jueves, 7 de abril de 2016

Asesinos en Serie (Yoo Young-Chul [VI])

Yoo, que había saltado el muro tras asegurarse de que no hubiera nadie en el primer piso, no pensó que, al abrir la puerta principal de la casa, alguien lo había escuchado. Así, inquieta por ver quién había llegado, la abuela Kang de 85 años salió del baño y fue a recibir a la inesperada visita. Junto a la puerta se encontró con Yoo, quien salvajemente le propinó unos tres o cuatro golpes en el cráneo. La pobre anciana se desplomó con  la cabeza vuelta un amasijo de sangre y huesos rotos. Entretanto, la señora Lee (la ama de casa) de 60 años había bajado pero no tuvo tiempo de hacer nada porque Yoo le dio dos patadas en el estómago. Viéndola doblada del dolor, Yoo le preguntó si había más gente en casa y la señora dijo que su esposo y su hijo estaban arriba, recibiendo como premio a su colaboración una lluvia de martillazos…
Martillo en mano, Yoo subió al segundo piso y rápidamente le salió al paso el Sr. Yoo Go de 35 años, hijo de la Sra. Lee. Al ver al Sr. Yoo Go, el asesino lo obligó a arrodillarse y después le hizo añicos la cabeza con nueve martillazos. Faltaba solamente el esposo de la Sra. Lee y Yoo lo buscó pero no logró encontrarlo. El tiempo corría y el riesgo de ser pillado aumentaba, de modo que Yoo disfrazó de robo la escena del crimen, limpió las huellas que había dejado y salió de la casa.
Apenas una semana después, el 16 de octubre Yoo fue a dar una oscura visita al muy adinerado barrio Samsung del distrito Gangnam. Nuevamente el proceso fue el mismo de las veces anteriores, empezando por hallar una iglesia y terminando por escalar el muro de una casa lujosa aparentemente segura.
En el jardín, Yoo pudo ver que alguien se aproximaba: era la Sra. Yoo de 69 años, esposa del millonario dueño de la casa. Ella había salido a ver el correo y Yoo se había escondido, apareciéndosele por atrás cuando volvía a entrar. Amenazándola con su cuchillo, Yoo le preguntó si había alguien en casa y la señora dijo que no. Aprovechando la oportunidad, el asesino arrastró a la Sra. Yoo hasta el baño y allí le martilló la cabeza…
Después desperdigó objetos en el dormitorio de la víctima, limpió huellas, se quitó la sangre y se fue de la casa, nuevamente sin llamar la atención.
Para su siguiente crimen Yoo esperó hasta el 18 de noviembre. Eran aproximadamente las once de la mañana cuando Yoo se dirigió a Hyehwa-dong. Allí siguió el mismo proceso de siempre, con la diferencia de que esta vez había una pequeña estación de policías en un callejón cercano a la casa que tenía pensado asaltar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario