Si algo significó un giro en la vida de
Shipman eso fue la muerte de su madre, suceso que sin duda alguna inició
su obsesión por los fármacos y las drogas y, según se sabe, estuvo
vinculado al aspecto psicológico de sus posteriores asesinatos. Todo comenzó cuando un cáncer terminal
al pulmón cayó sobre la madre de Shipman. Entonces Harold sabía que su
amada madre moriría pronto de forma inexorable, por lo que
voluntariamente, en esos agónicos meses en que el cáncer avanzaba, hizo
todo lo posible por darle apoyo y pasar tiempo con ella, yendo así
rápidamente a casa cada día después de terminar las clases. Una vez en
casa Harold le preparaba una taza de té a su madre y charlaba
extensamente con ella. Naturalmente esta etapa tuvo la
consecuencia de que Harold se aislara aún más de sus compañeros de
colegio y de que en general decreciese su vida social. Él lo sabía, pero
también sabía que no podía abandonar a la persona que, además de ser su
madre, le había inculcado ese sentimiento de ser especial y superior al
que tanto se aferró por el resto de sus años.
Sin embargo lo peor de todo fue cuando,
tras un periodo inicial en que Harold veía la angustia y el intenso
dolor físico de su madre en una época en que no habían bombas para
administrar analgésicos, se consiguió a un médico de familia que
apareció con algo que hacía desaparecer el dolor en un abrir y cerrar de
ojos: la morfina.
Harold se mostró fascinado ante el poder
de la morfina y, a través de esos oscuros meses, observó con asombro y
horror como, con la ayuda de las mágicas inyecciones de morfina, su
madre iba, con el menor dolor posible, adelgazando y convirtiéndose en
una frágil criatura huesuda que, ante el avance irreversible de la
muerte, no hallaba más consuelo que la efímera victoria sobre la agonía
que aquel fármaco le proporcionó hasta que un 21 de junio de 1963, a sus
43 años, el cáncer le cerró de una vez y para siempre sus ojos
cansados.
La madre de Harold Shipman había muerto cuando él tenía apenas 17 años.
Dos años después Harold intentó cruzar los exámenes de ingreso a la
Escuela de Medicina de la Universidad de Leeds. Inicialmente falló, más
el impulso propio de su sentimiento de superioridad le hizo volver a
intentarlo, esta vez con éxito
Allí en la universidad y ahora que su
madre no estaba viva como para intentar regular sus relaciones, Harold
se volvió más sociable. Aún así siempre fue poco sociable en relación al
promedio, pero ya mucho menos que antes. No obstante siguió siendo una
persona jactanciosa que se sentía superior, respecto a lo cual contó un
ex compañero de Shipman:
- "Era como si nos tolerase. Si alguien decía
una broma, sonreía con paciencia, pero Fred no quería volver a
participar. Parecería gracioso, puesto que luego supe que había sido un
buen atleta, por lo que uno pensaría que él debía de ser más un jugador
de equipo"
Dentro de la universidad fue también,
mientras cursaba el primer año, que Shipman conoció a Pimrose Oxtoby, la
hija de un granjero. Ella tenía 16 años cuando él la conoció a sus 19;
después, cuando ella ya tenía 17 años y 5 meses de embarazo, ambos se
casaron
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