miércoles, 16 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Darya Nikolayevna Saltykova [III])

Como era de esperarse, las quejas de los campesinos empezaron a surgir e incluso se dieron 21 denuncias por escrito. No obstante las autoridades no hicieron prácticamente nada e incluso tuvieron la vileza de sancionar a algunos denunciantes, todo por la alta posición social de Saltykova y por el poder de soborno que ésta tenía.
En el verano de 1762 los campesinos siervos Sakhvely Martínov y Ilyin Ermolay (quien perdió tres esposas por culpa de Darya) consiguieron escapar de la finca de Darya y llegaron hasta San Petersburgo, donde se las arreglaron para presentar un pedido escrito a la emperatriz Catalina II “La Grande”.
Catalina había quedado horrorizada e indignada con las atrocidades que en la carta se le adjudicaban a Darya. Por un lado, Catalina no quería que la sanción impuesta a Darya le causara problemas con la aristocracia, ya que esta clase social la había ayudado a alcanzar el trono; pero, por otro lado, Catalina se sentía realmente comprometida con la promesa de ser “la madre de todos los rusos” que había hecho ante sus súbditos hace pocos días atrás. Su decisión fue por ello sabia y moderada: Darya debía ser arrestada hasta que el Colegio de Justicia, tras un proceso investigativo, esclareciese la verdad de los hechos para permitir así una sentencia justa y definitiva.
arya permaneció arrestada por seis años en los cuales el Colegio de Justicia investigó, entrevistando a muchos testigos que usualmente no daban información por el terror de que Darya fuese liberada y ellos torturados hasta la muerte. También en esos seis años el sacerdote confesor de Darya intentó hacerla hablar, pero ésta creía que podía salir libre y por ello no confesó nada y trató de retrasar las investigaciones y sobornar a través de contactos. Pese a eso, los detectives consiguieron suficientes evidencias para declarar a Darya culpable de 38 casos de tortura y asesinato y sospechosa de 138 casos más de tortura y asesinato.
Gracias a las investigaciones, la emperatriz pudo dictar cadena perpetua para Darya en 1768. Bien pudo haber hecho ejecutar a ese "monstruo de la Humanidad" (así la llamó) aunque en 1754 se hubiese abolido la pena de muerte, pero no lo hizo porque necesitaba el apoyo de la nobleza. Sin embargo la sanción debía ser ejemplar, por lo que a Darya no solo le dieron cadena perpetua sino que además le quitaron los títulos de nobleza, las propiedades y el dinero (repartido entre sus hijos). Mas lo peor de todo lo que le hicieron fue la llamada "muerte civil".
El 2 de octubre de 1768 se ejecutó la "muerte civil" de Darya, a efecto de lo cual ésta fue despojada completamente de sus ropas y encadenada a una plataforma en medio de la Plaza Roja. Sobre su cuello se puso un letrero que decía: "Esta mujer ha torturado y asesinado". En esa hora cualquiera que lo desease podía insultarla, tocarla, humillarla o lanzarle piedras, pero cuentan que la gente sola la miraba con curiosidad o indignación y que nadie le lanzó una sola roca o tan siquiera un insulto. Era una situación extraña, como extraña era la mirada de Darya según dio a entender un cronista de la época al escribir: "los ojos de Darya no eran de este mundo"


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