sábado, 12 de diciembre de 2015

Asesinos en Serie (John Reginald Christie [I])

John Reginald Halliday Christie nace el 8 de Abril de 1898 en Halifax (Gran Bretaña). Contaba con el cariño de sus seis hermanos y de su madre, aunque no se podía decir lo mismo de su padre, de carácter severo y autoritario. Fue un buen estudiante e incluso llegó a ser monitor de los boy scout. En su adolescencia sufrió una gran humillación y se convirtió en el blanco de las burlas de sus compañeros. Éstos, al enterarse que Christie era impotente, comenzaron a llamarle "Reggie no puede".
 A los 17 años es sorprendido robando dinero mientras trabajaba como oficinista en la Policía Local. A raíz de esto su padre le echa de casa. A los 18 años es reclutado para la Primera Guerra Mundial, donde fue gaseado, esto le permitió posteriormente recibir una pensión por incapacidad.
En mayo de 1920 se casa con Ethel Waddington. En años posteriores es encarcelado en varias ocasiones por robo de dinero y en 1924 pasa varios meses en prisión. Como consecuencia de su conducta delictiva, Ethel le abandona en 1929.
Christie se dedica a malvivir y vagabundear y, tras pasar por prisión en repetidas ocasiones, decide escribir a su mujer y pedirle que regrese; ésta accede y se queda con él hasta su muerte.
En 1938, a la edad de 40 años, John y su mujer se trasladan al nº 10 de Rillington Place, que se convertiria en la casa de los horrores. Al comienzo de la IIª Guerra Mundial, Christie se postuló para integrar las fuerzas de la polícia, y fue aceptado para el cargo de policía de Harrow Road, sin investigar sus antecedentes penales. Christie entabló entonces una relación con una mujer que allí trabajaba, y cuyo marido era un soldado que combatía en el frente; esta relación duró hasta diciembre de 1943, cuando el marido les sorprendió juntos en la cama, dando a Christie una paliza.

Es en Agosto de 1943, mientras investigaba a un hombre por robo, cuando conoce a su primera víctima, Ruth Fuerst, una prostituta de 17 años. Aprovechando que Ethel está ausente, Christie invita a la joven a su casa y después de tomar el té la estrangula; a continuación entierra el cadáver en el jardín trasero.
Despertando así su vena más sádica y descubriendo el monstruo que había latente dentro de él desde su niñez.



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