miércoles, 4 de mayo de 2016

Leyendas en Catalunya (La Mancomunitat de Catalunya [I])

La Mancomunitat de Catalunya, fue una institución activa entre 1914 y 1923/1925 que agrupó las cuatro diputaciones catalanas: Barcelona, ​​Girona, Tarragona y Lleida. Aunque debía tener funciones puramente administrativas y que sus competencias no iban más allá de las diputaciones provinciales, adquirió una gran importancia política: representaba el primer reconocimiento por parte de España de la personalidad y de la unidad territorial de Catalunya desde 1714.Fue presidida por Enric Prat de la Riba (1914-1917) y una vez muerto éste, por Josep Puig i Cadafalch (1917-1923), militantes ambos de la Liga Regionalista, y se convirtió en un ente básico que contribuyó a modernizar un país. Una de las máximas de Prat de la Riba que definen la Mancomunitat fue: 
"Que no haya un solo Ayuntamiento de Catalunya que deje de tener, aparte de los servicios de policía, su escuela, su biblioteca, su teléfono y la su carretera". Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera, Alfonso Sala presidirla entre 1923 y 1925.En general, la Mancomunitat llevó a cabo una importante labor de creación de infraestructuras de caminos y puertos, obras hidráulicas, ferrocarriles, teléfonos, beneficencia, cultura y sanidad. También emprendió iniciativas para aumentar los rendimientos agrícolas y forestales introduciendo mejoras tecnológicas, de servicios y educativas y potenció las enseñanzas tecnológicos necesarios para la industria catalana

Presidentes de la Generalitat (Francesc Savalls i Massot)

Francesc Savalls i Massot, nacio en La Pera (Girona) en 1817 - Muere en Nice (Francia) en 1886. Fue un militar y guerrillero carlista catalan. Nació en el seno de una familia de propietarios rurales del Empurdan, fue capitán en la Primera Guerra Carlista y en 1840 marchó al exilio a Francia. Volvió en 1842 para unirse a una partida. Participó en la Segunda Guerra Carlista y tras la derrota se instaló en Nice y se alistó en el ejército de Módena y más tarde en el de los Estados Pontificios.
Durante la Tercera Guerra Carlista, a las órdenes de Josep Estartús, realizó una frenética actividad al frente de una partida, convirtiéndose en una figura legendaria para las otras partidas carlistas catalanas. Enfrentado a Alfonso Carlos, representante en Catalunya y hermano del pretendiente Carlos, consiguió mantenerse en su puesto y tras la batalla de Alpens (1874), el pretendiente le otorgó el título de marqués de Alpens. En 1874 consiguió tomar Olot y en 1875 Carlos le nombró capitán general de Catalunya y President de la Diputacio de Catalunya. Tras el asedio y captura de Seu d'Urgell, Savalls fue destituido y en octubre de 1875 marchó definitivamente a Nice.

Presidents de la Generalitat (Rafael Tristany i Parera)

Rafael Tristany i Parera, nació en Ardevol (Lleida) el 16 de mayo de 1814 - Muere en Lourdes (Francia) el 17 de junio de 1899. Ingresó en el ejército con diecinueve años. En la Primera Guerra Carlista alcanzó el grado de teniente coronel tras participar en diversas acciones como las batallas del Bruch o Tona. Participó también en el asalto a la ciudad de Solsona. En abril de 1840 resultó herido durante la batalla de Biosca.
Durante la Segunda Guerra Carlista, Tristany alcanzó el grado de brigadier y dirigió una brigada formada por 3.000 soldados. Tomó las ciudades de Sallent y Berga y consiguió la rendición de Prades. En mayo de 1849, y tras acabar la guerra con derrota para los carlistas, se refugió en Francia.
Entró de nuevo en Catalunya en julio de 1855 al mando de 200 hombres. Permaneció en el Principado cerca de un año. En 1861 se puso a las órdenes de Francisco II de Nápoles. Al iniciarse la Tercera Guerra Carlista en 1872 regresó a Catalunya, siendo nombrado comandante general. Consiguió la rendición de diversas plazas como Taradell o San Feliu de Pallarols.
En 1873 fue nombrado comandante general de Lleida y Tarragona. Participó en la toma de Igualada y en los asaltos de Vic y Manresa. El 1 de octubre, jura la Cosntitución Catalana (que permanecia "abolida", por el decreto de Nova Planta) en Olot, cuando se restablece la Diputacio de Catalunya. En 1875, con la guerra ya perdida, se le nombró capitán general de Catalunya.
Al finalizar el conflicto se trasladó a la ciudad francesa de Lourdes en donde residió hasta su muerte. En 1913 sus restos mortales fueron trasladados a su ciudad natal. Recibió los títulos de Barón de Altet, conde de Avinyó y marqués de Casa Tristany.

