jueves, 19 de noviembre de 2015

Leyendas en Catalunya (L'ou com balla [I])

"L'ou com balla" es una tradición que tiene lugar en varias poblaciones de Catalunya el día del Corpus Christi. Consiste en colocar un huevo vacío, con un punto de cera para tapar el agujero por el que se ha vaciado, sobre el chorro de agua de un manantial de una fuente, por lo que volteo sin caer. La fuente, habitualmente, se adorna con flores y frutas del tiempo, como las cerezas con las que se cubre la taza de la fuente, o la retama y los claveles.La interpretación más común es que el huevo representa la hostia consagrada y la forma del agua el cáliz de la sangre de Cristo, en clara alusión a la fiesta católica del Corpus Christi. El origen de la tradición parece que fue la catedral de Barcelona. Una de las teorías más extendidas del origen de la tradición lo sitúa en Italia, donde un fraile dominico lo vio en un pequeño pueblo, y cuando se trasladó a Barcelona propuso hacerlo en la catedral. Según el historiador barcelonés Ramón Nonato, el ritual se comenzó a celebrar el 1440. Se deduce de una anotación de los libros de cuentas de la obrería de la sede, que indica que el claustro de la catedral de Barcelona recibió el encargo de arreglar la capilla para la fiesta de Corpus y, además, se registra el coste de una partida de huevos para el manantial. Hay constancia de que un siglo después, en el siglo XVI, ya se hacía cada año en la fuente del claustro de la catedral de Barcelona. Se encargaban los monaguillos, que después de una larga procesión de cuatro o cinco horas se comían el huevo, las cerezas y la fruta con la que se había decorado.Otras interpretaciones apuntan a la representación de la plenitud de la primavera, ya que tanto el huevo, como el agua o la abundancia de flores son interpretaciones simbólicas de fecundidad y regeneración, propias de la estación primaveral en plena vitalidad. También hay quien considera que nació como una distracción de los nobles de la calle Montcada mientras esperaban el paso de la procesión. Durante los años, se fue extendiendo la creencia de que si el huevo caía sería un año malo, pero si aguantaba durante toda la jornada sería una buena señal. A la hora de buscar su origen, también debemos tener presentes las similitudes entre el huevo como baila y los juegos de agua que hacían los musulmanes en los manantiales de los patios interiores. Uno de estos juegos consiste justamente a hacer columpiarse una pelotita sobre el chorro de agua de una fuente.

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