El enfermero asesino consiguió empleo en
 el Warren Hospital en Phillisburg, en Febrero de 1992, periodo en el 
que asesinó a tres mujeres ancianas tras administrarle altas dosis de 
digoxina, un fármaco diagnosticado para personas con problemas de 
corazón. Su última víctima dijo que un enfermero sospechoso le inyectó 
algo mientras dormía, pero la familia de la señora y los médicos del 
centro descartaron su comentario.
La esposa de Charles, Adrienne Cullen, 
presentó el divorció el 22 Enero de 1993, tras la separación ella 
realizó dos denuncias por violencia doméstica en su contra. Las 
denuncias sobre Cullen, mostraban su naturaleza malvada agravada por su 
alcoholismo. También abusaba de mascotas metiéndolas en bolsas de bolos y
 botes de basura. Charles solía hacer bromas siniestras en las que ponía
 líquidos inflamables en bebidas de las personas o hacía llamadas falsas
 a casas funerarias.
Después del divorcio, Cullen compartía 
la custodia de sus hijas y se mudó a un apartamento en un sótano de la 
Avenida Shafer en Phillisburg. En 1993, Charles quería renunciar a su 
trabajo como enfermero, pero los pagos para la manutención de sus hijas 
lo forzaron a seguir trabajando para poder pagar la pensión.
Pero en Marzo de 1993 la condición mental de Cullen empeoró, cuando 
entró sin autorización a la casa de una colega de trabajo mientras ella y
 su hijo dormían. El enfermero había salido con la mujer pocas veces, y 
cuando ella negó su propuesta de matrimonio, el enfermero se obsesionó. 
Posteriormente Charles comenzó a seguirla al trabajo y por el pueblo. 
También hacía llamadas y dejaba mensajes constantemente, ella denunció a
 Cullen por acoso y este fue culpado por irrumpir en propiedad privada, 
pasando un año bajo palabra. Al día siguiente de su arresto Charles 
intentó suicidarse, le dieron dos meses de descanso en el trabajo y fue 
tratado en dos centros psiquiátricos por depresión.
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