niños.


Leyendas en Catalunya (La Bruja de la Catedral de Girona)

Cuando llueve, el inmenso tejado de la catedral recibe grandes cantidades de agua que acabarían derrumbando el techo si no se desviase fuera de la superficie. En los edificios góticos, esta tarea de aligerar los tejados del agua de la lluvia se encomendaba a un tipo de canales de piedra, salientes, llamados gárgolas, que, desde el final de los pendientes de las tejas recogían el agua y la enviaban directamente a la calle. Estas gárgolas a veces eran puramente funcionales, pero otras veces tenían decoraciones vegetales o tenían forma de animales, monstruos o personas.
En  la catedral de Girona las gárgolas, bastante numerosas, no tienen figura humana, con una sola y extraña excepción: al lado de la torre de Carlemany, saliendo directamente de la pared, una mujer de piedra, con larga vestimenta, con la cabeza cubierta y un rollo de papel o pergamino en las manos, abre perpetuamente su boca para vomitar las aguas de mil lluvias. Esta singularidad, la de ser la única figura humana entre todas las gárgolas, le ha dado un carácter misterioso que, con el tiempo, ha generado una de las leyendas más conocidas de Girona: la Bruja de la catedral.

 Hace muchísimos años, en la ciudad de Girona, vivía una vieja de la que se comentaba entre el pueblo que era una bruja. Aseguraban que volaba por los aires y un vecino afirmó que una noche que se le cruzó un gato negro, le tiró una piedra golpeándole la cabeza y que al día siguiente la vieja aparecía con la frente vendada, la misma zona de la cabeza donde el gato fue golpeado, por lo que se creía que tenia la capacidad de transformarse por las noches.

Esta mujer, tiraba piedras en las paredes de la catedral de la ciudad, soltando blasfemias y riéndose a mandíbula abierta, cantando mientras se iba coplas obscenas. Los ataques con piedras a los muros de la catedral sucedían siempre a la misma hora, después del Ángelus, cuando los vecinos estaban en sus casas y no se veía un alma por las calles.

Cuenta la leyenda, que un buen dia Dios, indignado por la actitud blasfema de la bruja, quiso castigarla y la convirtió en una gárgola de piedra, quedando pegada y empotrada en uno de los contrafuertes del claustro, cerca de la llamada torre de Carlomagno. Al día siguiente, los vecinos de la ciudad pudieron contemplar como había surgido en el muro la deforme figura de piedra y reconocieron en sus rasgos a la vieja. Así acabaron los temores de que la bruja empleara sus malas artes y poderes mágicos contra ellos. Como castigo, acabó siendo parte para siempre del objeto de sus maldades.

Leyendas en la Peninsula Iberica (La Nao Fantasma [III])

Leyenda

La nao fantasma forma parte de una leyenda de Cartagena, que cuenta como una nave aparece ante el puerto de esta ciudad con motivo de la muerte a bordo de un celoso pretendiente que denunció como morisco a su competidor por el amor de una mujer.
La leyenda se inspira en tiempos posteriores a la Expulsión de los Moriscos de 1609, y establece su origen en el enamoramiento del aristócrata don Luis de Garre de la dama doña Leonor de Ojeda. Sin embargo, esta estaba a su vez prendada de don Carlos Laredo, quien era en realidad un un moriso que se hacía pasar por "cristiano viejo" y cuyo verdadero nombre era Yúsuf ben Alí. Don Luis acaba descubriendo su verdadera identidad, y celoso de él, lo delata ante la Inquisición, que lo condena a la muerte en la hoguera.

Tras la muerte de don Carlos, el viejo Mohamed (padre de Yúsuf) cayó en una profunda melancolía, animandose únicamente cuando junto a su ija Fátima, hacía planes para vengarse de don Luis, que había desaparecido de España. Cuando murio Mohamed, hizo jurar a su hika, por Ala que ella levaría a cabo esa venganza.

Cuando, pasados dos años, apareció de nuevo don Luis en las justas y torneos de Cartagena, quedó sorprendido al recibir una misiva en la que se le decía que "si para amparar a una dama era tan valeroso como por la tarde en la Tela, le esperaban al toque de queda en el molino derruido enclavado en el arranque del camino de Canteras". Pensando que tal vez se trataba de un lance amoroso, acudió el arrogante don Luis a la cita. En el lugar indicado se encontró con una dama tapada, que le recibió cariñosamente, ofreciéndole un refresco. El caballero apuró de una sola vez el líquido y, transcurridos unos momentos, cayó como herido por el rayo.

