lunes, 19 de octubre de 2015

Leyendas en la Peninsula Iberica (La Serrana de la Vera [I])

Plasencia es una ciudad y municipio de la provincia de Cáceres, situado en el norte de la Comunidad autónoma de Extremadura. El municipio, que no forma mancomunidad con los pueblos que le rodean, limita con poblaciones de cinco comarcas: Alagón, Granadilla, Jerte, Manfragüe y la Vera.

Origen.

Aunque la actual ciudad de Plasencia no se fundó hasta 1186, hay pruebas de que el territorio ya estuvo habitado en la prehistoria, pues se han hallado restos de cerámica en la Cueva de Boquique. Además, el dicciionario de Pascual Madoz señala que pudo ubicarse en la actual Plasencia un lugar desaparecido que se llamaba Ambroz o Ambracia, aunque es posible que dicho emplazamiento estuviese en Aldeanueva del Camino mientras en Plasencia había un pago llamado "Pagus Ambracensis". En cualquier caso, se conoce la existencia de construcciones de origen árabe anteriores a la fundación de la ciudad. Entre estas construcciones, había una torre del siglo VIII situada junto al puente de Trujillo que se llamaba Torre del Ambroz, junto a la cual se construyó un pequeño caserío árabe.
En un documento expedido en Burgos en 1181 bajo reinado de Alfonso VIII de Castilla se estableció, en contradicción con el Tratado de Medina y con la frontera de la Plata entre los reinos de León y Castilla, que buena parte del territorio del norte de la actual provincia de Cáceres y del noroeste de la provincia de Toledo pertenecían al alfoz del concejo de Ávila.  Esta situación cambió en 1186, con el desgajamiento concejil de la ciudad de Plasencia, fundada ese mismo año por Alfonso VIII; el monarca fijó la delimitación de territorios del nuevo concejo en 1189. El lema de la ciudad recién fundada fue "Ut placeat Deo et Hominibus", que en latín significa 'para agradar a Dios y a los hombres'. En 1189, el papa Clemente III creó la Diócesis de Plasencia con sede en la ciudad. Los inicios de la ciudad fueron duros, debido a encontrarse en una zona fronteriza y a su cercanía a los territorios dominados por los musulmanes. En 1196 fue tomada por los almohades, como consecuencia de la Batalla de Alarcos, pero Alfonso VIII y el Reino de Castilla la recuperarían ese mismo año, el día 15 de agosto. Tras esta reconquista se tomaría la decisión de construir las murallas de la ciudad.

A finales del siglo XIII el rey otorgó el Fuero de Plasencia, que otorgaba mucha importancia a la convivencia entre cristianos, musulmanes y judios. Ello propició la formación de una importante comunidad judía, que fue la más grande de Extremadura y tuvo considerable poderío económico.
Una de las primeras referencias escritas que se tienen de una "corrida de toros" se halla en las "Cantigas de Santa María" de Alfonso X "el Sabio", en el llamado "Toro de Plasencia", cantiga en la cual se narra lo acontecido en una corrida celebrada en la plaza de la ciudad, donde gracias a la intervención milagrosa de la Virgen un hombre salva su vida de morir a manos de uno de los toros que se estaban lidiando en aquel momento.


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