martes, 27 de febrero de 2018

El misterio de las logias masónicas

Resulta difícil establecer cuando apareció la masonería en Barcelona. Todo induce a pensar que fue durante el siglo XVIII si bien no existen pruebas documentales escritas. Sin embargo, dos relieves situados en dos de las tres puertas de la antigua Caja de Reclutas de la Calle del Comercio, nos indican la presencia inequívoca de la masonería en la Barcelona del siglo XVIII.
En fecto, poco después de la toma de Barcelona por las tropas de Felipe V, el rey como castigo por la feroz resistencia que opusieron los habitantes del Barrio de la Ribera, derribó varios cientos de casas hasta el límite de la actual calle del Comercio. Los escombros de esta demolición fueron arrojados al mar y sobre ellos se construyó posteriormente el barrio de La Barceloneta. El convento de los Agustinos marcó el límite de la destrucción; parcialmente derribado, tan solo quedaron pié algunos arcos de claustro, actualmente en fase de rehabilitación.

Los restos del edificio fueron transformados en Escuela de Matemáticas del Ejército, luego Cuartel de Artillería y finalmente Hospital Militar. Es de esa época -mediados del siglo XVIII- cuando fueron grabados los signos masónicos de la escuadra y el compás sobre las puertas. Milagrosamente han llegado hasta nuestros días. Aun a pesar de ser edificio militar durante el franquismo y de la obsesión antimasónica de la época, nadie cayó en la cuenta de que los oficiales y tropa al entrar y salir del cuartel pasaban bajo los odiados símbolos masónicos.

En el siglo XVIII muchos oficiales del ejército hablaban varios idiomas y leían regularmente libros publicados en el extranjero, en particular ideas de la Ilustración.

Después del interregno que supuso la ocupación napoleónica (los masones del ejército francés crearon una logia en el Palau Centelles de la bajada de San Miguel) la masonería barcelonesa logró estabilizarse y crecer extraordinariamente y estableció logias en la calle de la Basea y en Tantarantana, cerca de la actual plaza del Ou. Otra situada en la calle Ferlandina figuró entre las más antiguas de la ciudad.

Los viejos y devotos barceloneses evitaban pasar por la misma acera de las logias: creían que era terreno maldito. Sus ventanas estaban siempre cerradas para evitar que desde la calle pudieran verse los destellos que provocaba la presencia del diablo en las ceremonias masónicas... tal era la creencia popular.

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El misterio de los cordeleros

Barcelona tuvo durante siglos tres grupos sociales marginados; judíos y gitanos fueron a parar a la "isleta del Raval" y al "call" respectivamente. Pero hubo otro grupo menos conocido que sufrió idéntica marginación: los cordeleros.

Desde lo más profundo de la edad media los cordeleros eran objeto de todo tipo de discriminaciones: se decía que tenían cola, los domingos les sangraba el ombligo, de sus escupitajos nacían abundantes gusanos, se les achacaba incompetencia profesional, practicaban artes mágicas y hechicería... tan solo esta última característica parece cierta.

Los cordeleros eran transhumantes; tenían que buscar su materia prima allí donde la hubiera y esto les implicaba ausentarse de su domicilio buena parte del año. Aun cuando el cáñamo que se cultivaba en las zonas situadas más allá del actual Arco del Triunfo, en Glorias y La Llacuna, no era el cannabis alucinógeno, dormir cerca de los campos implicaba un cierto grado de intoxicación al respirar los efluvios que despedían las plantas. Esto les sumía en una especie de sueño hipnótico en el cual creían dotarse de capacidades de videncia.

Fue así como ganaron fama de brujos. Por lo demás las cuerdas fabricadas en Barcelona tenían fama en todo el Mediterráneo; sin embargo los cordeleros se ganaron a pulso su marginación al fabricar también las cuerdas para los ahorcamientos. Para los familiares de los ajusticiados los cordeleros eran los responsables de la horrenda muerte de sus deudos. Para el pueblo, en general, existían rumores de que los cordeleros recibían enormes sumas de dinero a cambio de fabricar cuerdas que se rompieran en el curso de las ejecuciones. Si esto ocurría los reos eran perdonados...