Fátima, ella era la misteriosa dama, le ató fuertemente de pies y manos; después salió del molino e hizo una seña. Aparecieron, a su gesto, dos hombres que llevaban una litera, sobre la que colocaron a don Luis, y seguidos por la dama emprendieron el camino por la falda del monte Sicilia, hoy monte y castillo de Atalaya, hasta llegar a la cala llamada Algameca, en recuerdo al santo morabito Selim El Algamek.

Se acercó a la playa un ligero esquife, en el que embarcaron la dama y el cuerpo inerte del caballero. La pequeña embarcación atracó a una galera en cuyo mástil flameaba el estandarte de la media luna.
Mientras unos marineros levaban anclas, otros bajaron al sollado el cuerpo del caballero Garre. La nave hizo rumbo a Argel, cortando las aguas del Mediterráneo.
Bajó la dama al sollado y acercó a la nariz de Garre un pomo de sales, que le devolvieron el conocimiento. Cuando vio ante sí a Fátima, la sangre se heló en sus venas. Intentó levantarse; pero fuertes ligaduras se lo impedían. Ante su imaginación apareció la imagen de Yusuf: su tormento, la hoguera... Comprendió que había llegado su última hora.
Fátima, sombría, parecía el ángel del mal. Erguida ante el caballero, pronunció su sentencia. Comería el pan de la esclavitud; pasaría su vida encadenado al banco del galeote; el látigo del arráez laceraría su cuerpo, y su existencia sería para él una pesada y dolorosa carga. Yusuf y Mohamed estaban vengados. Salió luego del sollado, y don Luis quedó en la mayor desesperación.

Una vez solo, don Luis decidió escapar o morir luchando. Después de titánicos esfuerzos, consiguió romper las ligaduras de sus manos. Recordando que del techo de su prisión pendía una linterna, pensó encenderla para preparar la huida. Sacó de su escarcela eslabón y pajuela, que encendió rápidamente. Un brusco viraje de la nave le hizo, perder el equilibrio. Cayó, y dejó escapar de su mano la pajuela encendida sobre un montón de estopa y jarcias embreadas, que ardieron al punto.

Envuelto en humo y aterrorizado por el peligro, el hidalgo buscó la salida. A la luz de las llamas, vio con espanto, junto a ellas, una barrica de las destinadas a guardar pólvora.
Perdida la esperanza, hincóse de rodillas, pidiendo perdón al Redentor por sus muchos pecados.
Una horrenda detonación atronó el espacio. Trozos de bajel, cadáveres mutilados, fragmentos de objetos, fueron lanzados por el aire. Una nube negra elevóse hasta el cielo, y el mar borró una tragedia cuyos protagonistas se hundieron para siempre en sus profundidades.
Cuentan los pescadores de estas costas, Escombreras, Portús y La Azohía, que todos los años, al alba del día de la Virgen (15 de agosto), se oye un pavoroso estruendo, como un cañonazo, que desvanece bruscamente una sombra flotante, cuya silueta se parece a una nave que ellos han bautizado con el nombre de la Nao Fantasma.

Leyendas en la Peninsula Iberica (La Nao Fantasma [II])

Tras la caída del Imperio romano de Occidente y el establecimiento de los reinos germanos en España, hacia 550  Cartagena fue conquistada por el emperador bizantino Justiniano I. Aunque no existen datos fiables sobre la organización de dichos territorios, existe cierto consenso acerca de que Cartagena, con el nombre de Cartago Spartaria se convirtió en 615 en la capital de la provincia bizantana de Spania

Hacia el 622, los visigodos, dirigidos por el rey Suintila, tomaron y, según cuenta San Isidoro destruyeron y asolaron por completo la ciudad, causando una profunda decadencia. Sin embargo, este comentario quizás pecó de exagerado, ya que en 675, Munulo, obispo de Cartagena, aparece firmando una de las actas de los Concilios de Toledo, lo que demuestra que en ese momento había un obispo con su sede en la ciudad.
Durante la dominiación árabe, Cartagena experimentó una cierta recuperación y contó con una mezquita y una alcazaba fortificada sobre el actual cerro de la Concepción, siendo conocida en esa época con el nombre de Qartayannat al-Halfa

