sábado, 5 de septiembre de 2015

Asesinos en serie (Enriqueta Marti, "La Vampira de Barcelona" [II])

Mientras se dedicaba a ser proxeneta de niños, también ejercía la profesión de curandera. Los productos medicinales, que utilizaba para fabricar sus remedios estaban compuestos por restos humanos, principalmente de las criaturas que mataba, que llegaban incluso a ser desde niños de pecho hasta niños de 9 años. De estos niños lo aprovechaba casi todo, la grasa, la sangre, los cabellos, los huesos, los cuales transformaba en polvo; por esta razón no tenía problemas para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas. Enriqueta ofrecía sus ungüentos, pomadas, filtros, cataplasmas y pociones, especialmente para curar la tuberculosis, tan temida en aquella época, y todo tipo de enfermedades que no tenían cura en la medicina tradicional. Gente de alta burguesia pagaba grandes sumas de dinero por estos remedios.


La verdad es que nunca se supo el numero de niños que había secuestrado. En el momento de su última detención se encontraron en su piso del barrio del Raval, concretamente el número 29, entresuelo primera del carrer de Ponent (hoy Joaquín Costa), y en diferentes pisos de Barcelona donde había vivido, los huesos de un total de doce niños. Los forenses tuvieron mucho trabajo ya que quedaban pocos restos y consiguieron diferenciar un total de doce niños. Enriqueta es posiblemente la asesina en serie más mortífera que ha habido en España. Si se llega a saber cuantas criaturas llegó a a secuestar y matar, la cifra probablemente se dispararía. Los que está claro es que llevaba muchos años actuando en Barcelona porque incluso habia leyendas urbanas en las cuales se hablaba de alguien que se llevaba a los bebés. Había muchos niños que desaparecieron sin dejar rastro y había un temor fundado entre la población...
El gobernador civil trato por todos los medios convencer a los ciudadanos de que era "completamente falso el rumor que se estaba extendiendo por Barcelona y que hablaba de que durante los últimos meses había desaparecido niños y niñas de corta edad". El rumor era cierto


El 10 de febrero de 1912 secuestraría a la que seria su última víctima: Teresita Guitart Congost. Durante dos semanas todo el mundo la buscó y, en esta ocasión, hubo una gran indignación popular ya que se demostraba que el temor de la población era cierto y que las autoridades habían sido extremadamente pasivas con este tema. Sería una vecina "cotilla", Claudia Elías la que encontraría la pista de Teresita...

fuente:  http://www.arries.es/la_cripta/casos/enriqueta_marti.html

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