Como estudiante de secundaria, Yoo había aplicado para hacer su
especialización en artes, pero no lo consiguió y tuvo que resignarse con
ingresar a una secundaria técnica en 1987. Naturalmente esto contribuyó
a aumentar su frustración y sus resentimientos, lo que a su vez
incrementó la determinación que le llevó a cometer el primero de sus
robos cuando en 1988 robó una guitarra y una grabadora Sony de la casa
de un vecino que no era pobre como él. No era un simple robo, él amaba
la música y la vida le había negado la posibilidad de fomentar esa
vocación a través del bachillerato técnico, de modo que muy
probablemente existía en él el sentimiento de ser una víctima y por
tanto la idea de no estar actuando mal del todo… Pero su pequeño crimen
le costó bastante, dado que lo atraparon, lo llevaron a un centro de
detención juvenil y nunca pudo terminar la secundaria técnica.
Tiempo después, en la navidad de 1991,
Yoo conoció a la Sra. Hwang, una masajista con la que habría de
emprender una relación sentimental para luego terminar casándose el 23
de junio de 1993. Poco duraron los felices días iniciales de Yoo con la
Sra. Hwang, ya que ese mismo diciembre de 1991 la desgracia volvió a
caer sobre él cuando el propietario del lugar que alquilaba para vivir
subió la renta y Yoo, desesperado y con cierto ánimo revanchista de
compensar el abuso sufrido, entró a la oficina del propietario y robó
una cámara y más de 500 dólares en efectivo, siendo atrapado por un
guardia de seguridad y posteriormente condenado a diez meses de prisión.
En la cárcel Yoo fue visitado por su
madre y, entre las cosas que hablaron, Yoo contó su plan de formar un
hogar y le pidió que por favor cuidara de quien sería su esposa y del
hijo suyo que estaba por nacer y con el cual quería pasar mucho tiempo
cuando por fin saliera de la prisión.
Tras salir de la cárcel, Yoo manejó su
vida relativamente bien hasta que en 1993 cayó en la tentación del robo
al ver un coche solo con las llaves puestas y en modo encendido. Otra
vez la Policía lo atrapó y otra vez Yoo fue a parar a la cárcel, aunque
con una suave condena de apenas ocho meses.
Al salir de la prisión, Yoo se metió en
tratamiento psiquiátrico en el Hospital Mental Nacional del barrio Gok
Joong. Su insania psicológica era evidente, pero además de lo que
resultaba obvio se ha dicho que posiblemente (no se ha confirmado) Yoo
tenía cierto grado de epilepsia y, casi con certeza según el autor Lee
Eun-Young (quien escribió un libro sobre Yoo), un trastorno maníaco
depresivo que, aunque acentuado por los estímulos negativos del entorno,
parecía tener un origen genético ya que el segundo hermano de Yoo era
maníaco depresivo al punto de que en 1994 se había suicidado (con 32
años) tras deprimirse y caer presa del alcohol.
Hasta 1995 Yoo estuvo en tratamiento
psiquiátrico, mas ese mismo año fue detenido y multado por vender
pornografía ilegal, y luego, otra vez más, en el año 1998 Yoo fue
pillado en sus andanzas criminales. Esta vez no era simple robo: era
robo posibilitado por la falsificación de documentos que le permitían
hacerse pasar por funcionario del gobierno… La condena por eso fue de
dos años.
Otros habrían escarmentado al pasar de
condenas de ocho y diez meses a una condena de dos meses, pero ese no
era el caso de Yoo. Así, en marzo del 2000 Yoo vio a una adolescente de
15 años que le resultó irresistible y, no pudiendo tenerla por las
buenas, obedeció a su impulso criminal y la violó… Hasta ese momento la
Sra. Hwang le había perdonado sus delitos y seguía casada (se habían
casado en 1993) con él. Según dicen, esa tolerancia no era tanto un
producto de la compasión sino por el típico interés económico, ya que
los robos de Yoo les permitían salir de apuros económicos. Sea como sea,
el punto es que la violación de la quinceañera resultó indignante para
la Sra. Hwang, moviéndola así a emprender una separación que culminó en
divorcio en el 2002.
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