Leyenda sobre las flores (La Hortensia)

Según cuenta la leyenda, el rey Luis XIV de Francia ordenó que se realizará una expedición para encontrar nuevas flores para su jardín. Para complacer sus deseos, un barco repleto de marineros zarpó rumbo a Brasil con el objetivo de encontrar nuevas especies de gran belleza.
Los nativos secuestraron a uno de los grumetes llamado Banet del que toda la tripulación se burlaba ya que era más débil y frágil que los demás. Cuando consiguieron rescatarlo se percataron de que era una bella mujer camuflada entre ellos, había cambiado su identidad para poder conocer mundo.
Cuando llegaron a palacio con las nuevas flores, le relataron la historia a su majestad que consideró oportuno llamar a una de las flores con el nombre de la valiente grumete: Hortensia.



Leyendas sobre las flores (Tiare Apethai)

Hubo una vez en Raiatea, una familia que tenia dos hijos, un niño y una niña. Un dia al amanecer los padres salieron a pescar y la madre le dijo a su hija, llamada Apetahi: “No os inquietéis, regresaremos cuando consigamos peces”. Cuando la hija entró en la casa, su hermano se le acercó para preguntarle: ¿Qué te ocurre?. Su hermana le respondió entonces llorando: “Nuestros padres no son cariñosos, no se ocupan de nosotros. Yo no los quiero. Creo que no son buenos padres”. Después de decir estas tristes palabras, los dos se fueron a su habitación.
Volvieron los padres y entraron a casa con el pescado. Como no escucharon ningún ruido, la madre pensó que los niños dormían. Maïre, la madre, criticó a sus hijos, sin saber que Apetahi la escuchaba.
Apetahi no pudo olvidar lo que su madre había dicho y, cuando amaneció, se fugó y corrió a casa de su tío para contarle lo que había sucedido.
Al despertarse, su madre llamó a la niña pero no obtuvo respuesta. El hijo le dijo que su hermana se había ido a casa de su tío. Maïre despertó a su marido y fue a casa de su hermano. Al llegar, este le advirtió que su hija se había ido al monte Temehani.
La madre de Apetahi preguntó a su hermano: “¿Tu sobrina ha dicho algo antes de partir?”. Él respondió: “Vuestra hija ha partido hacia el monte porque no puede soportaros”.
Nada más escuchar esto, la madre corrió, llorando, hacia el monte Temehani para buscar a su hija. Cuando llegó, sin saber que su hija había muerto de pena en la montaña, la llamó sin recibir respuesta y se dirigió hacia los bambúes, viendo a lo lejos una bella flor que brillaba y que portaba 5 pétalos. Se aproximó a la flor y entonces vio la cara de su hija. Al ver su rostro, lloró y pidió perdón a su hija, pues lamentaba mucho haberle hecho sufrir de ese modo.
Al volver a su casa anunció la mala noticia a su marido. “Nuestra hija a muerto en el monte de Temehani”. Asombrado, el padre no la creyó. Su mujer le dijo: “Ve al monte Temehani, y a lo lejos verás aparecer una bella flor blanca con cinco pétalos”.
A su llegada al monte, el padre vio la flor que su mujer le había descrito y comprendió que era verdaderamente su hija. Se aproximó y también le pidió perdón.
A su vuelta a la ciudad, anunció a toda la gente que su hija habíamuerto y que había florecido como una Tiare de cinco pétalos. Nadie le prestó atención.
Un cazador, vio detrás de los troncos de los bambúes una bonita flor que brillaba como el oro. En ese momento se acordó de lo que el padre de Apetahi, había dicho en el poblado.
El hombre volvió a casa y dijo que la flor realmente existía, pues él la había visto con sus propios ojos. Fue entonces cuando la gente reaccionó y partió hacia allí. Cuando llegaron, apareció la Tiare Apetahi.

Leyenda sobre las flores (La Lavanda)

Cuenta la leyenda que la hermosa Hada Lavándula, cierto día mirando su libro de Paisajes, recorría los distintos lugares, los hermosos parajes, llenos de flores, de árboles frutales, con pastos muy verdes y tiernos, pero además...  todos los animales del bosque! las ardillas, los conejos, los zorros, todo era hermoso, muy vistoso, colorido y sobre todo, seguramente lleno de aromas.
Pero que angustia, cuando llegó a la hoja de un paisaje de Francia!. Era La Provence!!. Qué árido, marrón y desolado se veía ese paisaje!
El hadita se puso tan triste que comenzó a llorar, y sus lágrimas caían sobre su libro de Paisajes, pero sus lágrimas de color violeta, estaban manchando toda la hoja, cada gotita de lágrima dejaba una manchita "violeta" muy oscuro, hasta que ese paisaje tan frío se convirtió en un hermoso campo con flores violetas.
La Leyenda dice que desde aquel remoto día, el paisaje de esa zona de Francia, La Provence, se cubrió de flores de Lavándula, en honor al nombre del hada de lágrimas color violeta.
Y desde entonces el hada Lavándula se convirtió en el Hada de la flor de la Lavanda.