A principios de 1440, llegaron los 
rumores hasta la corte del duque de Bretaña, quién ordenó abrir una 
investigación sobre los secuestros y la posible implicación del barón de
 Rais.
El 13 de septiembre fue detenido en su 
el pueblo de Machecoul por un grupo de soldados, quienes hallaron en su 
propiedad los cuerpos despedazados de 50 adolescentes. El duque de 
Bretaña le hizo compadecer ante la justicia acusado de haber asesinado e
 inmolado entre 140 y 200 niños en prácticas diabólicas.
Se le infligieron todo tipo de torturas 
para obligarle a confesar sus crímenes, que se obstinaba a negar pese a 
las evidencias, pero fue sólo la amenaza de la excomunión lo que le 
indujo a hacerlo detalladamente.
En octubre, Gilles aceptó 
voluntariamente todos los cargos que se le imputaban y confesó que había
 disfrutado mucho con su vicio, a veces cortando él mismo la cabeza de 
un niño con una daga o un cuchillo, y otras golpeando a los jóvenes 
hasta la muerte con un palo y besando voluptuosamente los cuerpos 
muertos, deleitándose sobre aquellos que tenían las cabezas más bellas y
 los miembros más atractivos. Afirmó ante los magistrados que su mayor 
placer era sentarse en sus estómagos y ver como agonizaban lentamente, y
 que en los cargos que se le imputaban no había intervenido nadie más 
que él, ni había obrado bajo la influencia de otras personas, sino que 
siguió el dictado de su propia imaginación con el único fin de 
procurarse placer y deleites carnales.
Al amanecer del 26 de octubre fue 
llevado a un descampado junto con dos de sus más destacados cómplices 
para ser ahorcado y quemado en la hoguera. En el patíbulo manifestó 
públicamente su arrepentimiento, instando a todos los presentes a no 
seguir su ejemplo y pidiendo humildemente perdón a los padres de las 
víctimas. Murió aferrándose desesperadamente a su fe cristiana.
Accediendo a las súplicas de algunos de 
sus parientes, el cuerpo, parcialmente quemado, fue retirado de la 
hoguera y enterrado en una iglesia de las carmelitas en Nantes. Sus 
bienes fueron confiscados en beneficio del duque de Bretaña y de la 
Iglesia.
fuente: http://www.asesinos-en-serie.com
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