martes, 29 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Peter Sutcliffe [VI])

A fines de Diciembre de 1980, Sutcliffe había efectuado una entrega en Sheffield, lugar que le había agradado, así que fue cuestión de tiempo para que regresara, y eso fue el 2 de Enero de 1981, con el firme propósito de asesinar una prostituta de la localidad. Ese día, un par de amigas dedicadas al “negocio” merodeaban la zona roja de Sheffield. Sus nombres eran Olivia Reivers y Denise Hall de 24 y 19 años respectivamente. La primera en encontrarse con Sutcliffe fue Denise, quien a pesar del buen aspecto del cliente y la oferta de 10 libras por el servicio, rechazó la propuesta dado que la mirada del sujeto la había asustado. Olivia Reivers no tuvo la misma precaución que su amiga y aceptó la oferta sin ningún problema. Como era la costumbre, la prostituta guía al cliente a un sitio seguro y tranquilo. Sutcliffe no se pudo excitar de inmediato así que comenzaron a platicar mientras estaban estacionados a un lado del camino en la avenida Melbourne.
Justo en esos momentos los oficiales Robert Ring y Robert Hydes patrullaban la avenida cuando vieron el Rover color café de Sutcliffe e inmediatamente adivinaron de qué se trataba y bajaron de su patrulla a investigar a la parejita. Sutcliffe dijo llamarse Peter Williams y ella dijo ser su novia. Sin embargo el oficial Ring la reconoció como una prostituta acusada previamente, así que la hizo entrar a su patrulla. Súbitamente Sutcliffe dijo que necesitaba orinar y lo dejaron ir hacia un tanque que se ubicaba cerca. En ese momento Sutcliffe colocó sus armas en una esquina y confío en que los policías no hubieran escuchado el ruido que provocó su martillo al tocar el suelo. Mientras tanto los policías solicitaron a la central que se verificaran el número de las placas del Rover de Sutcliffe. Para su sorpresa el despachador les indicó que correspondían a un vehículo Skoda. Confrontado con este hecho Sutcliffe admitió que había robado las placas en un depósito de autos chatarra y que mintió acerca de su verdadero nombre porque no deseaba que su esposa se enterara que había estado con prostitutas. A fin de cuentas ambos fueron detenidos y puestos en celdas separadas. La esposa de Sutcliffe fue notificada que su esposo no llegaría esa noche a casa. Como el robo de las placas de auto correspondía a otra jurisdicción, al día siguiente un oficial iría por el sospechoso para trasladarlo a la estación de policía de Dewsbury.
Una vez ahí Sutcliffe se deshizo de otra navaja que guardaba consigo, la escondió en el depósito de agua del baño. A las 9 de la mañana Sonia fue informada de que Sutcliffe era interrogado en relación al robo de unas placas. En ese momento los oficiales notaron que las señas particulares del detenido se parecían en mucho a las reportadas en el caso del destripador. También se dieron cuenta que tenía los dientes incisivos separados. Ese detalle era conocido con más detalle por las fuerzas policiales. Mientras era observado cuidadosamente Sutcliffe platicaba con los oficiales de su trabajo como camionero y de como había viajado de aquí y allá incluyendo áreas donde el destripador había golpeado. A pesar de que su actual Rover no estaba listado como sospechoso, Sutcliffe cometió el error de mencionar su viejo Corsica color blanco con techo negro.
Las nuevas directivas establecidas para la pronta captura del destripador incluían la obligación de reportar a la fuerza de tarea encargada del caso cualquier incidente sospechoso que involucrara prostitutas y conductores. Y así se hizo en este caso. Oficiales encargados de la investigación pronto se presentaron en Dewsbury para interrogar con más calma a Sutcliffe. Sin embargo cuando el oficial Ring regresó al día siguiente para trabajar su turno nocturno y fue informado de que Sutcliffe aún continuaba detenido y que detectives adscritos al caso del destripador lo vigilaban, adoptó una decisión que resultaría crucial para resolver el caso. Cuando detuvieron a Sutcliffe y éste pidió permiso para ir al baño, recordó haber escuchado un sonido y pensó que tal vez había soltado algo en el lugar. Inmediatamente se trasladó al lugar y, al alumbrar el lugar donde había supuestamente orinado Sutcliffe, descubrió un martillo y un cuchillo.

 

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