martes, 19 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Irma Grese [IV])

Era el 15 de abril del año 1945, cuando un grupo de británicos la detuvieron en el tercer campo de concentración donde ejerció, en el de Bergen-Belsen. No solo ella fue detenida, muchos más compañeros y compañeras suyos y suyas respectivamente, le acompañaron aquel día directamente hacia la muerte. Se realizó el correspondiente juicio por crímenes de guerra y lesa humanidad contra ella, y su compañeros
Ella declaró que no había matado a ninguna prisionera nunca, y que simplemente se dedicaba a cumplir órdenes de su superiora. Eso si, en ningún momento negó ser una simpatizante nazi de tomo y lomo y reconoció haber cantado varios temas relacionados con el nazismo, cuando paseaba controlando el patio, en los 3 campos de exterminios donde estuvo. Todo lo demás lo negó, pero afortunadamente el tribunal no le creyó a la vista de las pruebas.
Irma Grese sería condenada a morir en la horca, cuando tan solo contaba con 22 años de edad. Se convertía de este modo, en la mujer más joven de la historia en ser condenada a muerte, al menos durante el siglo XX.
"Solo" pudo matar durante 3 años, pero dejó un auténtico reguero de cadáveres a su paso, un reguero de personas torturadas, mutiladas, maltratadas, vilipendiadas. Una asesina digna de ser considerada como la maldad en persona, y sin duda una de las peores de todos los tiempos.
Irma Grese fue ejecutada el 13 de diciembre de 1945, en la prisión alemana de Hamelín (Alemania). Albert Pierrepoint fue el afortunado de darle muerte a este monstruo, y antes de pegar la correspondiente patada al lugar donde tenía puestos sus pies, tuvo que escuchar de la bonita boca de Irma "¡Schnell!", que quiere decir algo así como "¡rápido!". Albert golpeó mediante puntapié la silla que soportaba el peso de Irma, y esta quedó colgando, y falleció en el acto.
Al parecer después de su ejecución, su cuerpo fue mutilado e incinerado para que después las cenizas fueran arrojadas a un río de desagüe.

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