Hubo una vez en Raiatea, una familia que tenia dos hijos, un niño y una
niña. Un dia al amanecer los padres salieron a pescar y la madre le dijo
a su hija, llamada Apetahi: No os inquietéis, regresaremos cuando
consigamos peces. Cuando la hija entró en la casa, su hermano se le acercó para
preguntarle: ¿Qué te ocurre?. Su hermana le respondió entonces llorando:
Nuestros padres no son cariñosos, no se ocupan de nosotros. Yo no los
quiero. Creo que no son buenos padres. Después de decir estas tristes
palabras, los dos se fueron a su habitación.
Volvieron los padres y entraron a casa con el pescado. Como no escucharon ningún ruido, la madre pensó que los niños dormían. Maïre, la madre, criticó a sus hijos, sin saber que Apetahi la escuchaba.
Apetahi no pudo olvidar lo que su madre había dicho y, cuando amaneció, se fugó y corrió a casa de su tío para contarle lo que había sucedido.
Al despertarse, su madre llamó a la niña pero no obtuvo respuesta. El hijo le dijo que su hermana se había ido a casa de su tío. Maïre despertó a su marido y fue a casa de su hermano. Al llegar, este le advirtió que su hija se había ido al monte Temehani.
La madre de Apetahi preguntó a su hermano: ¿Tu sobrina ha dicho algo antes de partir?. Él respondió: Vuestra hija ha partido hacia el monte porque no puede soportaros.
Nada más escuchar esto, la madre corrió, llorando, hacia el monte Temehani para buscar a su hija. Cuando llegó, sin saber que su hija había muerto de pena en la montaña, la llamó sin recibir respuesta y se dirigió hacia los bambúes, viendo a lo lejos una bella flor que brillaba y que portaba 5 pétalos. Se aproximó a la flor y entonces vio la cara de su hija. Al ver su rostro, lloró y pidió perdón a su hija, pues lamentaba mucho haberle hecho sufrir de ese modo.
Al volver a su casa anunció la mala noticia a su marido. Nuestra hija a muerto en el monte de Temehani. Asombrado, el padre no la creyó. Su mujer le dijo: Ve al monte Temehani, y a lo lejos verás aparecer una bella flor blanca con cinco pétalos.
A su llegada al monte, el padre vio la flor que su mujer le había descrito y comprendió que era verdaderamente su hija. Se aproximó y también le pidió perdón.
A su vuelta a la ciudad, anunció a toda la gente que su hija habíamuerto y que había florecido como una Tiare de cinco pétalos. Nadie le prestó atención.
Un cazador, vio detrás de los troncos de los bambúes una bonita flor que brillaba como el oro. En ese momento se acordó de lo que el padre de Apetahi, había dicho en el poblado.
El hombre volvió a casa y dijo que la flor realmente existía, pues él la había visto con sus propios ojos. Fue entonces cuando la gente reaccionó y partió hacia allí. Cuando llegaron, apareció la Tiare Apetahi.
Volvieron los padres y entraron a casa con el pescado. Como no escucharon ningún ruido, la madre pensó que los niños dormían. Maïre, la madre, criticó a sus hijos, sin saber que Apetahi la escuchaba.
Apetahi no pudo olvidar lo que su madre había dicho y, cuando amaneció, se fugó y corrió a casa de su tío para contarle lo que había sucedido.
Al despertarse, su madre llamó a la niña pero no obtuvo respuesta. El hijo le dijo que su hermana se había ido a casa de su tío. Maïre despertó a su marido y fue a casa de su hermano. Al llegar, este le advirtió que su hija se había ido al monte Temehani.
La madre de Apetahi preguntó a su hermano: ¿Tu sobrina ha dicho algo antes de partir?. Él respondió: Vuestra hija ha partido hacia el monte porque no puede soportaros.
Nada más escuchar esto, la madre corrió, llorando, hacia el monte Temehani para buscar a su hija. Cuando llegó, sin saber que su hija había muerto de pena en la montaña, la llamó sin recibir respuesta y se dirigió hacia los bambúes, viendo a lo lejos una bella flor que brillaba y que portaba 5 pétalos. Se aproximó a la flor y entonces vio la cara de su hija. Al ver su rostro, lloró y pidió perdón a su hija, pues lamentaba mucho haberle hecho sufrir de ese modo.
Al volver a su casa anunció la mala noticia a su marido. Nuestra hija a muerto en el monte de Temehani. Asombrado, el padre no la creyó. Su mujer le dijo: Ve al monte Temehani, y a lo lejos verás aparecer una bella flor blanca con cinco pétalos.
A su llegada al monte, el padre vio la flor que su mujer le había descrito y comprendió que era verdaderamente su hija. Se aproximó y también le pidió perdón.
A su vuelta a la ciudad, anunció a toda la gente que su hija habíamuerto y que había florecido como una Tiare de cinco pétalos. Nadie le prestó atención.
Un cazador, vio detrás de los troncos de los bambúes una bonita flor que brillaba como el oro. En ese momento se acordó de lo que el padre de Apetahi, había dicho en el poblado.
El hombre volvió a casa y dijo que la flor realmente existía, pues él la había visto con sus propios ojos. Fue entonces cuando la gente reaccionó y partió hacia allí. Cuando llegaron, apareció la Tiare Apetahi.
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