Existieron cordeleros en la Ribera y en el Raval. Estos vivían cerca de la plaza del Padró, existiendo una gran concentración en la calle de la Botella. Durante siglos no se les permitía vivir dentro del recinto amurallado y solamente sus mujeres entraban en la ciudad para vender su mercadería; debían abandonar el recindo al caer la noche. 

El único cordelero que se hacía acreedor del respeto de sus vecinos era el que fabricaba las cuerdas utilizadas en la Catedral.

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La "misteriosa" razzia de Almanzor

Barcelona estuvo en poder de los musulmanes apenas 80 años, del 715 al 801; sin embargo, la mayoría de sus habitantes prefierieron convertirse al Islam para eludir los impuestos con los que se gravaba a los no-creyentes. Esto no impidió que tras el asedio que sometió Luis "el Piadoso" a la ciudad, esta recuperara súbitamente su fé católica.

El llano de Barcelona fue colonizada con oriundos de Francia que tuvieron incluso una parroquia propia en Sant Martí de Provençals. Los moros no dejaron otra huella en la ciudad más que el nombre de "Ramla" (arenal) que luego se transformaría en las populares "Ramblas". Sin embargo los musulmanes volverían en el 895.

El 2 de julio las tropas de Almanzor sitiaron Barcelona. Dos días después la ciudad se rendía sufriendo un saqueo en toda regla. Se ha dicho que ese día "murió Barcelona". Incluso la reconstrucción de un paño de muralla hacia el 1032 en la actual calle Regomir, indicaría que fue por alli por donde los musulmanes rompieron la muralla y penetraron en riada.

Pero todo induce a pensar que no fue así. Almanzor respetaba a quienes se le rendían. Es más probable que la ciudad decidiera abrir sus puertas y permitir el saqueo mientras que sus habitantes salvaban la vida fortificados en las torres de la muralla. Si bien es cierto que Almanzor se llevó prisioneros a Córdoba, no es menos cierto que se trataba de habitantes del "pagus", la periferia.

Es así mismo falso que la expedición catalana dirigida por Ramón Borrell contra Córdoba en el 1010 fuera una represalia por el saqueo de Barcelona. En realidad Ramón Borrel había acudido en auxilio de una de las facciones musulmanas en lucha. A decir verdad la mayor parte de las tropas con las que Alamanzos atacó Barcelona eran mercenarias, habiendo entre ellos muchos castellanos.

Dice la leyenda que al regreso de sus campañas, Almanzor se sacudía el polvo de sus vestidos, guardándllo en una arqueta. Los 40 rapsodas y poetas que lo acompañaron en su campaña contra Barcelona así lo atestiguan. Tras la derrota de Calatañazor fue enterrado con esta arqueta; en ella habrían también huellas de su paso por Barcelona

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lunes, 26 de febrero de 2018

Aquelarres en Sant Ramon de Call

Aunque los aquelarres o reuniones de brujas eran más habituales en el campo, también se celebraron algunos en Barcelona, sobre durante la Edad Media. En la plaza de Manuel Ribé, antes conocida como Sant Ramon del Call, tuvieron lugar algunos de ellos la noche de los sábados. Entre los extraños rituales que se practicaban, destacaba un baile en círculos donde participaba el mismísimo demonio en forma de jorobado. Muchas leyendas dicen que la sardana, proviene precisamente de esos aquellarres

El misterio del Obispo de Barcelona (Manuel Irurita Almandoz)

