martes, 1 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Carl Panzram [III])

En 1906 cae de nuevo en un reformatorio juvenil, esta vez del estado de Montana donde rápidamente adquiere reputación de criminal nato. Un día ataca brutalmente a un guardia a quien le había agarrado tirria de tantos maltratos que le propinaba. A la primera oportunidad en que el guardia le dio la espalda, lo golpeó en la cabeza con un tablón de madera. Por aquel acto recibió numerosas palizas y fue puesto bajo rigurosa observación. La única forma de salir del aprieto era escapar del lugar, propósito en el que se le unió un compañero llamado Jimmie Benson, con quien finalmente lo logra en el año de 1907. Juntos viajaron con rumbo al Este, robando y quemando iglesias, actividad de primerísima importancia para Panzram, quien mostraba especial encono contra todo aquello que oliera a religión. Así se mantuvieron por cerca de un mes, cargados de dinero robado y armas hasta que decidieron tomar caminos separados
En el invierno de 1907 Panzram, aún siendo adolescente, se encontraba tomando en un bar del pueblo de Helena, en Montana, lugar por cierto donde la ley era la del revolver, y cuyos habitantes se componían de cazadores, peleteros y pescadores rudos. Dentro del tugurio escuchó un discursillo dictado por un reclutador de la Armada. Esa noche y tras mentir acerca de su edad, Panzram se enlistó en la Armada de los Estados Unidos y fue enviado al fuerte William Henry Harrison, ubicado en una remota región de Montana. Desde el primer día de actividades fue acusado de diversos cargos por insubordinación
Durante el mes que perteneció al ejército fue encarcelado en numerosas ocasiones por sus constantes ofensas y desobediencia crónica. Era imposible de controlar y con frecuencia aparecía en estado de ebriedad. Era simplemente imposible que Panzram se ajustara a cualquier clase de régimen disciplinario, fuera civil o militar. En Abril de 1908 fue descubierto cuando se había introducido a los almacenes del cuartel militar para robar diversas provisiones con las cuales planeaba desertar y luego venderlas. Entonces fue sometido a juicio en un tribunal militar que en aquellas épocas castigaba con excepcional firmeza los delitos cometidos por hombres del ejército. La sentencia final dictaba la expulsión de Panzram sin honores ni compensación y tres años de trabajos forzados en la penitenciaría federal de Leavenworth en Kansas, sentencia que fue ratificada por William H. Taft, futuro presidente de los Estados Unidos, quien en ese momento ejercía como Secretario de Guerra.
Tras un paradisíaco viaje de 1000 millas en tren, encerrado sin alimento ni agua junto a otros criminales peligrosos, Panzram arribó a la prisión federal ubicada en las cercanías del río Missouri en medio de una vasta planicie de Kansas. Leavenworth era una vieja prisión usada durante la guerra civil para guardar prisioneros de guerra. Por aquella época había caído en abandono por falta de fondos y mantenimiento sin embargo los nuevos prisioneros eran empleados como fuerza de trabajo para remodelar y reparar las instalaciones del lugar. A mediados de 1908 y contando 16 años, Panzram cae en esa terrible fortaleza, donde era impuesta una férrea disciplina de silencio para los prisioneros. Aquella imposición era parte de los usos y costumbres penales que se creía idónea para reformar a los prisioneros. Todos los días los hombres debían formarse en los patios no importando el clima imperante y cualquier desobediencia al código de silencio era castigada rápida e implacablemente.

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