En el año 1243 el emir Ibn Hud al-Dawla pactó en el Tratado de Alcaraz la capitulación de la taifa de Murcia como un protectorado castellano. El arraez de de Cartagena no reconoció la capitulación, y el infante Alfonso, primogénito del rey Fernando III de Castilla, tomó finalmente la plaza en 1245 con la intervención una flota procedente de Santander, a mando del almirante Ruy García de Santander. Esta conquista puso a Cartagena fuera del régimen de protectorado y recibió el Fuero de Córdoba. En 1250 se restauró la diócesis de Cartagena y en 1270 se creó la Orden de Santa María de España para la defensa naval de la Corona de Castilla, que estableció su sede principal en Cartagena. El traslado, unos pocos años después de la Reconquista, de la sede episcopal a Murcia supuso un notable freno para el desarrollo urbano, económico y poblacional de la ciudad de Cartagena.
En la campaña de Jaume II de Aragón para conquistar el reino de Murcia, que había recibido como donación de Alfonso de la Cerda a cambio de favorecer sus pretensiones al trono castellano, Cartagena fue tomada en 1296. En la Sentencia Arbitral de Torrellas de 1304 se acordó que Cartagena se incorporara al reino de Valencia, pero al quedar como un exclave, el rey aragonés renunció a ella en el Tratado de Elche en 1305.
Durante la Guerra de los Dos Pedros, Cartagena fue una base naval para hostigar la Corona de Aragón. Con todo, las iniciativas de reyes como Pedro I de Castilla no terminaron de desarrollar arquitectónicamente el crecimiento urbano de una ciudad que aún contaba con pocos habitantes.
 En 1464 el rey Enrique IV de Castilla concedió a Pedro Fajardo y Quesada el señorío de la ciudad de Cartagena con su castillo y los derechos de jurisdicción y cobro de tributos, situación que se mantuvo hasta los Reyes Católicos. En 1503, la reina Isabel ordenó la restitución de la ciudad de Cartagena con todos sus derechos a la Corona.



Leyendas en la Peninsula Iberica (La Nao Fantasma [I])

Cartagena es una ciudad situada junto al mar Mediterráneo en la Comunidad Murciana. La ciudad es la sede de la Asamblea Regional, órgano legislativo de la Comunidad Autónoma, y capital municipal.

Historia.

Existe constancia de asentamientos prehistóricos en todo el término municipal de Cartagena, como los aparecidos en el yacimiento de Las Amoladeras en la Manga.
Por toda la costa son también numerosos los restos arqueológicos, como el del poblado ibérico de Los Nietos en el Mar Menor, así como pecios de barcos fenicios que documentan una intensa actividad industrial y comercial por toda la zona de la sierra minera desde al menos el siglo VI aC

Por lo que respecta al asentamiento urbano de la ciudad de Cartagena, las referencias más antiguas podrían corresponder a la ciudad de Mastia, un poblamiento ibero o tartésico del cual se tienen noticias desde el siglo VI aC y que tradicionalmente se ha asociado a la ciudad de Cartagena.
La primera constancia cierta de poblamiento en la ciudad corresponde al año 227 aC, en el que general cartaginés Asdrúbal el Bello funda la ciudad de Qart Hadasht (Ciudad Nueva), después de derrotar al íbero Orisón, asegurándose así el control de los ricos yacimientos minerales del Sureste.
Qart Hadasht se convertiría en la capital del reino cartaginés fundado por Aníbal en Hispania, y de esta ciudad partió con sus elefantes en la célebre expedición a Roma, que le llevaría a cruzar los Alpes, al comenzar la Segunda Guerra Púnica en el año 218 aC
El general romano Escipion "El Africano" tomó Cartagena en el año 209 aC, siendo posesión romana desde entonces con el nombre de Carthago Nova, y una de las ciudades romanas más importantes de Hispania. En el 44 aC, Carthago Nova fue la tercera ciudad en Hispania, tras Tarraco y Corduba, en ser elevada a rango de colonia romana con el nombre de Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago (C.V.I.N.C) constituida por ciudadanos de derecho romano. En este proceso de romanización, el emperador Augusto la reurbanizó dotándola de un gran foro y un monumental teatro romano . Durante el gobierno de Tiberio, se creó el conventus iuridicus carthaginensis con capital en la ciudad, dentro de la provincia Tarraconense.
En el año 297, el emperador Diocleciano constituyó la provincia romana Carthaginense segregada de la Tarraconense, estableciendo la capital en la ciudad de Cartagena.
Hacia el 425, la ciudad fue saqueada por los vándolos antes de pasar éstos a África. La ciudad debió reponerse del ataque vándalo de alguna manera, pues en 461, el emperador Mayoriano reunió en la ciudad una flota de 45 barcos con la intención de invadir y recuperar para el imperio el reino vándalo del norte de África. La Batalla de cartagena se saldó con una gran derrota de la armada romana que fue totalmente destruida.