Nacio en Larraintzar, en Ultzama (Navarra), 1876 - Montcada i Reixac (Barcelona) el 3 de diciembre de ​​1936. Fue un eclesiástico navarro, doctor en filosofía y en teología y catedrático de lenguas clásicas en la Universidad de Valencia, que fue nombrado obispo de Lleida en 1927 y posteriormente obispo de Barcelona en 1930. Personas del entorno del presidente Francesc Macià lo consideraron como gran enemigo de Catalunya
En 1898 fundó el Orfeón Pamplonés. Profesó durante un tiempo en el orden capuchino en Lecároz, abandonándolo más tarde para ejercer como maestro. En 1899 fue ordenado sacerdote después de obtener el beneficio como cantor de la catedral de Valencia.
Durante la Segunda República, una campaña exigió su expulsión de Catalunya, aún así, promovió la fundación de nuevas parroquias suburbiales y de obras de asistencia social, impulsó la Obra de Ejercicios Parroquiales y la Federación de Jóvenes Cristianos de Catalunya . En 1931 consagró la iglesia de San José Oriol. Cuando murió el presidente de la Generalitat Francesc Macià, el 25 de diciembre de 1933, Irurita se negó en un primer momento a enviar sacerdotes a la vela y fue el arzobispo Francisco Vidal y Barraquer quien le obligó a cambiar de posición.
En septiembre de 1936, coincidiendo con la entrada de los anarquistas en el gobierno de la Generalitat, la sede episcopal fue asaltada, y Irurita tuvo que huir.  Después de esconderse durante cuatro meses en casa de un amigo orfebre, Antoni Tort, el obispo fue detenido en un registro, el 1 de diciembre, y trasladado y encerrado en el monasterio de Sant Elías, utilizado entonces como checa o prisión. Se cree que fue fusilado en el cementerio de Montcada i Reixac por su condición de sacerdote, el 3 de diciembre de 1936, pero es un episodio controvertido, ya que algunos testigos afirman haberlo visto vivo en 1939. Sus supuestas despojos están enterrados en la Catedral de Barcelona, ​​en la capilla del Santo Cristo de Lepanto. La identificación de su dentadura, hecha por el odontólogo forense Juan Carol Montfort, ha permitido comprobar su equivalencia con la declaración de dos dentistas que la habían tratado cuando era obispo de Lleida.
De todos modos es evidente que la misma Iglesia católica duda de la veracidad de su martirio, por cuanto a diferencia de todos los demás obispos, sacerdotes y seglares que fueron asesinados durante la Guerra Civil, Irurita no ha sido beatificado; sólo ha sido proclamado sirviente de Dios, al incoarse la causa de investigación para su beatificación.


domingo, 18 de febrero de 2018

Literatura Catalana (Teresa d'Areyns)

En realidad se llama Maria Teresa Bertran Rossell. Nacio en Arenys de Mar, el 24 de mayo de 1952. Es autora de los recopilaciones poéticas: Aor (Premio Amadeu Oller 1976), Ola (1980) y Susurros (1986), entre otros; de la traducción Dos requiems de Rainer Maria Rilke (1997) y de las adaptaciones de poesía Tuareg: La petición y el rechazo (1996) y Tuareg, Cantos de amor y de guerra del Ahaggar (1999).En el año 2000 publica la novela El cuaderno de Agnès Solà y el mismo año obtiene el V Premio de Reconocimiento a la Creación Poética, Cadaqués a Quima Jaume por el libro Cantos de amor y de guerra del Ahaggar.

Es socia de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.




Literatura Catalana (Carme Arenas i Noguera)

Nacio en Granollers, 6 de noviembre de 1954. Es una escritora, traductora y editora catalana. Desde 2010 es la presidenta del PEN Catalán.
Es licenciada en Geografía e Historia, con especialización en Historia del Arte (1977) y en Filología Catalana en la Universidad de Barcelona (1980) y tiene el grado superior en las lenguas francesa, italiana e inglesa y el Master en Dirección y Gestión de Centros Educativos, también en la Universidad de Barcelona. Es Catedrática de Literatura catalana y profesora de Lengua y Literatura Catalanas en el Instituto Maragall de Barcelona. Comenzó trabajando como galerista de arte y combinó la actividad con la enseñanza de la historia del arte y la literatura catalana. Entre 1998 y 2008 hizo de profesora-consultora en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC). También ha ejercido de editora en Ediciones 62 y de jefe de redacción de la revista Catalán Writing (2006 hasta 2011). Ha traducido varios libros de literatura italiana. Es autora y coordinadora de numerosos libros de texto para la enseñanza y ha comisariado varias exposiciones relacionadas con la literatura.


