El enfermero asesino continuó buscando empleo, y la falta de enfermeros a
nivel nacional hacía fácil que consiguiera un nuevo empleo con rapidez.
En Marzo de 1999 Charles renunció al hospital Easton por un empleo en
el Lehigh Valley Hospital en Allentown, Pensilvania, durante su estadía
el enfermero mató a un paciente e intentó liquidar a otro.
El enfermero asesino continuó buscando
empleo, y la falta de enfermeros a nivel nacional hacía fácil que
consiguiera un nuevo empleo con rapidez. En Marzo de 1999 Charles
renunció al hospital Easton por un empleo en el Lehigh Valley Hospital
en Allentown, Pensilvania, durante su estadía el enfermero mató a un
paciente e intentó liquidar a otro.
Ese mismo año el médico forense del
condado de Northampton, Zachary Lysek, informó a las autoridades que
había un “ángel de la muerte” operando en el Hospital Easton, el forense
llegó a esta conclusión tras examinar el cuerpo de Schramm, un paciente
de 78 años, que falleció tras recibir una dosis fatal de digoxina (su
condición no requería ese medicamento). Debido a que Schramm provenía de
un asilo, comenzó una investigación en el hospital cuando uno de los
parientes comentó haber visto un enfermero con agujas cerca del
paciente. Lysek quedó frustrado y Cullen se trasladó al hospital St.
Luke cerca de Bethlehem.
Cullen intentó suicidarse nuevamente en
Enero del año 2000 usando una parrilla de carbón con la que esperaba
ahogarse con sus humos. Sus vecinos llamaron a los bomberos y policías
al ver la humareda, posteriormente Charles fue ingresado a un centro
psiquiátrico, pero fue dado de alta al día siguiente.
En el 2002, una enfermera del hospital
St. Luke dijo que había un colega de extraño comportamiento llamado
Charles Cullen. Cuando Lysek informó a las autoridades del condado,
pronto descubrieron que siete enfermeros del hospital habían investigado
a Cullen previamente, los administradores informaron a la policía del
Estado que Charles mataba pacientes, debido a que en Junio de 2002
encontraron paquetes abiertos de una medicina, y a que se había visto
salir al extraño enfermero de cuartos cuyos pacientes después fallecían,
como fue el caso de Diane Mackrell de 48 años y Esther Stoneback de 71.
Durante los turnos de Charles había un aumento de código azul
(actuaciones por parada cardiorrespiratorias ); cuando se lo cuestionó
respecto a las drogas perdidas, abandonó su trabajo sin dar
explicaciones.
Durante el mes de Septiembre del año
2002, Cullen trabajó en la unidad de cuidados intensivos del Centro
Médico Somerset en Somerville, Nueva Jersey. Charles salía con una
mujer, pero aún así entró en una gran depresión, y para aliviarse
asesinó a ocho pacientes utilizando dosis letales de digoxina e
insulina. El 18 de Junio de 2003, Cullen intentó asesinar a Phillip
Gregor, pero sobrevivió y fue dado de alta, tristemente murió 6 meses
después por causas naturales.
El año siguiente el Estado contrató al Dr. Isadore Mihalakis, un
patólogo de renombre que inició una extensa investigación de todas las
muertes, pero en Marzo de 2003 entregó su reporte y no descubrió
actividad criminal. La suerte de Cullen se agotaba mientras trabajaba en
el Centro Médico de Somerset, debido a que el sistema, totalmente
controlado por ordenador, reveló que él revisaba archivos de pacientes
que no le estaban asignados. Sus colegas lo veían entrar y salir.
Finalmente el registro computarizado de los gabinetes médicos descubrió
que Cullen solicitaba medicinas para pacientes que no las necesitaban.
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