jueves, 23 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Comtes de Barcelona [Guifré I "El Pilos"])

Guifré I "el Pilós" [V]

Siguiendo la tradición de los condes de ascendencia visigoda (Guifré "el Pilós", Miró de Rosellón-Conflent y los condes de Empúries Dela y Sunyer II) mantuvieron su fidelidad a los monarcas carolingios Carlomán (879-884) y Carlos "el Gordo" (885-888), tal y como lo testimonian la visita a la corte real de 881 llevada a cabo por los jerarcas catalanes para solicitar privilegios, y el precepto otorgado en 886 por Carlos "el Gordo" a Teotario, obispo de Girona. Ahora bien, esta lealtad de los condes de la Gothia toma, tras muerte de Luis "el Tartamudo", un carácter pasivo. Los condes, si bien no se alzaron nunca contra los reyes carolingios, evitaron implicarse en las luchas del reino. En 879, Luis III y Carlomán marcharon contra Bosón, autoproclamado rey de Provença, título privativo de los descendientes de Carlomagno. Los condes se declararon a favor de Carlomán pero no se unieron a la expedición, actitud bastante diferente de la decidida y firme actuación, sólo dos años atrás, de Guifré I y Miró en Septimania contra los seguidores de Bernat de Gothia. Igualmente, los jerarcas sur-pirenaicos no asistieron a la asamblea de Ponthion (885) puesto que, para ellos, los ataques normandos representaban una cuestión ajena y lejana.

Por todo esto, los condes de la Gothia rechazaron, en un primer momento, al rey intruso Odón (888-898) pero tampoco se alzaron contra el usurpador en defensa de los derechos del carolingio Carlos "el Simple". A su vez Odón, absorbido por las luchas contra los normandos, no pudo llevar a cabo ninguna actuación política en el sur del reino, aún cuando, al final, hubo un cierto acercamiento de los condes hacia este rey, debido a la crisis eclesiástica motivada por el actuación irregular del presbítero Esclua.

En 886, aprovechando la ausencia del arzobispo Teodardo de Narbona, el clérigo Esclua fue a Gascugna y se hizo consagrar obispo de Urgell, diócesis de dónde, por instigación del Comte Ramón I de Pallars-Ribagorza y con la aprobación tácita de Guifré "el Pilós", Comte de Urgell, expulsa al obispo titular Ingoberto. La situación se complica, cuando Esclua pretende proclamarse metropolitano de la Tarraconense, sustrayendo así las diócesis carolingias hispánicas de la obediencia de Narbona. Con esta condición de metropolitano, el obispo intruso de Urgell intervino en el contencioso creado en 887, cuando los condes Dela y Sunyer II de Empúries rechazaron a Servus Dei, clérigo consagrado obispo de Girona por el metropolitano Teodardo de Narbona, de acuerdo con Guifré "el Pilós". Accediendo a las peticiones de los condes empurians, Esclua consagró, con la colaboración de los obispos de Barcelona y Vic, a un nuevo obispo de Girona en la persona de Eremir. En 889 Servus Dei tuvo que refugiarse en el monasterio de Banyoles. Por otra parte, en 888, Esclua recompensó a Ramón I (le debía su acceso a la sede de Urgell) con la elección del obispado de Pallars, al tiempo que, para asegurarse el apoyo de Sunyer y Dela, se dispone a restablecer la antigua sede de Empúries, existente hasta la invasión musulmana.

Si en un primer momento, Guifré "el Pilós" toleró el destronamiento de Ingoberto (parece que no había una relación demasiado buena entre ambos), ahora, por su amistad con Teodardo de Narbona, no podía admitir las pretensiones metropolitanas de Esclua. Además, por el interés de los condes en la existencia de sedes episcopales en sus dominios, para controlarlas situando familiares próximos o negociando la concesión a cambio de contrapartidas políticas o económicas (de aquí la actuación de Ramón I y de Dela y Sunyer II en todo este asunto), Guifré no podía permitir la elección de unos nuevos obispados (Pallars y Empúries) constituidos recortando el territorio de diócesis situadas en sus condados de Urgell y Girona. Por todo esto, ahora Guifré se declara en contra de Esclua y a favor de Teodardo y de los obispos destituidos, Ingoberto y Servus Dei.

Ante esta situación, los condes de Empúries creyeron conveniente acercarse a Odón y reconocerlo como rey incluso aunque fuera un intruso. En 889 el Comte Sunyer II y el obispo Eremir acudieron a Orleans, a la corte de Odón y obtuvieron unos preceptos que, en el condado de Osona, incluían una serie de donaciones reales a favor del obispado claramente lesivas para Guifré "el Pilós". Fortalecidos, pues, por esta aprobación real, Sunyer y Dela ocuparon el Comtat de Girona, calculando que Odón les podría conceder la investidura. En estas circunstancias, Teotardo también decidió acercarse a Odón, de quien obtuvo un precepto de protección real para la archidiócesis de Narbona. Aprovechando la reconciliación del obispo Gotmar de Vic, con Guifré I, Teotardo pudo convocar, en 890, en Port (localidad próxima a Nimes) un concilio con la asistencia de los arzobispos metropolitanos de Arlés, Aix-en-Provence, Embrun, Apt y Marsella como también de los titulares de diócesis sufragáneas de Narbona: Nimes, Carcasona, Albi, Uzès, Magalona, Agda, Besiers, Tolosa, Lodeva, Elna y Vic. En este concilio, dónde se formuló una condena a las usurpaciones de Urgell y Girona, el obispo Gotmar de Vic se declara arrepentido de haber colaborado con Frodoí de Barcelona y Esclua en la consagración anticanónica de Eremir, y obtuvo el perdón de los padres conciliares, con el encargo de comunicar las resoluciones sinodales a Sunyer II de Empúries.

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