jueves, 29 de septiembre de 2016

Leyendas en Catalunya (Joan Pujol García [II])

A veces debía inventar razones para explicar al Abwehr por qué uno de sus agentes había sido incapaz de informar sobre alguna operación que tarde o temprano llegaría a oídos alemanes y para no descubrir que todo era una farsa. En una ocasión informó que uno de sus agentes de Liverpool había caído enfermo justo antes de un gran movimiento de flota desde ese puerto a la costa oeste de Inglaterra. Al caer supuestamente enfermo, le fue imposible a ese espía transmitir aquella información. Para dar énfasis a su historia inventada, incluso tuvo que fingir la muerte de ese agente y hasta una esquela falsa fue publicada en un diario local. De esa forma, los alemanes creyeron su historia y hasta pagaron una pensión a la viuda del agente muerto.

La información que Pujol enviaba a los alemanes era inventada por sus superiores británicos e incluía una gran parte de sucesos verdaderos para que los informes fueran más convincentes. En ocasiones, se conseguía el efecto deseado mandando información genuina pero retrasando su llegada para que el daño fuera mínimo. Para ello a veces se recurría a matasellar una carta con una fecha anterior, pero no mandándola hasta la víspera del movimiento de tropas en cuestión para que cuando llegara pareciera un retraso del servicio de correos (esta maniobra fue utilizada antes de la "Operación Torch"). Los alemanes pagaban a Garbo grandes cantidades de dinero para mantener su red de agentes, que en un momento dado llegó a contar con 22 personajes ficticios. Garbo gozó de bastante credibilidad entre sus superiores (tanto de un bando como del otro), lo que lo llevó a adquirir el estatus de "A1 Agent".
El trabajo de desinformación de "Garbo" era parte de la "Operación Fortitude", que convenció a Adolf Hitler y a muchos de sus colaboradores de que la invasión aliada ocurriría en el estrecho de Calais, a 249 km de Normandía, y que el desembarco de Normandía era sólo una maniobra para atraer a las tropas alemanas lejos de Calais. De hecho, fue tal la credibilidad de la que gozó por parte de Hitler que incluso una vez comenzado el desembarco siguió pensando que esta no era la verdadera invasión, sino una mera distracción para el verdadero ataque en Calais. Para cuando Hitler se dio cuenta del engaño, la "Operación Overlord" ya había sido un éxito y las tropas aliadas se había adentrado demasiado, por lo que la movilización de las divisiones acorazadas no tendría el mismo significado.
Existe información sobre este espía en el "Imperial War Museum" de Londres, que incluye material altamente sensible desclasificado.

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