martes, 15 de noviembre de 2016

Literatura Catalana (Pere Calders i Rossinyol [III])

En el año 1936, antes de comenzar la Guerra Civil Española, Calders militaba en las juventudes de Accio Catalana. Con el inicio de la guerra y la creación del PSUC, Calders pasó a militar en este partido porque, entre otros motivos, llevaba como base de su programa la autodeterminación.

En octubre de 1936 se produjo el relanzamiento de la revista "L'Esquella de la Torratxa" y Calders y Tísner se encargaron de su dirección en esta nueva etapa. Durante aquella época, también trabajó para la publicación Mirador, donde publicó el cuento "Les mans del taumaturg", que posteriormente sería recogido en el libro "Crónique de la veritat oculta", y también trabajaba haciendo dibujos por el Diari de Barcelona.

A finales de 1937 se inscribió como voluntario del ejército republicano, por el cuerpo de carabineros, donde lo nombraron técnico cartógrafo. Con el inicio de la batalla de Teruel, su unidad cartográfica fue movilizada hasta allí. Ese mismo año presentó la novela inédita "La cél.lula" el Premio Joan Crexells que acabó ganando Mercè Rodoreda con su novela Aloma. La cél.lula se perdió en su viaje de regreso del exilio. De su experiencia en la guerra en escribió la novela "Unitats de xoc", publicada en 1938 por la Editorial Forja. En 1938 también escribió la novela "Gael y l'home Deu", que no fue publicada hasta 1986, y la presentó al Premio Joan Crexells de 1938, pero tampoco ganó.

El 10 de febrero de 1939 Calders marchó hacia Francia y dejó su mujer y su hijo en Barcelona. El paso hasta Francia lo hizo el día 10 de febrero, cruzó el Coll de Ares y fue a Prats de Molló y la Presta. Allí lo encerraron en un campo de concentración. Calders y cuatro compañeros más, entre los que había Tísner y su cuñado, Enrique Clusellas, lograron escapar y huyeron a Toulouse, donde estaba el Comité Universitario de Ayuda a los Refugiados que ofrecían protección a intelectuales. Allí le dieron unos impresos para elegir a qué país querrían ir en caso de que fuera necesario marchar de Francia y Calders escogió México. Durante un tiempo vivió allí con Tísner y parte de su familia, entre los que se encontraba su futura esposa, Rosa Artís i Gener. El 2 de abril de 1939 marchó hacia Roissy-en-Brie donde coincidió con otros intelectuales de la época, como Mercè Rodoreda, Francesc Trabal, Armand Obiols, César Augusto Jordana y Xavier Benguerel. Con este último estableció una amistad que duró hasta su muerte. Finalmente, el 4 de julio de 1939 se marchó a México, donde ya estaba Tísner, a bordo del barco Mexique que zarpó de Burdeos. Poco después de partir, su mujer, Mercè Casals, llegó a Roissy-en-Brie y, cuando vio que Calders ya se había ido, se fue también hacia México, ignorando que Calders había escrito varias cartas de amor a Rosa Artís, de quien estaba enamorado

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