Irma Ilse Ida Grese, nació Wrechen (Alemania) 7 de octubre de 1923 - fallecio en Hamelín (Alemania), el 13 de diciembre de 1945. Fue una supervisora de prisioneros en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Ravensbrück durante la Segunda Guerra Mundial. Apodada "La bella bestia", "La cancerbera", "El ángel de la muerte" (mote también acuñado al médico nazi Josef Mengele) o "La perra de Belsen" por los prisioneros de estos campos a causa de su comportamiento sádico y perverso, fue una de las más crueles y famosas criminales de guerra nazis, quien a pesar de su corta edad fue condenada y ejecutada en la horca por los Aliados el 13 de diciembre de 1945.
Irma era hija de Alfred Grese, un lechero que era disidente del Partido Nazi, y de Berta, una mujer que se suicidó en 1936. Irma dejó la escuela a los quince años, debido al poco empeño en los estudios y a sus intereses fanáticos en participar de la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana), que su padre no aprobaba. En 1942, con 18 años, se presentó como voluntaria para un entrenamiento en el campo de Ravensbrück, lo que provocó la furia de su padre, contrario a este trabajo. Cuando Irma llegó a casa con el uniforme, su padre la echó de casa, entonces ella lo denunció y consiguió que lo metieran en la cárcel. Entre otras de sus actividades, trabajó dos años en un sanatorio de las SS e intentó, sin éxito, graduarse como enfermera.
A falta de otras cualidades Irma le pone dedicación y empeño y asciende en su carrera criminal: con sólo 20 años consigue ser supervisora en Auschwitz-Birkenau, lo que muestra el grado de identificación con la empresa que le ocupa. Todo por el módico sueldo de 54 marcos al mes. No lo hacía por dinero.
Irma era hija de Alfred Grese, un lechero que era disidente del Partido Nazi, y de Berta, una mujer que se suicidó en 1936. Irma dejó la escuela a los quince años, debido al poco empeño en los estudios y a sus intereses fanáticos en participar de la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana), que su padre no aprobaba. En 1942, con 18 años, se presentó como voluntaria para un entrenamiento en el campo de Ravensbrück, lo que provocó la furia de su padre, contrario a este trabajo. Cuando Irma llegó a casa con el uniforme, su padre la echó de casa, entonces ella lo denunció y consiguió que lo metieran en la cárcel. Entre otras de sus actividades, trabajó dos años en un sanatorio de las SS e intentó, sin éxito, graduarse como enfermera.
A falta de otras cualidades Irma le pone dedicación y empeño y asciende en su carrera criminal: con sólo 20 años consigue ser supervisora en Auschwitz-Birkenau, lo que muestra el grado de identificación con la empresa que le ocupa. Todo por el módico sueldo de 54 marcos al mes. No lo hacía por dinero.
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