En noviembre de 1931, Companys se vio salpicado por el escándalo Bloch, un polémico asunto relacionado con los contactos que el financiero francés M. Bloch (condenado por estafa) había tenido con varios parlamentarios de ERC durante una breve visita a Madrid. El asunto tuvo mucha repercusión en los medios políticos y periodísticos de toda España pidiéndose dimisiones y responsabilidades políticas. Ante ello, Lluis Companys presentó a Francesc Macià su dimisión como líder tanto del grupo de ERC como de la minoría catalana. La dimisión no fue aceptada ni por la ejecutiva del partido ni por Macià, por lo que los diputados de ERC votaron en contra de aceptar su dimisión y Companys, que se encontraba inmerso en los debates constitucionales, siguió en su puesto. Companys, al frente de su grupo, votó favorablemente la Constitución. También intervino en las deliberaciones en torno a la cuestión religiosa, apoyando la limitación de la presencia de la Iglesia católica en el ámbito público, o en las relativas al sufragio femenino, mostrándose partidario de la extensión del voto a las mujeres. También votó a favor de la reforma agraria. Desde el 6 de mayo de 1932, fecha en la que comenzó la discusión sobre l'Estatut de Catalunya en las Cortes, aprobado en referéndum por los ciudadanos catalanes pero incompatible en algunos aspectos con la nueva Constitución, hasta su aprobación el 9 de septiembre, Companys intervino activamente en los debates. A pesar de que el trámite parlamentario supuso un severo recorte del texto enviado desde Catalunya, tanto Companys como sus compañeros de la minoría catalana votaron a favor de la aprobación del estatuto.
Una vez aprobado el estatuto, el centro de la actividad política de los partidos catalanes se trasladó de las Cortes madrileñas al nuevo Parlamento que se había de constituir en Barcelona, puesto que por primera vez se había creado un espacio político autónomo en Catalunya y era preciso que cada partido consolidase su posición en este nuevo escenario. Fruto de ello es que la actividad de los diputados de Esquerra se redujo de forma drástica en el periodo posterior a la aprobación del estatuto. Al ser elegidos diputados autonómicos, muchos diputados catalanes, aunque no abandonaron su acta en las Cortes, centraron en el Parlament de Catalunya su acción política.
En noviembre de 1932, se produjeron las elecciones al Parlament de Catalunya, en las que Companys fue candidato de ERC por Lérida. Las elecciones dieron un triunfo arrollador a Esquerra Catalana, coalición de ERC con Unió Socialista de Catalunya, los federales, Unió Catalanista y el Partido Radical Autonomista, que obtuvo 67 de los 85 escaños en juego. Companys obtuvo escaño y el día 13 de diciembre fue elegido presidente del Parlament de Catalunya, por una amplia mayoría (setenta votos a favor y uno en blanco, el suyo seguramente). De esta forma, Companys se convertía en la segunda autoridad de la autonomía catalana, sólo después del President de la Generalitat de Catalunya, Francesc Macià. Además, en caso de que éste muriera o fuese destituido, Companys se convertiría automáticamente en el nuevo presidente. Companys expresó su emoción por haber sido elegido presidente del parlamento
Tras su elección, aunque no abandonó su escaño en las Cortes, presentó su dimisión como presidente del grupo parlamentario de Esquerra Republicana, haciéndose cargo del grupo Miquel Santaló.Su labor al frente de la cámara catalana no fue reseñable, sin desempeñar tampoco un papel institucional. Al contrario, su actuación fue marcádamente partidista, como demostraron diversas declaraciones públicas y mítines políticos en los que intervino durante la primera mitad de 1933.
Una vez aprobado el estatuto, el centro de la actividad política de los partidos catalanes se trasladó de las Cortes madrileñas al nuevo Parlamento que se había de constituir en Barcelona, puesto que por primera vez se había creado un espacio político autónomo en Catalunya y era preciso que cada partido consolidase su posición en este nuevo escenario. Fruto de ello es que la actividad de los diputados de Esquerra se redujo de forma drástica en el periodo posterior a la aprobación del estatuto. Al ser elegidos diputados autonómicos, muchos diputados catalanes, aunque no abandonaron su acta en las Cortes, centraron en el Parlament de Catalunya su acción política.
En noviembre de 1932, se produjeron las elecciones al Parlament de Catalunya, en las que Companys fue candidato de ERC por Lérida. Las elecciones dieron un triunfo arrollador a Esquerra Catalana, coalición de ERC con Unió Socialista de Catalunya, los federales, Unió Catalanista y el Partido Radical Autonomista, que obtuvo 67 de los 85 escaños en juego. Companys obtuvo escaño y el día 13 de diciembre fue elegido presidente del Parlament de Catalunya, por una amplia mayoría (setenta votos a favor y uno en blanco, el suyo seguramente). De esta forma, Companys se convertía en la segunda autoridad de la autonomía catalana, sólo después del President de la Generalitat de Catalunya, Francesc Macià. Además, en caso de que éste muriera o fuese destituido, Companys se convertiría automáticamente en el nuevo presidente. Companys expresó su emoción por haber sido elegido presidente del parlamento
Tras su elección, aunque no abandonó su escaño en las Cortes, presentó su dimisión como presidente del grupo parlamentario de Esquerra Republicana, haciéndose cargo del grupo Miquel Santaló.Su labor al frente de la cámara catalana no fue reseñable, sin desempeñar tampoco un papel institucional. Al contrario, su actuación fue marcádamente partidista, como demostraron diversas declaraciones públicas y mítines políticos en los que intervino durante la primera mitad de 1933.
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