Pero empezó a pensar que eso solo le
otorgaba unos minutos de goce, ahí comenzó su afición por la fotografía.
Sacaba fotos a escondidas y con sumo cuidado iba pegando estas
fotografías en las paredes de su habitación.
Más tarde se trasladó a Nueva York y un
mundo nuevo se abrió para él, habían miles de mujeres a las que
fotografiar, de este modo se obsesionó con las fotografías, esas
imágenes no le decían que no, no le retiraban la mirada y siempre le
sonreían. Se masturbaba fantaseando con las fotografías de desconocidas
que captaba por la calle.
Pronto el dinero del que disponía se
agotó y tuvo que recurrir al robo para poder subsistir, robos incluso
con agresión. Fue pillado por la Policía y condenado a cinco años de
prisión en Sing Sing. Durante estos cinco años se mostró impasible,
imperturbable.
En 1951 Harvey sale de la cárcel, su
odio era inmenso. Se mudó a Los Ángeles donde montó un taller de
reparación de televisores. Continuó con su afición a la fotografía,
acumulando fotos, él en la cárcel había descubierto las revistas porno y
soñaba con ser fotógrafo de esas modelos, que posaran para él, dóciles,
complacientes, a pesar de su fealdad ellas siempre le sonreirían.
Así el 31 de Julio de 1957 conoció a la
que fue su primera víctima, Judith Ann Dull, esta chica era una modelo
en alza, su intención era darse a conocer y ser una importante modelo y
sabía que algunos momentos debería “ceder” a algunas peticiones. No
queda muy claro cómo pero llegó a Harvey, éste la engañó, la convenció
de que trabajaba para una estupenda revista y que sería su imagen, que
sería su salto a la fama. En principio la sesión sería en un estudio
fotográfico, pero Harvey le dijo que tenía una serie de problemas y la
preguntó si tendría problemas en realizar la sesión en su pequeños
estudio, en su casa, Judith accedió, no le pareció peligroso, pues era
muy amable y considerado con ella. Harvey la dijo que para que las fotos
fueran más comerciales deberían ser provocativas y que si ella no
mostraba inconvenientes había pensado en realizar una sesión simulando
que estaba atada de pies y manos. De este modo consiguió inmovilizarla,
levantó ligeramente su jersey y falda y comenzó la sesión, la pidió que
mirara con provocación a la cámara, ella obedecía a todas sus
peticiones. Pero Harvey quiso llegar a más, forzar a la joven, ella se
percató del hecho, intentó resistirse pero estaba atada de pies y manos y
Harvey consiguió consumar dos veces la violación.
Judith estaba aterrorizada y él se empezó a dar cuenta de la magnitud de
lo que acababa de hacer, con sus antecedentes penales si la chica le
denunciaba sería su final, pasaría el resto de su vida en la cárcel. No,
no la podía dejar escapar con vida. A punta de pistola (esta vez una
pistola real) la condujo hacía su coche y tomaron dirección al ardiente
desierto, se adentraron 200 kilómetros, allí en este solitario paraje,
la volvió a forzar y le sacó más fotografías, ella entre sollozos le
pido clemencia, que la dejase seguir con vida, que ella no le
denunciaría. Pero él estaba decidido, la estranguló con una cuerda, tras
su asesinato cayó de rodillas junto al cadáver y llorando le pidió
perdón. Abandonó el cuerpo en aquel desierto y regresó convencido de que
sería detenido, pensaba que la Policía iba a encontrar el cadáver y le
iban a detener, pero no fue así.
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