jueves, 15 de febrero de 2018

El orfanato de la Casa de la Caridad (8 Aneddotas de Barcelona) [VIII]

Además de las anécdotas extrañas y surrealistas que reúne Anecdotario de Barcelona, el libro también recoge otras historias que forman parte de la cara más dramática y triste de la ciudad condal. Este es el caso del orfanato de la Casa de la Caridad, que hoy ocupa el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), el MACBA y la Universitat Ramon Llull. El recinto, que funcionaba de manera autónoma, llegó a dar cobijo a unas dos mil personas, algunas de las cuales han relatado las palizas y humillaciones que allí sufrieron por parte de las monjas del orfanato, según denunció el documental “Temps de Caritat” de TV3 en el 2006. “Todavía hoy una vez por semana se reúnen exinternos del orfanato en el bar del CCCB”, detalla Roser Messa.

 http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20161020/411125850457/anecdotario-de-barcelona-roser-messa-pep-brocal.html

El taxidermista (8 Aneddotas de Barcelona) [VII]

El taxidermista Lluís Soler i Pujol exhibió sus animales disecados en varios locales de la ciudad condal a finales del siglo XIX. El reclamo provocó que los transeúntes se agolparan en masa en los cristales y obstruyeran el paso, motivo por el cual el taxidermista recibió varias quejas y denuncias, que le obligaron a trasladar en una ocasión el negocio. Su local más famoso estuvo ubicado en la plaza Reial, el Museu de les Bèsties, era espacioso y contaba con diversos escaparates en el que se exhibían las piezas. La autora del libro explica que la historia también recoge la versión de la bisnieta de Lluís Soler i Pujol, a quien llegó a conocer personalmente. También cuenta que se entrevistó con el hijo del farero de Motjuïc Carlos Mariño, otra de las anécdotas que recoge el libro.

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El verdugo de Barcelona (8 Aneddotas de Barcelona) [VI]

Nicomedes Méndez ha pasado a la historia de la ciudad por ser el inventor de la versión catalana del garrote vil, instrumento utilizado para ejecutar a los condenados a muerte. La peculiaridad de la versión ideada por Méndez es que, además de asfixiar, destruía la médula espinal. Este hombre discreto, afable y amante de los pájaros fue titular de la Audiencia de Barcelona entre 1877 y 1908, tiempo durante el cual dio muerte a 58 sentenciados. “Le gustaba trabajar, se creía que hacía un servicio a la sociedad, era un funcionario ejemplar”, apostilla la coautora del libro.
Por su parte, Pep Brocal explica que ha dado un tratamiento especial a este capítulo, ya que repasa a través de varias viñetas con diálogos algunos de los personajes famosos que pasaron por el garrote vil del verdugo de Barcelona.

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Ascensiones en globo desde El Torín (8 Aneddotas de Barcelona) [V]

Además de los espectáculos de autopsias, Anecdotario de Barcelona también dedica cuatro episodios a la tauromaquia y otros eventos lúdicos que han tenido lugar en las plazas de toro de la ciudad condal: El Torín, la Monumental y Las Arenas. “En una ciudad donde han sido tan criticadas las corridas de toros ha habido una tradición taurina impresionante”, comenta Messa. La autora recuerda uno de los episodios más famosos de la historia de Barcelona, las elevaciones en globo de François Arban de 1847 y 1847. En su última proeza y tras varios intentos fallidos, Arban consiguió que el globo subiera rápidamente, pero una ráfaga de viento se lo llevó y nunca más volvió. “Un libro de Joan Amades hablaba de su mujer que acabó buscándolo por Las Ramblas, se trastocó”, relata Roser Messa.
El de Arban es uno de los muchos hechos verídicos que ocurrieron en los tres recintos. Por ejemplo, otro de los acontecimientos que acogieron fue el combate entre el primer negro campeón de los pesos pesados Jack Johnson y el poeta excéntrico Arthur Cravan, sobrino de Oscar Wilde. El ilustrador y coautor del libro, Pep Brocal, ha reproducido en el capítulo el cartel que anunciaba el evento. “Me parecía tan potente que creí que valía la pena hacerlo aparecer”, señala el coautor del libro.

