viernes, 8 de julio de 2016

Historia de Catalunya (Consell de Cent [V])

En dicho privilegio se confirmaron genéricamente y a perpetuidad, hasta entonces todos los privilegios municipales de Barcelona habían sido eventuales, las disposiciones de Jaume I sobre el gobierno municipal de la ciudad y se ratificó la preeminencia, en temas locales, de los consellers sobre el veguer (juramento del veguer en manos de los prohombres; facultad de los consellers de promulgar y reformar ordenanzas y bandos, y obligación del veguer de proclamarlos y ejecutarlos; participación de los consellers en la función judicial de veguer). El "Recognoverunt proceres", sería confirmado por los monarcas posteriores (1286, 1291, etc.), se convirtió en la base fundamental del estatuto jurídico del municipio, completado y ampliado por privilegios posteriores, obtenidos tanto en función de las necesidades del "Consell de Cent" como de las coyunturas políticas de cada momento.

En un principio, las diversas actividades municipales tenían lugar en el propio Palau Reial. Pero muy pronto el "Consell de Cent" fijó su sede en el magnífico convento gótico de Santa Caterina de los frailes dominicos, en unas estancias cerca de la portería. Esta situación se prolongó hasta 1369, año en que a causa de serias diferencias con los inquisidores, que eran dominicos, los consellers decidieron trasladarse provisionalmente al "Convent de Framenors" y, a la vez, edificar una sede propia. El Saló de Cent, el espacio más importante del nuevo edificio, se terminó en 1373, y su fachada gótica en 1402, con lo que Barcelona ya dispuso de una Casa de la Ciutat digna de su rango.

El sistema de gobierno del municipio barcelonés no varió sustancialmente desde la época del Recognoverunt proceres hasta mediados del siglo XV. La causa del cambio fue la grave crisis que afectó a Barcelona a partir de la segunda mitad del siglo XIV. Esta crisis general en toda Europa occidental, afectó especialmente a Catalunya. Las causas fueron diversas y se fueron presentando de forma gradual: el desequilibrio entre la producción agraria y las necesidades alimentarias de la población (motivo de importantes crisis de subsistencias); la crisis demográfica y la reducción de la población (sobre todo en el campo) a causa de las grandes epidemias que asolaron Catalunya; la crisis financiera, con la quiebra de la banca privada y el endeudamiento excesivo de las instituciones públicas; la reducción del volumen y por ende de las ganancias, del comercio internacional; y la crisis social y agraria, con la aparición de movimiento remença. La crisis también tuvo un aspecto claramente político: el enfrentamiento entre la concepción autoritaria de la monarquía, defendida por los soberanos, y la concepción pactista radical de las oligarquías del país.

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