Según las aterradoras declaraciones de
Sara a la policía, desde que conoció a Constanzo mantuvo una doble vida
comportándose como una chica normal con sus amigos y familia, y como una
fría asesina por otro. Ella misma llegó a torturar a algunas víctimas,
entre ellas Gilbert Sosa, un traficante de drogas. Delante de los demás
miembros del culto ordenó que se le colgase del cuello, con las manos
libres para que pudiese sobrevivir agarrándose a la cuerda. Luego lo
sumergió en un barril de agua hirviendo, mientras le arrancaba los
pezones con unas tijeras.
Confesaría además otros crímenes
brutales, como en el que uno de los miembros de la secta mantiene a la
víctima con vida después de haberle cortado el pene, las piernas y los
dedos de las manos. Le abre el pecho de un machetazo y le agarra el
corazón sin desprenderlo, lo muerde a dentelladas mientras el moribundo
lo mira agonizante.
Más tarde negaría su participación en
los desquiciados rituales, asegurando que el Padrino la retuvo contra su
voluntad al haberse descubierto la matanza de Matamoros.
En la actualidad Sara Aldrete Villarreal
purga una pena de cincuenta años por homicidio, sin siquiera saber que
su historia ha inspirado la "Perdita Durango" de Alex de la Iglesia,
película estrenada en septiembre de 1997.
fuente: http://www.asesinos-en-serie.com
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