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martes, 13 de febrero de 2018

Un teatro anatómico (8 Aneddotas de Barcelona) [IV]

En 1650 el depósito de cadáveres del corralet -el aula de las anatomías del Hospital de la Santa Creu- se saturó con la epidemia de peste que sufrió la ciudad aquel año, importada de África a través de los soldados que venían de luchar en la guerra de los Segadors. La solución improvisada para dar cabida a los numerosos cadáveres fue habilitar un espacio en plena calle, a la vista de los curiosos. Así empezó la tradición de los teatros anatómicos en la ciudad de Barcelona. El teatro estable, de estilo barroco, se ubicó en la Real Academia de Medicina de Catalunya, en la calle del Carme. El recinto estaba distribuido en un salón circular con sillones en las gradas, donde la mesa de disección se situaba en el centro. Cualquier ciudadano podía asistir al “espectáculo” protagonizado por un catedrático que diseccionaba los cuerpos de fallecidos que no habían sido reclamados en el hospital o bien habían sido condenados a muerte.

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El gabinete de curiosidades de los Salvador (8 Aneddotas de Barcelona) [III]

La familia de apotecarios y naturalistas, apellidados Salvador no coleccionaba animales vivos, sino muertos –disecados o sumergidos en alcohol-, pero también reunió plantas exóticas, minerales, fósiles, variedad de objetos y una biblioteca con más de 1.400 libros. La colección de curiosidades de los Salvador fue el primer museo de Barcelona abierto al público, en el siglo XIX. Hoy una parte importante de sus piezas aún se conservan en el Institut Botànic. También destaca la calle del Raval que lleva el nombre de uno de los miembros de la familia, Jaume Salvador, que también es homenajeado con dos estatuas, una en el parque de la Ciudadela, y la otra, en el Hospital de Sant Pau.

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lunes, 12 de febrero de 2018

Los primeros "animales exóticos" (8 Aneddotas de Barcelona) [II]

En 1370 el rey Pere el Cerimoniós regaló a su esposa, Elionor de Sicília, una residencia de verano, el Palacio Real Menor, muy próximo a la plaza del Rei, donde se hallaba su domicilio oficial. Según documentos del archivo de la Corona de Aragón, el jardín de la primera vivienda de la pareja estaba repleto de animales exóticos -leones, ciervos, guepardos, avestruces, escorpiones, faisanes, halcones, peces y plantas procedentes de otros hábitats- que fueron trasladados al palacio con el que Pere el Cerimoniós quiso obsequiar a su mujer, del que hoy todavía se conserva la capilla en la calle Ataülf. Los salvajes gustos del soberano de la Corona de Aragón eran habituales entre la realeza de la Edad Media, aunque lo suyo no era tan solo un capricho: su amor por los animales lo llevó a descontar parte del sueldo de los altos funcionarios para destinarlo a pagar la manutención de las fieras. Esto ocurrió después de que en 1391 se destruyera el Call y, con ello, los judíos dejaran de abonar un impuesto que se creó para costear la comida y el cuidado de la fauna salvaje residente en la ciudad.

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El pozo de los sacrificios (8 Aneddotas de Barcelona) [I]

Cuenta la leyenda que en el mismo lugar donde se ubica la iglesia gótica Sants Màrtirs Just i Pastor había un templo pagano dedicado al dios persa Mitra, cuya representación más conocida es la de un joven sacrificando a un toro. Una matanza que nada tiene que ver con el sacrificio que llevaban a cabo los devotos de aquella religión, siempre hombres, que asistían al templo: en lugar de toros, aniquilaban cristianos, cuyos cadáveres eran arrojados al llamado pozo de los Sacrificios, ubicado en la plaza de Sant Just. A raíz del descubrimiento de antiguos conductos subterráneos, empezaron las elucubraciones que aseguran que aquellos túneles fueron utilizados por los familiares de las víctimas para rescatar los cuerpos de los sacrificados y que convirtieron aquellas antiguas cloacas en catacumbas, donde se celebraban misas y se enterraba a los muertos.

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