Richard Franklin Speck nació el 6 de diciembre de 1941 en Kirkwood (Illinois [USA]). Fue el séptimo de ocho hermanos, tres varones
y cinco mujeres, cuyo padre se llamaba Benjamín Franklin Speck y
era alfarero. A finales de 1947 Benjamín murió, dejando a Mary
Margaret Carbaugh, la madre, sola en el mundo. En 1950 se casó en
segundas nupcias con un vendedor de seguros, Richard Lindbergh.
Los dos hijos más jóvenes adoptaron el apellido. A los tres años
de edad, Richard sufrió una neumonía y la enfermedad le cortó el
flujo sanguíneo hacia el cerebro. A los cinco años, tuvo el
primer accidente en la cabeza, cuando se golpeó con un martillo
de carpintero mientras jugaba en la arena. A los diez años se
cayó de un árbol y permaneció inconsciente durante noventa
minutos. A los once, mientras corría, se dio un golpetazo en la
cabeza con una barra de acero que sustentaba el toldo plegable de
una tienda. A los catorce se volvió a caer de un árbol y tuvo un
percance en la bicicleta. Ambos accidentes le dejaron
inconsciente.
Al poco tiempo se trasladaron a Dallas, Texas. Pero el futuro marinero odiaba a su padrastro. Lindbergh bebía mucho y tenía frecuentes riñas con su mujer, que algunas veces terminaban a puñetazos. Finalmente, siendo Richard aún adolescente, el padrastro abandonó a la familia. Speck empezó a meterse en líos desde pequeño. Uno de sus profesores recordaría que
- "Parecía como perdido y daba la impresión de que no se enteraba bien de lo que ocurría. Jamás lo vi sonreír. Nadie podía llegar hasta él. Era un solitario. Parecía estar siempre en la niebla, resentido y triste. No tenía amigos en la clase".
El chico llegó a ingresar en la Escuela Técnica Superior, pero tras el primer curso abandonó los estudios. Speck no poseía ningún título escolar; en cambio, sí que se había ganado a pulso un abundante historial policial y estaba destinado a pasar toda su vida desempeñando trabajos sin futuro. Se empleó de granjero, de basurero, de conductor de camiones y de carpintero. Bebía desde los doce años y poco después empezó a drogarse.
A todo ello hay que añadir las heridas sufridas en innumerables peleas. Sus jaquecas comenzaron un año después de que un policía le diera un fuerte golpe en la cabeza con una porra. Durante un intento frustrado de robo, le golpearon en el cráneo siete u ocho veces con una barra de hierro. Pero no todo el daño se debía a accidentes o heridas: sufrió una insolación durante su estancia en la granja prisión de Texas. Speck ya era un bebedor habitual a los quince años. El alcohol le ayudaba a soportar las jaquecas, pero también le producía un efecto alarmante:
- "Empecé a pensar que la gente me maltrataba sin ton ni son. Cuando estoy sobrio me aguanto. No me importa tanto. Pero si bebo no aguanto que se salgan con la suya"
Al poco tiempo se trasladaron a Dallas, Texas. Pero el futuro marinero odiaba a su padrastro. Lindbergh bebía mucho y tenía frecuentes riñas con su mujer, que algunas veces terminaban a puñetazos. Finalmente, siendo Richard aún adolescente, el padrastro abandonó a la familia. Speck empezó a meterse en líos desde pequeño. Uno de sus profesores recordaría que
- "Parecía como perdido y daba la impresión de que no se enteraba bien de lo que ocurría. Jamás lo vi sonreír. Nadie podía llegar hasta él. Era un solitario. Parecía estar siempre en la niebla, resentido y triste. No tenía amigos en la clase".
El chico llegó a ingresar en la Escuela Técnica Superior, pero tras el primer curso abandonó los estudios. Speck no poseía ningún título escolar; en cambio, sí que se había ganado a pulso un abundante historial policial y estaba destinado a pasar toda su vida desempeñando trabajos sin futuro. Se empleó de granjero, de basurero, de conductor de camiones y de carpintero. Bebía desde los doce años y poco después empezó a drogarse.
A todo ello hay que añadir las heridas sufridas en innumerables peleas. Sus jaquecas comenzaron un año después de que un policía le diera un fuerte golpe en la cabeza con una porra. Durante un intento frustrado de robo, le golpearon en el cráneo siete u ocho veces con una barra de hierro. Pero no todo el daño se debía a accidentes o heridas: sufrió una insolación durante su estancia en la granja prisión de Texas. Speck ya era un bebedor habitual a los quince años. El alcohol le ayudaba a soportar las jaquecas, pero también le producía un efecto alarmante:
- "Empecé a pensar que la gente me maltrataba sin ton ni son. Cuando estoy sobrio me aguanto. No me importa tanto. Pero si bebo no aguanto que se salgan con la suya"
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