viernes, 27 de noviembre de 2015

Asesinos en Serie (Jaime Benjamín Cárdenas Pardo [I])

Jaime Benjamín Cárdenas Pardo nació en la ciudad boliviana de Santa Cruz el 9 de abril de 1987, dentro de una familia grande y desestructurada. Tenía nueve hermanos y sus padres eran divorciados, siendo así que creció en un entorno donde recibía poca atención y se sentía propenso a hacer cosas indebidas para llamar la atención y satisfacer sus necesidades. Por otro lado, Jaime discutía frecuentemente con su madrastra y a veces se iba de casa por largos periodos de tiempo, en los cuales se juntaba con pandilleros y menores que delinquían, y que lo fueron induciendo al vicio y al crimen.

Dice, al igual que las otras declaraciones del asesino, estas palabras fueron tomadas de una entrevista que dio tras su primera captura, Jaime al respecto: "Mi niñez ha sido tranquila, nunca he vivido violencia. No puedo culpar a mis padres, aunque son divorciados. He empezado a delinquir para llamar la atención de mi familia y por tener amigos. Estuve en un colegio nocturno, la mayoría eran pandilleros y les gustaba beber, así he empezado a robar celulares y billeteras (…). Empecé a beber a mis 11 años, a escondidas de mi familia, bebía vino y champán. A mis 13 años conocí el alcohol y la marihuana en mi colegio. A mis 14 consumí cocaína y pastillas como el flumentrezepan. Me drogaba porque mi papá casi no estaba con nosotros, él trabajaba y yo peleaba mucho con mi madrastra."
 
Ya de adulto, Jaime admitiría que se volvió más impulsivo desde que empezó a consumir cocaína, cosa que sucede en muchos consumidores debido a que la cocaína es conocida como la “droga de la amoralidad” en tanto que ocasiona un proceso de “neandertalización” a causa de los daños que produce en el lóbulo frontal, que es un área del cerebro asociada al juicio moral, el control de los impulsos y la regulación de la agresividad. Así, vinculado a ese consumo de cocaína, se produjo el primer asalto de Jaime en noviembre del 2001, cuando tenía catorce años y le quitó el celular a un borracho, a fin de venderlo y obtener dinero para alcohol y cocaína…
Posteriormente, el robo ya no sería una mera forma de conseguir dinero para los vicios: se convertiría en un modo de vida, y Jaime asaltaría a transeúntes y a conductores, además de que sacaría, sobre todo de coches parqueados sin conductor, determinadas partes (radio, faros, ruegas, espejos, etcétera) que después vendería a precios demasiado buenos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario