viernes, 15 de julio de 2016

Historia de Catalunya (La "Guerra Civil" Catalana [VI])

A causa de la Guerra, la Generalitat sufrió un fuerte desprestigio al acabar la guerra, no tan solo por haber sido el bando perdedor, sino porque concentró las críticas de todos los sectores: los pactistas la acusaban de haber mantenido las revueltas agrarias y de la reorientación de los mercados hacia otras latitudes; las clases bajas, empobrecidas por la guerra, acusaban las medidas fiscales necesarias para recuperar la hacienda. Económicamente, la Generalitat estaba exhausta y no pudo devolver los préstamos que le habían concedido el "Consell de Cent" y también particulares.

Además de la precaria situación económica dejada por la guerra, hace falta considerar también que la expansión del Imperio otomano por la Península Balcánica, Palestina y el norte de África limitó las rutas desde Occidente hacia los puertos comerciales de Oriente, contribuyendo a la decadencia del comercio mediterráneo.

Además, el Mediterráneo había perdido dimensión como mercado. El desarrollo de las ciudades y puertos del norte de Europa configuraba una área comercial atlántica que sumada a las navegaciones en América, a finales del siglo, y hacia la India bordeando África, dejaron en un segundo término al comercio mediterráneo.

La tremenda carnicería prácticamente en todos los diferentes linajes nobiliarios de la región provocó la extinción de muchas de las antiguas casas, así como la ruina de la mayoría de las supervivientes, independientemente del bando donde hubiesen militado. Este hecho, junto con la política de la monarquía de fusionar la alta nobleza castellana y barcelonesa, o como mínimo, vincular las principales heredades "huérfanas" hacia estos últimos o los propios familiares de la "Casa Real", privan a la región durante mucho tiempo de auténticos cuadros dirigentes capaces de plantear algún tipo de disidencia o proponer otra orientación.

Barcelona, con una estructura social malograda, con un instituciones que no podía competir con otras potencias europeas y con la potenciación de Castilla por la conquista y comercio en América, sufrió las consecuencias de una situación estratégica desventajosa.

A partir del siglo XVI Barcelona no continuaría siendo una ciudad grande e importante en el nuevo marco político y comercial, por la centralización del porder que marco la "Casa de Austria" (más tarde continuaria esa labor los Borbones) ni la potencia decisoria que había sido durante buena parte del periodo medieval.

Historia de Catalunya (La "Guerra Civil" Catalana [V])

Finalmente Joan II busca la alianza con Castilla a través del matrimonio de su hijo Ferran II, "el Catolic" y, de entre un conjunto de candidatas, consigue que se case con su prima, la niña Isabel "la Catolica".

A finales de 1471, con buena parte de Barcelona recuperada por las tropas reales, empieza un asedio en Barcelona que durará hasta el 8 de octubre de 1472. Sin apoyos exteriores, los barcelonses deben rendirse a la realidad: Barcelona se entrega tras una amnistía general.
La guerra acaba con la victoria de Joan II y con la "Capitulación de Pedralbes", que se firma el 24 de octubre de 1472. Es el final de una guerra que acaba sin vencedores ni vencidos. Joan II únicamente pide que se anule la "Capitulación de Vilafranca". Las medidas de clemencia y una preferencia a la Diputacio rebelde ante la monárquica, permitiendo seguir en el cargo a diputados que habían sido opositores, trajeron alguna división pero pacificaron la región.
Hacía falta trabajar para solucionar los graves problemas económicos puesto que Barcelona estaba arruinada tras la guerra. Las Corts de 1473 abordan el tema de la recuperación que no se solucionará.

Joan II que murió en 1479, dejando sin solución los principales problemas que su hijo Ferran II intentará solucionar:
- En primer lugar ocupando el Rosello y la Cerdanya.
- El programa económico adoptado era, en parte, el de los de la Busca desde 1450.
- Se decide también la reforma de los organismos dirigentes de Barcelona: la Diputacio y el Consell.
- El problema remensa fue el que tomó más tiempo en solucionarse.

Durante la "Guerra dels Remensas", su líder, Francesc de Verntallat fue nombrado vizconde de Hostoles (Girona), pero la política sobre los malos usos continuó siendo ambigua, lo cual dio lugar a nuevas revueltas, como la de 1475, incluso se manifestará en medidas antirremensas (Corts de 1480). Esta política ambigua de Ferran II provocó que los nobles recuperan derechos perdidos y entonces se produce la "IIª Guerra dels Remensas" (1484) dirigida por Pere Joan Sala que consigue una revuelta de grandes proporciones.

