Hasta el momento las investigaciones
policiales no conducían a nada, pero todo cambió cuando August Schenner,
investigador retirado del Departamento de Investigación Criminal de
Salzburgo, planteó la siguiente hipótesis tras meses de seguir con
atención el caso: sí existía un asesino serial, y ese asesino era Jack
Unterweger. Esto él lo pensó porque años atrás había trabajado en el
caso por el cual se envío a prisión a Jack, notando así que aquel
asesinato evidenciaba un mismo modus operandi que, con ligeras
variaciones, venía repitiéndose en los casos recientes que el propio
Jack cubría periodísticamente a través de amplios reportajes en los que
inteligentemente mostraba ardiente indignación y una actitud de presión
hacia las autoridades para que atrapasen al asesino…
La hipótesis de August era demasiado
suspicaz y truculenta y los investigadores inicialmente estuvieron
escépticos, aunque posteriormente August les dio razones que los
hicieron dudar y entonces una discreta vigilancia se inició en torno a
Jack, dando de momento resultados desalentadores pues el afamado
escritor se dedicaba a reunirse con otros escritores, a organizar cenas,
a salir con sus amantes, a asistir a exposiciones y otras cosas por el
estilo.
En junio de 1991, una revista austríaca contrató a Jack para que éste
escribiera reportajes vinculados a las temáticas de los casos que había
cubierto por el asunto de El Estrangulador de Viena. Entonces le
propusieron ir a la ciudad estadounidense de Los Ángeles para investigar
cómo era allí la prostitución, y el 11 de junio del mismo año Jack tomó
un avión y se dirigió hacia Los Ángeles, contento de saber que allí la
policía austríaca no podría vigilarlo.
Paralelamente, en Viena el prestigioso
Dr. Ernst Geiger (segundo en importancia dentro de la Policía Federal de
Austria) tomó el mando de las investigaciones, sabiendo que el aspecto
medular de su trabajo era refutar o confirmar la hipótesis sobre la
culpabilidad de Jack Unterweger.
Cinco fueron las semanas que Jack estuvo
en Los Ángeles, y en todo ese tiempo ninguna mujer fue asesinada en
Austria y tres prostitutas fueron asesinadas en Los Ángeles.
¿Coincidencia? Claramente el asesino era Jack, y pronto la verdad se
sabría.
Durante la ausencia de Jack, al no poder
seguirlo la Policía reconstruyó sus movimientos pasados mediante los
recibos de tarjetas de crédito, facturas y otros papeles vinculados a su
pase por hoteles, restaurantes, agencias y otros puntos de registro de
datos. Se supo entonces que:
1) Jack había viajado prácticamente por
toda Austria.
2) Estuvo en Graz cuando Brunhilde Masser fue asesinada.
3) En marzo, cuando Elfriede Schrempf desapareció, Jack andaba por allí.
4) En diciembre Jack estuvo en Bregenz, lugar donde Hammerer
desapareció justo en esas fechas, siendo además vista con un sujeto que
se parecía a Unterweger según la descripción del testigo.
5) Justo el
mes y el año en que Blanka Bockova fue asesinada en Praga, Jack había
viajado a Praga. Las coincidencias eran demasiado sugerentes, sobre todo
la del viaje a Praga. No eran suficientes para acusarlo, pero sí para
justificar una entrevista con Unterweger para cuando éste volviese.
Entretanto Jack gozaba de privilegios en Los Ángeles, pues se había
presentado como periodista europeo y la Policía y el FBI lo apoyaron y
hasta le dieron una escolta policial para que pudiese visitar las zonas
más sórdidas (zonas claves en el mundo de la prostitución) de la ciudad
sin arriesgar su vida.
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