Todo el pueblo la acompañó en su luto, y
en la primavera de 1944 Martha dio a luz a una niña que llamó Willa
Dean. Meses después Martha se involucró románticamente con Alfred Beck,
un chofer de bus con el que se casó después de resultar embarazada
nuevamente.
Tiempo después tuvo un hijo al que llamo
Anthony, pero en los primeros meses de 1945 se divorciaron. Martha
adoptó el apellido de su ex esposo para no sentirse sola, pero al tener
dos hijos, sin esposo, ni ingresos, se sumergió en su mundo imaginario
de romance.
Sorprendentemente esto la ayudo a
sobreponerse a su soledad y a dedicar su energía a su trabajo.
Rápidamente consiguió un buen empleo en un hospital para niños de
Pensacola, cumplía sus tareas con excelentes resultados, lo cual le
valió una promoción a superintendente de las enfermeras. Pero aun así
Martha se sentía sola, hasta que un día uno de sus compañeros de trabajo
le hizo una broma y le entregó un anuncio del Club de los Corazones
Solitarios.
Martha Beck llenó un formulario describiendo su apariencia, omitiendo el
hecho de que tenía dos hijos y pesaba cerca de 115 kilos. Los meses
siguientes Martha revisaba todos los días el buzón de correo, hasta que
en el mes de diciembre de 1947 recibe una carta de un empresario español
llamado Raymond Fernández.
En los días siguientes, la pareja por
correspondencia se escribía constantemente intercambiando información y
fotos. Martha, para no espantar a su posible novio, envió una foto de
todo el personal de enfermería, imagen en el que ella salía parcialmente
escondida. Raymond hizo su movimiento y le pidió a Martha un mechón de
su cabello. Este inusual pedido capturó aún más el interés de la
enfermera que con gusto se lo envió. Finalmente después de muchas
preparaciones y rituales, Raymond viajó en tren a Pensacola, Florida, el
28 de diciembre de 1947 para encontrarse con Martha en la estación.
Martha estaba sorprendida por su suerte
al recibir un hombre tan guapo, después de la estación fueron a su casa.
Para Raymond esto era un trabajo y no le importaba si su víctima era
gorda, flaca, joven o vieja, el único requisito importante para él era
que tuviera bienes o dinero que poder robar. La pareja tuvo relaciones
por varios días, cuando Fernández se dio cuenta que Martha no tenía
dinero se fue diciendo que debía atender negocios en Nueva York, pero
que volvería o enviaría dinero para volver a juntarse.
Martha por su parte interpretó el
mensaje como una propuesta de matrimonio y de inmediato comenzó a
decirlo en el trabajo. Pero cuando recibió una carta de Raymond
despidiéndose, ella fue despedida por mentirosa. Ante este escenario
Martha cobró el dinero del despido, hizo sus maletas y junto con sus
hijos abordó un autobús con destino a Nueva York.
El 18 de enero de 1948 Raymond abrió la
puerta de su apartamento para encontrarse con Martha Beck y sus hijos.
Lo que parecía un obstáculo para la carrera asesina de Fernández pronto
se convirtió en un beneficio, debido a que Martha hacía cualquier cosa
que él le pidiese. Sin embargo los hijos de ella debían irse y el 25 de
enero de 1948, Martha dejó sus hijos en el "Salvation Army".
Una vez que el apartamento era solamente
de los dos, Raymond le mostró todas las cartas que había escrito a
diferentes mujeres, contándole quién era de verdad y qué hacía. Martha
encontró su lugar y se dio cuenta que ella tenía que hacer lo que su "hombre" le pida. Así, esta pareja de estafadores se dedicaron a ubicar
nuevas víctimas para su macabro juego de amor.
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