Ferran II, finalmente, toma un compromiso que se plasmará en la "Sentencia Arbitral de Guadalupe" (1486) donde los malos usos son redimidos mediante el pago de sesenta sueldos por cortijo y los campesinos conseguirán una serie de libertades. Con este dinero, los señores fueron indemnizados y al monarca se le pagó una multa de 50 mil libras. Los señores continuaron teniendo derechos sobre los campesinos cultivadores pero no de la forma humillante como hasta aquel momento.

Historia de Catalunya (La "Guerra Civil" Catalana [IV])

La guerra se internacionalizó puesto que Joan II buscó el apoyo de Luis XI de Francia (al cual le da entre otras cosas en garantía del Rosello y la Cerdanya) y Gastón de Foix (promesa de heredar Navarra). El "Consell del Principat", por su parte, buscará apoyos interiores y la desarticulación de las fuerzas opositoras: el partido de la Busca y los remensas. Al no obtener los resultados deseados, el Consell empieza a ofrecer el Principat de Catalunya a candidatos que, 50 años tras Caspe, tenían aunque sea muy indirectamente, algún derecho a reinar en Barcelona. En el 1462, se propuso nombrar conde de Barcelona al rey Enrique IV de Castilla si respetaba toda la particularidad barcelonesa y la Concordia de Vilafranca. Además el rey castellano, aparte de sus derechos al trono, podía contar con la ayuda de los beamonteses, navarros enemigos de Joan II y del conde de Foix. Ellos apoyan a Blanca, hermana de Carlos de Viana y ex-mujer de Enrique IV.

Enrique IV acepta el ofrecimiento ante la división de la nobleza. Las tropas castellanas, dirigidas por Juan de Beamonte, obligan a levantar el asedio de Barcelona pero Joan II utiliza las divisiones de la nobleza castellana que acabará forzando a Enrique IV, por el "Tratado de Bayona" y con Luis XI de árbitro, a renunciar al Principat y, en compensación, se le entrega la ciudad de Estella. Joan II, por su parte, renuncia a las rentas que le correspondían en Castilla.

En 1464, tras el fracaso con el monarca castellano, se ofrece la corona a Pedro de Portugal, nieto de Jaume II de Urgell que, dadas sus limitaciones, se alía con el duque de Borgogna (Felipe III "el Bueno") que era enemigo de Luis XI.

Aragoneses, valencianos y mallorquines, mientras tanto, prestan su apoyo a Joan II, además de los de la Busca y los remensas, y algunos nobles y clérigos. Bernat Saportella, diputado del Principat de Barcelona, se pone junto al rey con lo que la Diputacio le permitirá la legalización de su situación.

De esta época destaca la batalla de Calaf, el 28 de febrero de 1465, con victoria del rey Joan con el apoyo del conde de Praderas sobre las tropas de Pedro de Portugal. También las tropas del rey Pedro tuvieron algún éxito, como el apoyo recibido por mar desde Portugal cuando Barcelona estaba sitiada en julio de 1465.

En el 1466 el condestable Pedro de Portugal muere en Granollers, y se le ofrece la corona a Renato I de Anjou, nieto de Joan I de Aragón y antiguo enemigo de Alfons "el Magnánimo", lo cual modificará el sistema de alianzas internacionales. Renato I envía como lugarteniente a su hijo, Juan II de Lorena, que consigue éxitos militares hasta su muerte (16 de diciembre de 1470).

Leyendas en Catalunya (Els setze jutges)

Fue un grupo de cantantes catalanes fundado en 1961 por Miquel Porter i Moix, Remei Margarit y Josep Maria Espinàs. El nombre proviene de un trabalenguas catalán muy popular, "setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat" ("dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado"), denominación que nació de un cierto espíritu irónico y en reivindicación de la cultura catalana en aquellos años de la dictadura franquista.

Los integrantes del grupo fueron en sus principios aficionados, ya tenían sus profesiones respectivas, algunos de ellos se profesionalizaron más tarde. El propósito de todo el grupo fue el de impulsar el movimiento de la "Nova Cançó" y normalizar el uso del catalán en el mundo de la música moderna.

Empezaron con canciones propias y con versiones de cantantes franceses, en especial de Georges Brassens. El círculo se fue ampliando con la llegada de otros artistas, e incluyendo a los tres fundadores y por orden cronológico los "jueces" acabaron siendo los siguientes:

- Miquel Porter i Moix
- Remei Margarit
- Josep Maria Espinàs
- Delfí Abella
- Francesc Pi de la Serra
- Enric Barbat
- Xavier Elies
- Guillermina Motta
- Maria del Carme Girau
- Martí Llauradó
- Joan Ramon Bonet
- Maria Amèlia Pedrerol
- Joan Manuel Serrat
- Maria del Mar Bonet
- Rafael Subirachs
- Lluís Llach.

