Como se ve, el método seguido por el
asesino fue exactamente el mismo en todos los casos. Ahora, un detalle
importante es que, según confesó Yoo tras su captura, él no tuvo sexo
con ninguna de sus víctimas por temor a ser identificado a través del
ADN. Además, el asesino contó que, una vez que las chicas llegaban a su
apartamento, él les pedía que tomen un baño para así preparar el
martillo y golpearlas en la cabeza cuando saliesen. La única pertenencía
que tomaba de las chicas era el teléfono móvil, para de esa forma
evitar usar su número en futuras llamadas. Sumado a eso, Yoo les quitaba
la piel de los dedos para impedir que las identifiquen.
En cuanto al proceso de enterramiento,
él sepultaba todos los cuerpos descuartizados en una ladera llena de
vegetación cerca del templo Bongwon, un templo en la periferia de la
urbe. Los huecos eran siempre poco profundos y los puntos de
enterramiento solían estar marcados para evitar poner más de un cuerpo
en el mismo sitio. Yoo llevaba las fundas con trozos de cadáver en una
maleta a sus espaldas, y por cada víctima necesitaba efectuar dos
viajes, terminando recién en torno a las cuatro de la madrugada.
Corea del Sur ya era un país fuertemente
metido en el mundo cibernético para cuando Yoo cometió sus asesinatos.
Fue por eso que los rumores sobre sus crímenes se esparcieron como un
virus en los foros de internet, a lo cual se sumó la atención de la
Prensa y la salida de un documental sobre los crímenes que estaban
teniendo lugar.
En ese contexto, a principios de julio
del 2004 y en medio de las producciones periodísticas que surgían en
relación a las mujeres asesinadas, el 9 de julio el reportero Bae No-pil
publicó un artículo muy premonitorio e influyente en el Joong Ang
Daily: "Homicidios de Seúl: ¿asesino serial en el trabajo?"
Había entonces empezado a generarse un
temor generalizado de la población hacia el misterioso asesino de
mujeres. Ese temor hacía que muchas mujeres lleguen a casa antes de lo
habitual y que suban las ventas de pistolas de gas, armas y sprays de
pimienta.
Por su parte, la Policía decía que le
faltaban evidencias y testigos para encontrar al asesino, alimentando
con esto el temor de la población.
Por último, algo que contribuyó a la
obsesión popular por el asesino fue el antecedente de que el año
anterior se había estrenado la película "Memories of Murder",
basada en una serie de diez asesinatos reales que tuvieron lugar en
Corea del Sur durante octubre de 1986 y abril de 1991. Tal era el caso
que el asesino susodicho nunca fue encontrado y que además mató
solamente mujeres. En el film, aunque no en la realidad, el misterioso
asesino elegía siempre mujeres de rojo que mataba en noches lluviosas:
así, esta fue la causa del mito popular del "Asesino de la Noche
Lluviosa" y de la superstición de que las mujeres debían evitar la ropa
roja, al menos por las noche.
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