lunes, 19 de septiembre de 2016

Literatura Catalana (Joan Maragall i Gorina [II])

Se manifestó admirador de la literatura germánica, a la que había llegado a partir de la traducción del poeta valenciano Teodor Llorente y su obra Leyendas de Oro, fue este escritor el que le introdujo en la obra de Friedrich von Schiller, Heinrich Heine y especialmente "Goethe". En 1881 leyó de Goethe la versión francesa de "Werther", "Fausto" y "Hermann y Dorothea", mientras que, paralelamente, se manifestaba como un "catalanista entusiasta" y leía "Recuerdos de viaje" de Víctor Balaguer. En 1881 ganó la Flor Natural en los Jocs Florals de Badalona con una poesía titulada "Dins sa cambra" (Dentro de su habitación). Para poder entender las obras germánicas en su lengua vernácula, usó el libro de Eugène Favre "Premières leçons d'allemand ou grammaire élémentaire et pratique de la langue allemande", si bien en 1882 decidió empezar a estudiar con un profesor particular, Jaume Sturzenegger, un bávaro que vivía cerca de los Maragall y con quien mantuvo contactos a lo largo de su vida.

Cuando se licenció el 27 de junio de 1884, decidió auto-regalarse las obras de Goethe en alemán. A continuación entró a trabajar en el despacho del abogado Danés, donde, según explicaba en una carta a José María Lloret, "tengo poco trabajo, por las tardes aprovecho para ir al Ateneo y por la noche al Liceo". Maragall vivía sin obligaciones ni penurias económicas, dedicado a una vida relajada, rodeado de amigos, habitual en las tertulias, era un joven libre de responsabilidades. En 1886 se hizo socio del Ateneo Barcelonés, donde se relacionó con escritores como Josep Yxart, Joan Sardà y Narcís Oller, entre otros.
En 1886, su padre explicó en una reunión familiar que tenía problemas económicos a causa de unas inversiones fallidas. Ante la grave situación, sufrió una crisis que le hizo perder la autoestima. Joan Maragall, como único hijo varón, se vio forzado por la familia a intervenir y a tomar las riendas de la situación, y tuvo que renunciar a la cómoda vida anterior. Pero, además, supuso un golpe para el joven despreciativo de las convenciones sociales y amante de la naturaleza y la belleza; tuvo que entrar en contacto con un mundo que desconocía y que le repugnaba, y llegó a manifestar: "Reniego de la sociedad, del progreso, del dinero, de la educación, del derecho, de la moral y de quien inventó todas esas porquerías"

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