Algunos de ellos (Joan Manuel Serrat, Guillermina Motta, Maria del Mar Bonet, Francesc Pi de la Serra, Rafael Subirachs o Lluís Llach entre los más conocidos) continuaron cantando, pero otros fueron incorporándose a sus profesiones y dejaron la canción.
El cantautor valenciano Raimon también estuvo vinculado al movimiento de "Els Setze Jutges" en el inicio de su carrera, contribuyendo especialmente al movimiento de la Nova Cançó.
El día 13 de abril de 2007, "Els Setze Jutges" recibieron la Medalla de Honor del Parlament de Catalunya por su contribución a la cultura y lengua catalana.
Este movimiento se desarrolló de forma paralela a otros similares en otras zonas de España, como "Ez Dok Amairu" en Euskadi o el "Manifiesto Canción del Sur", en Andalucía.

Leyendas en Catalunya (La nova canço)

Es el nombre con el que se conoce el movimiento artístico y musical catalán que, en pleno franquismo, impulsó la reivindicación del uso normal del catalán en el mundo de la canción a la vez que denunciaba las injusticias de la dictadura franquista. Apareció en la segunda mitad del decenio de 1950, al crearse un grupo formado por consejo de Josep Benet y de Maurici Serrahima e integrado por Jaume Armengol, Lluís Serrahima y Miquel Porter i Moix, los cuales compusieron unas primeras canciones en catalán, hecho que respondía a un clima de reivindicación cultural, no solo universitario, sino también de las diferentes clases sociales catalanas.

El 1959, un escrito de Lluís Serrahima, publicado en la revista Germinabit con el título "Ens calen cançons d’ara" ("Nos hacen falta canciones de ahora") aglutinó a autores y cantantes, y tras un éxito multitudinario en el Centre Comarcal Lleidatà (Lérida), se forma un grupo homogéneo, denominado Els Setze Jutges, iniciado por Remei Margarit y Josep Maria Espinàs, a los cuales se unieron pronto Delfí Abella y Francesc Pi de la Serra.

El 1962 aparecieron los primeros discos, y se empezaron a diversificar las tendencias: conjunto musical, conjunto vocal, cantautor, intérprete de éxitos de otros autores, etc. Una profesional, Salomé, y un renovador valenciano, Raimon, obtuvieron en 1963 el primer premio del quinto Festival de la Canción Mediterránea con la canción "Se'n va anar" ("Se fue"), precisamente los autores de la canción, Lleó Borrell (música) y Josep Maria Andreu (letra), fueron miembros de la cançó.

Pese a las restricciones "administrativas" en la difusión radiofónica y televisiva y en la producción discográfica (corrían los años sesenta y setenta, en pleno franquismo), la Nova Cançó reunía cada vez más seguidores y obligó a muchos intérpretes a optar por una auténtica profesionalización, reclamada por la crítica y un público cada vez más exigente. Importante para la difusión de estos artistas fue la aparición de la empresa discográfica Edigsa.

Los profesionales de la Nova Cançó surgieron en un terreno diferente al de los denominados cantantes-protesta y el folk, corrientes ambas con un paralelismo similar al de la mayoría de los países europeos. En este sentido, aparecieron formaciones como el Grup de Folk y posteriormente Esquirols.

Se destacaron artistas de personalidades diversas, que contribuyeron con su aporte artístico al desarrollo de la Nova Cançó, como por ejemplo Salvador Escamilla, Guillem d'Efak, Núria Feliu, Maria Dolors Laffitte, Jacinta, Mercè Madolell o nuevos miembros de Els Setze Jutges. Algunos obtuvieran triunfos internacionales. Más tarde aparecieron cantantes bilingües y posiciones ideológicas que parecían desvirtuar las ideas iniciales.

Junto a Raimon, otros antiguos miembros de Els Setze Jutges, como Guillermina Motta, Francesc Pi de la Serra, Maria del Mar Bonet, Lluís Llach y, sobre todo, Joan Manuel Serrat han obtenido una fama que ha rebasado ampliamente la estricta área lingüística catalana. Más tarde, también destacó en Valencia Ovidi Montllor.

A imagen de este movimiento, nacieron movimientos paralelos en Galicia, Asturias, Aragón, País Vasco (Euskal Kantagintza Berria) y Castilla la Vieja.