Justo cuando el grupo vivía uno de los momentos de mayor plenitud de su trayectoria, la muerte fue a buscar Esteve Fortuny en el escenario. Mientras actuaba en Cardedeu, sufrió una hemorragia cerebral. Murió en el Hospital Clínico de Barcelona el 19 de agosto de 1986, a los 32 años.
La desaparición de Esteve fue un golpe brutal para el grupo, que sin él quedó huérfano. Para sus compañeros, ni el conjunto ni la vida tenía sentido. Dejaron un tiempo la Dharma. Cuando se vieron con corazón, volvieron a ensayar juntos para preparar un concierto de homenaje a la Esteve. En el grupo, nunca había habido ningún líder, pero ya desde las primeras reseñas de conciertos del conjuntos los críticos solían subrayar la versatilidad de Esteve como músico, que se manifestaba sobre todo en la forma expresiva y menudo en la forma que tenía de tocar la guitarra.
Esteve había hecho una incursión en el mundo de la música clásica escribiendo menos cuatro poemas musicales que, por su complejidad armónica y por la cantidad de instrumentos que exigían para interpretarlos, eran difícilmente conseguir para un grupo de rock. Como habían quedado, pues, inéditos, sus compañeros quererlos reunir en un disco, "Homenatje a Esteve Fortuny", y presentarlos junto con la Orquesta de Cámara Barcelona, bajo la dirección de Manel Camp, en un acto dedicado en su memoria y en reconocimiento a su creatividad, el 12 de marzo de 1987 en el Palau de la Música Catalana.
Animados por el colectivo de seguidores que fundaron "Amics de la Dharma", el grupo volvió a los escenarios el 9 de julio del 1988, con un concierto doloroso en Pineda de Mar, en la que se estrenaba una nueva componente: Maria Fortuny, la pequeña de los hermanos Fortuny.
María siempre ha estado rodeada por la música de sus hermanos; tras el BUP y el COU, intentó estudiar Derecho pero no hizo ni dos cursos. Paralelamente estudiaba música en el Aula de música moderna y jazz de Barcelona. Mientras estudiaba en el Aula, tocaba con el grupo de música pop-rock "Capitan Childe", que prácticamente no tenía bolos, y que abandonó al entrar a formar parte de la Dharma
La desaparición de Esteve fue un golpe brutal para el grupo, que sin él quedó huérfano. Para sus compañeros, ni el conjunto ni la vida tenía sentido. Dejaron un tiempo la Dharma. Cuando se vieron con corazón, volvieron a ensayar juntos para preparar un concierto de homenaje a la Esteve. En el grupo, nunca había habido ningún líder, pero ya desde las primeras reseñas de conciertos del conjuntos los críticos solían subrayar la versatilidad de Esteve como músico, que se manifestaba sobre todo en la forma expresiva y menudo en la forma que tenía de tocar la guitarra.
Esteve había hecho una incursión en el mundo de la música clásica escribiendo menos cuatro poemas musicales que, por su complejidad armónica y por la cantidad de instrumentos que exigían para interpretarlos, eran difícilmente conseguir para un grupo de rock. Como habían quedado, pues, inéditos, sus compañeros quererlos reunir en un disco, "Homenatje a Esteve Fortuny", y presentarlos junto con la Orquesta de Cámara Barcelona, bajo la dirección de Manel Camp, en un acto dedicado en su memoria y en reconocimiento a su creatividad, el 12 de marzo de 1987 en el Palau de la Música Catalana.
Animados por el colectivo de seguidores que fundaron "Amics de la Dharma", el grupo volvió a los escenarios el 9 de julio del 1988, con un concierto doloroso en Pineda de Mar, en la que se estrenaba una nueva componente: Maria Fortuny, la pequeña de los hermanos Fortuny.
María siempre ha estado rodeada por la música de sus hermanos; tras el BUP y el COU, intentó estudiar Derecho pero no hizo ni dos cursos. Paralelamente estudiaba música en el Aula de música moderna y jazz de Barcelona. Mientras estudiaba en el Aula, tocaba con el grupo de música pop-rock "Capitan Childe", que prácticamente no tenía bolos, y que abandonó al entrar a formar parte de la Dharma
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