miércoles, 20 de abril de 2016

Presidents de la Generalitat (Garcia Gil de Manrique y Maldonado)

Garcia Gil de Manrique y Maldonado, nacio en el Pobo de Dueñas (Gualajara) en 1575 - Muere en Alcala la Real (Jaen) en 1651. Fue nombrado rector del Estudio General de Barcelona, ​​origen de la actual Universidad de Barcelona (1626-1628), Obispo de Girona (1627-1633) y de Barcelona (1633 a 1651).  Al inicio de la "Guerra dels Segadors" (1640) fue nombrado lugarteniente de Catalunya. Fue nombrado President de la Generalitat de Catalunya el 9 de octubre de 1632 en una segunda extracción, ya que en la del 22 de julio de 1632 había sido elegido Lluis de Montcada i de Gralla, Caballero de la Orden de Jerusalén y canónigo de la catedral de Vic, que finalmente no compareció.Garcia Gil fue un gran teólogo de Salamanca, donde también había estudiado filosofía. Se trasladó a Roma donde ejerció de abogado en la Curia romana entre 1609 y 1629. Pasó a obispo auxiliar de Cuenca y posteriormente obispo de Útica (Túnez) el 1618. Fue inquisidor de los tribunales de Toledo y Zaragoza, y fiscal supremo del Santo Oficio de la Inquisición. Fue obispo de Girona el 30 de agosto de 1627 y hasta el 1632 que fue nombrado obispo de Barcelona poco antes de ser extraído como diputado eclesiástico.Durante su trienio al frente de la Generalitat mostró una actitud correcta enfrentándose a la corona cuando convenía. Denunció a los inquisidores que cobraban tasas a los barcos y los soldados que incumplían la "Constitución del Vectigal" (Este era un el impuesto sobre la carne que los compradores de la Casa del monarca adquirían en la ciudad, y del que el rey pretendía estar quedar exento). Los problemas con el rey tenían como denominador común la financiación real para atender los diferentes frentes bélicos, especialmente la "Guerra de los treinta años". Tuvo que mediar ante una petición de 600.000 escudos que Felipe IV había hecho al papa y que éste repercutió en sus diócesis. Los obispados catalanes no estaban de acuerdo y pidieron la intervención de Gil de Manrique que se vio atrapado entre respetar la jerarquía religiosa o atender a sus ciudadanos.Tuvo que atender las reclamaciones del lugarteniente Enrique d'Aragón, duque de Segorbe y Cardona para que el consistorio atendiera los costes de reparar el castillo de Perpignan pendientes desde 1585. El lugarteniente lo pidió el 6 de septiembre de 1634 y volvió a insistir el 22 de enero de 1635. Estas reclamaciones iban emparejadas con un nuevo intento para cobrar el "quinto", lo que denota la precaria situación de las finanzas reales. La consecuencia de la falta de atención de estas reclamaciones por la Generalitat, fue el traslado de todos los juzgados y la sede del virrey en la ciudad de Girona.Por sus servicios a la corona fue nombrado Lugarteniente de Catalunya en 1640 relevante a Enrique d'Aragón muerto cuando llevaba un mes en el cargo, probablemente envenenado. Enrique d'Aragón había relevado al difunto "Comte de Santa Coloma" asesinato en el "Corpus de Sangre", revuelta que Manrique intentó apaciguar. Era contrario a los franceses y se negó a prestar juramento de fidelidad a Luis XIII, por eso estuvo exiliado de Barcelona en el período que aquellos gobernaron la Ciutat Comtal

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