viernes, 8 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Raymond Martínez y Martha Beck [V])

El 4 de enero de 1949, Fernández, Beck y Janet Fay condujeron hasta Long Island. Después de cenar, Raymond se fue a dormir dejando a las dos mujeres solas. No se sabe qué sucedió entre ellas, pero así empezó el odio de Martha hacia su "suplente" en la cama. Esa misma noche, Martha entró a la habitación y vio a ambos desnudos, entrando en cólera por celos.

En ese momento Janet comenzó a insultar a Beck y pronto Fernández le dijo a Martha que calle a la mujer como pueda. Ante esta situación Marta dijo que "todo se oscureció" y, cuando recobró la consciencia, vio a Raymond sacudiéndola por los hombros. Le dijo que había usadoo un martillo para golpear a Janet en la cabeza. La pareja usó una bufanda para evitar que el suelo se manchara con sangre y limpiaron la habitación para eliminar pruebas. Al día siguiente compraron un baúl de madera, donde ocultaron el cadáver, Raymond lo llevó a la casa de su hermana y la convenció para que lo guarde en su sótano por unos días. Una semana después, Fernández se llevó el baúl y lo enterró en el patio de una casa que había alquilado. Durante la semana siguiente, Raymond y Martha cobraron los cheques de Janet y escribieron a su familia diciendo que todo estaba bien, y que pronto sería la señora "Martin". En el apuro, la pareja cometió un grave error, Janet no sabía usar una máquina de escribir, mucho menos tenía una. Cuando la familia de Fey recibió la carta, notificaron a la Policía de inmediato, sin embargo la pareja ya había escapado.
En este tiempo la pareja viajó al Oeste, a Grand Rapids, Michigan, el hogar de su siguiente víctima. Una joven viuda llamada Delphine Downing de 41 años de edad que tenía una hija de 2 años, Rainelle. Delphine también conocía a Raymond como "Charles Martin". A finales de enero se conocieron en el Centro Byron, Dhelpine estaba sorprendida de conocer a Fernández y no le importó mucho que este trajera a su "hermana". La viuda veía a Raymond como un buen pretendiente, debido a sus buenos modales y excelente trato con su hija. Antes de acabar el mes, estaban teniendo relaciones.
Pero la felicidad de Delphine no duró mucho, una mañana entró al baño y vio a Raymond sin su peluca y también la horrible cicatriz en su cabeza; pronto la mujer, histérica, lo acusó de fraude. Fernández trató de calmarla con su encanto, cuando eso no funcionó, Martha le recomendó unas pastillas para dormir. Una vez que Delphine estaba dormida, Rainelle comenzó a llorar mucho y Beck, desesperada, agarró a la niña por el cuello y la estranguló hasta que se desmayó.
Los moretones en el cuello de la niña molestaron a Raymond porque sabía que cuando Delphine la viera llamaría a la Policía. Con pocas opciones, Fernández buscó la pistola del difunto esposo y, tras enrollar con un trapo el cañón, la disparó en la cabeza, matándola instantáneamente. Posteriormente Raymond y Beck envolvieron a Delphine en una sabana y la llevaron al sótano, Fernández cavó una profunda tumba y después de depositar el cuerpo la cubrió con cemento.
El horror no terminó en la tumba de Delphine, pues la magullada niña de dos años lloraba y no comía. Sin saber qué hacer para calmarla, Raymond le dijo a Martha que se encargue de la niña. Beck se negó al principio, pero ella ya era un cómplice de varios asesinatos y fraudes. El poder de Fernández sobre Martha era tan fuerte que la mujer llenó con agua una bañera de metal en el sótano y ahogó a la niña.



No hay comentarios:

Publicar un comentario