miércoles, 10 de agosto de 2016

Historia de Catalunya ("la Jamancia" [V])

El día 8 un repique de campanas iniciado a las once de la mañana anunció que Girona se había compuesto una junta de pronunciamiento compuesta por Ramón Cabrera, Francesc Maranges, Marti Parelols y Lorenç Autet. Esta nombró a Francesc Ballera comandante general de la provincia. Figueres secundaria también el movimiento hecha por el batallón de Milicia Nacional y la compañía de zapadores. Temiendo una incursión desde la Ciutadella en la ciudad los sublevados ocuparon el Paseig de Sant Joan (espacio que separaba las casas de la Ciutadella), que tras el hostigamiento de fusilería efectuadas desde la Ciutadella, tuvieron que abandonar después de la muerte de un sargento y algunos heridos (cuatro entraron en el hospital, habiendo muerto uno). Aquella noche los pronunciados hicieron una salida por la Porta de Sant Antoni una salida intentando de nuevo "un golpe de mano" sobre Sarrià o Gracia, pero batidos por las granadas lanzadas desde Montjuïc y el tiroteo de las avanzadas leales al gobierno junto con un aguacero intenso , entraron de nuevo en la ciudad.
A la una de la tarde del día 9 el coronel Joan Martell entró en la ciudad acompañado de sus "edecanes" y caballería, entrando a galope hacia la Plaça de Sant Jaume (o de la Constitución), con el sable en la mano y gritando "Visca la unio i la llibertad". Tras reunirse con la junta fue a la fonda de las "Quatre Nacions de les Rambles" donde hubo un banquete con brindis y saliendo a continuación en el balcón para pronunciar un discurso en la concurrencia dando vivas a la junta central, a la independencia nacional, a la reina y al pueblo soberano, ante una multitud. Después de la comida Martell acompañado de algunos miembros de la junta y una veintena de hombres del escuadrón de Milicia Nacional hasta el pueblo de Sants donde reunió unos ochenta hombres que lo acompañaron de nuevo dentro de la ciudad.
El día 10 Ametller llegó a Sant
s con una división. En ese momento reveló a sus comandantes la intención de ponerse del lado de los sublevados y estos no estuvieran de acuerdo, abandonándolo y llevándose los respectivos batallones. Así pues, Ametller, sólo le acompañaron dos batallones de francos, y unos doscientos hombres del ejército (entre 1.000 y 1.500 hombres) en el interior de Barcelona. Ametller fue a la plaza de la Constitucio (Plaça Sant Jaume) donde junta en el palacio de la diputacio, sede de la junta central, salió al balcón acompañando a Martell y otros cabecillas revolucionarios, Rafel Degollada hizo un discurso justificativo del alzamiento contra el centralismo, que Hostalric se había pronunciado, en su nombre el coronel Juan Pablo Par. Ametller afirmó que "no había más que dos partidos los liberales y los serviles" que los centralistas pertenecían al primero y que antes de consentir el triunfo de los serviles prefería sepultarse con sus camaradas entre las escombros de la ciudad, concluyendo con los gritos de "muera Cristina, mueran los Narváez, mueran los Conchas, mueran los tiranos". La Junta Central decretó ese mismo día que Juan Prim era traidor y nombró a Ametller mariscal de campo y capitán general de Catalunya.
Durante esos días se seguía publicando en Barcelona "El Constitucional" (diario prorevoltats que a veces exageraba las posibilidades de la revuelta), también había activo el diario de avisos. La tropa que se había separado de Ametller, el primer batallón de Zamora, se dirigió al Castell de Montjuïc. El gobernador del Castell no permitió que estos entraran al castillo y al hacerse de noche se dirigió a Gracia pasando después a la Ciutadella.  Ese día se embarcaron muchos súbditos franceses por intercesión del cónsul francés que les proporcionó los buques . Por órdenes de la junta se abrió la mesa de comunes depósitos extrayendo de él 26.819 reales de vellón.

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