jueves, 31 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Jack Unterweger [VI])

Hasta el momento las investigaciones policiales no conducían a nada, pero todo cambió cuando August Schenner, investigador retirado del Departamento de Investigación Criminal de Salzburgo, planteó la siguiente hipótesis tras meses de seguir con atención el caso: sí existía un asesino serial, y ese asesino era Jack Unterweger. Esto él lo pensó porque años atrás había trabajado en el caso por el cual se envío a prisión a Jack, notando así que aquel asesinato evidenciaba un mismo modus operandi que, con ligeras variaciones, venía repitiéndose en los casos recientes que el propio Jack cubría periodísticamente a través de amplios reportajes en los que inteligentemente mostraba ardiente indignación y una actitud de presión hacia las autoridades para que atrapasen al asesino…
La hipótesis de August era demasiado suspicaz y truculenta y los investigadores inicialmente estuvieron escépticos, aunque posteriormente August les dio razones que los hicieron dudar y entonces una discreta vigilancia se inició en torno a Jack, dando de momento resultados desalentadores pues el afamado escritor se dedicaba a reunirse con otros escritores, a organizar cenas, a salir con sus amantes, a asistir a exposiciones y otras cosas por el estilo.
En junio de 1991, una revista austríaca contrató a Jack para que éste escribiera reportajes vinculados a las temáticas de los casos que había cubierto por el asunto de El Estrangulador de Viena. Entonces le propusieron ir a la ciudad estadounidense de Los Ángeles para investigar cómo era allí la prostitución, y el 11 de junio del mismo año Jack tomó un avión y se dirigió hacia Los Ángeles, contento de saber que allí la policía austríaca no podría vigilarlo.
Paralelamente, en Viena el prestigioso Dr. Ernst Geiger (segundo en importancia dentro de la Policía Federal de Austria) tomó el mando de las investigaciones, sabiendo que el aspecto medular de su trabajo era refutar o confirmar la hipótesis sobre la culpabilidad de Jack Unterweger.
Cinco fueron las semanas que Jack estuvo en Los Ángeles, y en todo ese tiempo ninguna mujer fue asesinada en Austria y tres prostitutas fueron asesinadas en Los Ángeles. ¿Coincidencia? Claramente el asesino era Jack, y pronto la verdad se sabría.
Durante la ausencia de Jack, al no poder seguirlo la Policía reconstruyó sus movimientos pasados mediante los recibos de tarjetas de crédito, facturas y otros papeles vinculados a su pase por hoteles, restaurantes, agencias y otros puntos de registro de datos. Se supo entonces que: 
1) Jack había viajado prácticamente por toda Austria. 
2) Estuvo en Graz cuando Brunhilde Masser fue asesinada. 
3) En marzo, cuando Elfriede Schrempf desapareció, Jack andaba por allí. 
4) En diciembre Jack estuvo en Bregenz, lugar donde Hammerer desapareció justo en esas fechas, siendo además vista con un sujeto que se parecía a Unterweger según la descripción del testigo. 
5) Justo el mes y el año en que Blanka Bockova fue asesinada en Praga, Jack había viajado a Praga. Las coincidencias eran demasiado sugerentes, sobre todo la del viaje a Praga. No eran suficientes para acusarlo, pero sí para justificar una entrevista con Unterweger para cuando éste volviese.
Entretanto Jack gozaba de privilegios en Los Ángeles, pues se había presentado como periodista europeo y la Policía y el FBI lo apoyaron y hasta le dieron una escolta policial para que pudiese visitar las zonas más sórdidas (zonas claves en el mundo de la prostitución) de la ciudad sin arriesgar su vida.

 


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