Después de Todd, Berdella decidió variar el menú y ya no eligió a otro
amigo sino a un joven prostituto: Larry Pearson, a quien Berdella
convenció para que fuera a su casa, donde lo drogó, lo ató, lo violó y
torturó. Al inicio Pearson, un tanto acostumbrado al masoquismo por su
profesión, intentó ahorrarse sufrimiento y disfrutar (era homosexual) en
lo posible de las sádicas excentricidades de Berdella, quien estaba
feliz de que Pearson encontrase algo de placer en medio del tormento.
Pero el dolor predominaba por mucho sobre el placer y, al cabo de seis
semanas, Pearson no aguantó más e intentó revelarse. Furioso, Berdella
le dio puñetazos sin parar, hasta matarlo. Posteriormente cortó el
cuerpo y dejó que el camión de la basura se encargara, aunque esta vez
guardó la cabeza de la víctima en el congelador, tras lo cual desenterró
la cabeza de Sheldon y puso la de Pearson en su lugar, guardando a la
cabeza de Sheldon en su closet.
La última víctima de Berdella no fue ni
un prostituto ni un amigo de Berdella: fue Chris Bryson, un chico al
cual, tras invitar a una fiesta, Berdella subió en su coche, bebió cervezas con él y finalmente lo llevó a su casa.
Al ingresar en casa de Berdella, Bryson
vio desperdicios y deshechos por doquier. Sintió entonces como un olor
nauseabundo penetraba en sus fosas nasales. Era un olor a excremento y a
orina de perro, y a algo más…
Tratando de relajar al muchacho,
Berdella comenzó a hablarle de que había estudiado Arte y lo llevó al
segundo piso para supuestamente mostrarle su colección de piezas
artísticas. No bien hubo subido Bryson cuando Berdella le dio un golpe
brutal en la cabeza y, sin darle tiempo de reaccionar, le clavó una
inyección somnífera.
Cuando Bryson despertó vio que estaba
desnudo y fuertemente atado a los barrotes de una cama. Junto a él
estaba Berdella con una sonrisa diabólica y un objeto que bien podría
simbolizar el rol que le tocaría vivir: un collar de perro…
Una vez puesto el collar en el cuello de
Bryson, Berdella le metió un trapo en la boca y fue por sus implementos
de director de cine y fotógrafo. Consternado y aterrado, Bryson vio a
Berdella colocando la filmadora en la posición adecuada, tras lo cual se
volvió hacia él mientras el ojito de vidrio seguía mirándolos a ambos, registrando cada acción de la escena…
Durante toda la larga noche Berdella torturó, violó y golpeó a Bryson, levantándose de cuando en cuando para tomar fotos con su cámara Polaroid, cambiar la posición de la filmadora y, sobre
todo, anotar en su diario cada cosa de la que Bryson era víctima.
Según se sabe, al comienzo Bryson
gritaba como loco, pero Berdella le inyectó Drano en la garganta y lo
amenazó con que perdería la voz si seguía gritando.
Ya en la mañana el torturador abrió la
puerta y le aplicó alcohol en los ojos, se sentó encima de él y después
tomó una barra metálica y empezó a golpearlo en las manos y en las
rodillas. No contento con eso, fue por sus pinzas eléctricas y se las
colocó en el muslo derecho y en el escroto, aplicándole una tras otra
descarga mientras lo fotografiaba con la Polaroid, riéndose…
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